martes, 30 de diciembre de 2008

BUSH Y LOS PROGRES

Hay que ser paciente y no agobiarse si, por mucho que nos empeñemos, no logramos lo que intentamos conseguir.
Porque, cuando menos se espera, salta la liebre.
Si alguien discrepa de esa perogrullada, que acuda en busca de guía a Sir Isaac Newton, del que las malas lenguas dicen que ha sido el mayor sabio de la historia.
El todavía relativamente desconocido Newton andaba cabizbajo, taciturno y melancólico porque no acababa de descubrir, como pretendía, la ley de la gravedad. En ese estado, se tendió debajo de un árbol, con tan buena fortuna que precisamente de ese árbol saltó la liebre.
--“Oiga, no diga barbaridades”—protestará el disidente crónico—“que las liebres no son monos para que trepen a los árboles”.
En efecto, ha sido un suponer, como si dijéramos un quid pro quo, un símil, una analogía. La liebre del árbol, que resultó ser un malus domestica, conocido vulgarmente por manzano era, naturalmente, una manzana.
--“Tate frate”, dicen que exclamó sorprendido Sir Isaac cuando se repuso de la inesperada agresión.
Inmediatamente, porque además de reflexivo era diligente, puso a funcionar su cerebro y, poco después, halló la respuesta que ya desesperaba encontrar y que plasmó en la fórmula:
m1 m2
F=-G----------
r2.
---“Acabo de inventar”—dicen que dijo todavía incrédulo, ” la ley de la gravitación universal ”.
Tan deprimido y desesperanzado como don Isaac antes del manzanazo andaba yo, y con mayor motivo que el sabio porque, lo que a mí me quitaba el sueño no era una fruslería como la que a él lo preocupaba, sino por qué a los progres les entraba sarpullido nada más escuchar el nombre de George Bush.
Mi manzano fue The Wall Street Journal y la manzana que, al caer sobre mi frente abrió mi entendimiento, la columna de ayer de Karl Rove.
Hasta que el 31 de Agosto de 2007 dimitió por motivos personales, Rove pasaba por ser el presidente en la sombra en la presidencia de Bush y, además del asesor de su mayor confianza, uno de sus mejores amigos personales.
Decía ayer Rove que Bush simultaneaba su trabajo con la lectura y que, en sus ocho años en la Casa Blanca, ha leído varios centenares de libros, desde novelas a ensayos históricos o biografías.
El año 2006 leyó, según su amigo y consejero, 95 libros, 51 en 2005 y en lo que llevamos de 2008 y hasta la semana pasada, 40.
Uno de los que leyó en esos años, según Rove, fue “La guerra civil española” de Hugh Thomas. Comenta en su columna el ex asesor y todavía amigo de Bush: “Si se hubiera frenado a Hitler y Mussolini en España, cuántas desgracias se habrían evitado. Sustituyan Irak por España y entenderán mejor la preocupación del presidente por la seguridad mundial”
Tan milagroso como el manzanazo que abrió las entendederas de Newton ha sido para mí la lectura de la columna de Rove:
A los progres irredentos los enerva Bush porque, al contrario que ellos, tiene el vicio de leer y la virtud de no fiarse de tiranos como Sadam Hussein, reencarnación del José Stalin aliado por acción de Hitler para desencadenar la segunda guerra mundial, y por omisión para que la República perdiera la guerra de España:
¿Qué exagero? Lean “Yo fui un ministro de Stalin”, de Jesús Hernández, uno de los dos ministros comunistas en los gabinetes de Largo Caballero y Juan Negrín.

lunes, 29 de diciembre de 2008

HUITZILOPOCHTLI COMO MODELO

En el arriesgado estudio de los mamíferos de la fauna política es imprescindible analizar meticulosamente sus comportamientos para clasificarlos adecuadamente.
Si se les cataloga por su dieta, todos sin excepción son caníbales antropófagos , aunque se subdividan en depredadores, si cazan y matan a sus presas, o carroñeros si se alimentan de cadáveres en cuya muerte no hayan participado.
Naturalmente, no es imprescindible que, para imponerse a sus adversarios los maten, ni siquiera que se los coman, aunque políticamente ya estén muertos.
Lo que define como caníbal antropófago al político actual es que se nutre de sus congéneres para prolongar su propia vida en la política.
Más o menos, y echando mano de un mito con el que todos estamos familiarizados, los políticos de ahora siguen el rumbo de Huitzilopochtli, degradado al mote de Huichilobos por Bernardo de Sahagún o Bernal Diaz del Castillo, el ex soldado y reportero de la conquista de la Nueva España, conocida hoy por México.
Huitzilopochtli fundó Tenochtitlan antes de que lo elevaran a los altares como segunda deidad mexica, solo inferior en rango a Tlaloc, dios de la lluvia y la fertilidad.
El en altar de Huichilobos, en el que se le adoraba como dios de la guerra, los sacerdotes abrían el pecho de los enemigos, cautivos en las guerras de las flores, con un cuchillo de obsidiana y ofertaban la sangre y el corazón de la víctima para que prolongara la gloria y la vida del dios.
Era razonable el sacrificio y bien fundamentado teológicamente, ya que iba destinado a prolongar con la vida del sacrificado la perennidad de Huichilobos, mucho más necesario para la comunidad que los anónimos descorazonados.
Gran día aquél de 1520 en que Tonatiú Alvarado trepó espada en mano por las empinadas gradas del templo de Huitzilopochtli, derribó el ídolo y puso fin a tan cruentos sacrificios.
Fue uno de los momentos cenitales del progreso de la humanidad hacia prácticas más misericordiosas de entender la política.
Afortunadamente, los políticos de hoy no reclaman la sangre ni la vida de sus adversarios para perpetuar su propia vida.
Se conforman con el prestigio de los que se le oponen para eternizar su propio prestigio.
Algo hemos ganado.

domingo, 28 de diciembre de 2008

NAVIDADES PERPETUAS

Se termina la melancolía programada y la buena voluntad obligatoria de estos días de amnesia del mañana con que nos atrincheramos en Navidad.
Pero el futuro de la Navidad llega en cuanto se pasa el mal trago de tragar las doce uvas sin atragantarnos y, cuando los barrenderos retiren de las calles los excrementos de los camellos de los Magos, se acabó mirar las musarañas que han sido las bombillas multicolores ornamentales.
Sin darnos cuenta, hemos dejado atrás la candidez de Diciembre para meternos en el hosco Enero, el de la cuesta empinada hasta en tiempos de bonanza.
No tiene que ser peor que otros Eneros y, si hemos de fiarnos de lo que en los últimos días del año han admitido los que tienen la responsabilidad de cuidar de nuestro bienestar, los meses venideros van a ser Navidades perpetuas.
Tenemos que confiar en que va a ser así porque el proveedor de los 17 Reyes Magos ha prometido que habrá mejores juguetes y regalos para todos.
Que nadie se preocupe, porque sobrará dinero para las familias (autonomías, regiones, naciones o como se quieran llamar), que hayan visto aumentar el número de comensales, y hasta para las que, además de en el idioma común, quieran mentir en otra lengua.
Si esas garantías las ha dado el que más manda, ¿por qué vamos a creer a los agoreros que avisan que el poco tocino que la tía María tiene es para ella?
Los que pronostican agravamiento de una crisis de la que todos hablan pero que nadie ha sufrido, aumento del desempleo, concesión con cuentagotas de créditos y estancamiento de la demanda intentan únicamente aguar una fiesta que a todos nos mantendrá, aunque no queramos, felices y contentos.
Contentos y felices vamos a estar todos porque todos vamos a escoger representantes que defiendan nuestros intereses en Europa con tanto acierto como los que defendieron la subvención al zumo de las naranjas, del que hablan, ríen y aplauden todos los cosecheros del Levante y el Valle del Guadalquivir.
Y a esa buenaventura, los afortunados habitantes de las provincias vascongadas y de Galicia añadirán la del privilegio de escoger a los que los representen en sus Parlamentos. ¿Qué más quieren?
Pues ni así estarán contentos y es que, como la historia nos enseña, la envidia y la tirria ciega a los gobernados cuando enjuician a sus gobernantes.
Los juglares tergiversaban la historia antigua como los periodistas—los juglares hogaño—truecan la actual.
Dicen que los castellanos, cuando veían al Cid camino del destierro, se lamentaban diciendo: “qué buen vasallo, si tuviera buen señor”, pero no reseñan lo que pensaba el rey Alfonso al contemplar la misma escena: “qué buen señor sería, si tuviera mejores vasallos…”
El mismo lamento, si su alma generosa no se lo impidiera, se les escaparía en un suspiro al gobernante con apellido de honrado artesano de la lezna y la chaveta por la mezquina crítica de los que tiene que gobernar.

martes, 23 de diciembre de 2008

PREGUNTA DE NAVIDAD

¿Y si lo que pasó hace dos mil años y pico hubiera ocurrido tal como nos lo contaron?

domingo, 21 de diciembre de 2008

SEGUIDILLAS DEL CORDERO Y EL LECHON


Corderillos lechales,
tiernos lechones,
cuando el tiempo se acerca
de los turrones
os llevan a la mesa
los comilones.
Navidad para muchos
es alegría
aunque a otros les cueste
perder la vida.
El lechón y el cordero
están ya hartos
de la suerte que tienen
en el reparto.
Porque todos los años
el gordo toca
a los que de su carne
llenan la boca.

sábado, 20 de diciembre de 2008

ENVIDIA Y CIEGO

La luz de la farola
que hay en tu calle
como luna se enciende
si al balcón sales.
Y el clavel escarlata
de tu ventana
palidece de envidia
al ver tu cara.
Como el sol señorea
el firmamento
si te veo distingo
donde está el cielo.
Y cuando no te veo,
por más que miro,
hasta al ciego más ciego
su vista envidio.
(Seguidillas)

viernes, 19 de diciembre de 2008

SADICO Y MASOQUISTAS

¿Qué turbia pasión inhibe la voluntad del que sabe que lo están volviendo a engañar y deja a su burlador que reincida en su falacia?
¿Por qué retribuye con tan pertinaz aversión la advertencia del que se empeña, infructuosamente, en prevenirlo del nuevo engaño?
¿En qué beneficia la mentira al tan reiteradamente burlado?
¿Es propio de la condición humana deleitarse cuando un contumaz desaprensivo traiciona su candor, o indica un desorden patológico?
¿Tan diabólica es la fuerza de la atracción del embaucador que ciega la razón del embaucado?
En la literatura amatoria abundan las obras dedicadas a exponer, analizar y diagnosticar las servidumbres del desvío que encadena fatalmente a amante desaprensivo y amado ingenuo.
¿Es posible que la ingenuidad individual de la literatura erótica subyugue de la misma manera a todo un pueblo?
Si así fuera, explicaría el desconcierto de los que se admiran de por qué los engaños del contumaz fullero siguen embrujando a los españoles.
Solamente el extraño hechizo que sobre ellos ejerce justificaría que aceptaran con el mismo fervor cuando propone negociar con terroristas o acabar con ellos.
O cuando niega la evidencia de dificultades para, sin transición, erigirse en adalid de su solución.
Con una fe tan ciega lo aplauden al poner en entredicho el concepto de nación, como cuando se proclama guía de la unidad nacional.
Una proposición y su contraria es imposible que tengan el mismo valor, por lo que alguna de ellas perjudica, necesariamente, a quien la asuma, y lo que perjudique seguramente será doloroso para quien lo sufra.
A quien disfruta al ser maltratado o humillado se le define como masoquista, y sádico al que goza causando dolor.
El sádico, imprescindiblemente, necesita la aquiescencia del masoquista para su disfrute y el masoquista solo goza si encuentra un sádico propicio a hacerlo disfrutar.
Es la conjunción perfecta. Los españoles somos afortunados.

jueves, 18 de diciembre de 2008

HOJARASCA QUE AFEABA LA HISTORIA

“Retiran de la plaza del Ayuntamiento de Santander la última estatua de Franco que quedaba en España”: (de los periódicos.)


Dentro de cien años, cuando todos seamos calvos, así será, más o menos, la Historia de España que estudien nuestros biznietos:
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Un amplio movimiento de reivindicaciones sociales, impulsado por el sindicato socialista UGT y enconado por huelgas y atentados al amparo de la anarquista “Confederación Nacional del Trabajo” (CNT), agitó España tras la primera guerra mundial.
Al descontento de los obreros, que se consideraban marginados de la prosperidad que la neutralidad en la Gran Guerra atrajo sobre la economía española, se sumó la protesta general contra los desastres militares sufridos en el Protectorado de Marruecos.
Un pronunciamiento militar, encabezado por el general Miguel Primo de Rivera y tolerado por el Rey, dejó en suspenso la Constitución y dio paso a la Dictadura.
En los tres primeros años del nuevo régimen se restableció la normalidad social, se puso fin a la guerra en Marruecos y un amplio programa de obras públicas impulsó un efímero período de bienestar.
Pero la crisis económica que se extendió por todo el mundo tras el hundimiento de la Bolsa en Estados Unidos en 1929, la proliferación de las críticas contra arbitrariedades del dictador y un renacimiento de la agitación social precipitaron la caída de la Dictadura.
A esos factores se unió la influencia del prestigio de una nutrida generación de intelectuales, desencantados con la Monarquía.
En 1931 se celebraron elecciones municipales y el triunfo en las ciudades de las candidaturas republicanas indujo a Alfonso XIII a renunciar al trono y expatriarse en Italia.
Desaparecía así la Monarquía que había sido el régimen bajo el que, durante dos mil años, se había gobernado España, excepto durante los 23 meses que duró la Primera República.
El autoexilio del Rey coincidió con el auge de los regímenes totalitarios, particularmente en Portugal, Italia, Alemania, Japón y la Unión Soviética y que, en 1939, provocó el estallido de la segunda guerra que asoló al mundo durante el siglo XX.
España se libró del conflicto, que terminó en 1945 con la victoria de los regímenes democráticos y con el de dictadura comunista de la Unión Soviética.
La Monarquía volvió a España en 1975, cuando las Cortes proclamaron rey al nieto de Alfonso XIII, Juan Carlos I, que tres años después juró la Constitución Democrática pactada entre todos los partidos, y aprobada con el consenso casi unánime de la población.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

DINERO FACIL

Uno de los misterios más indescifrables, de los muchos que todavía no ha sido capaz de desentrañar la mente humana, es por qué se quejan los pobres de serlo, si tan fácil parece hacerse rico.
Solo se necesita tener algo de lo que otro carezca y por lo que esté dispuesto a pagar lo que le pidan.
Como no me preocupa enriquecerme porque con lo que tengo me sobra para mis necesidades, que son prácticamente nulas, voy a darle una idea a quien suspire por tener mucho dinero y no se atreva a robar para conseguirlo:
No es, lo confieso, una idea original porque de ideas originales ando más escaso todavía que de dinero pero, como robar ideas no es todavía delito, confieso que la que voy a sugerir es robada aunque, como se la he quitado a un inglés, tendría cien años de perdón.
El inglés no es un hijo de la Gran Bretaña, sino uno de sus clubes de fútbol, el Portsmouh, que frotando con su piedra filosofal un producto por el que en Enero pagó cinco millones y medio de euros, se lo ha vendido al Real Madrid por 26.400.000.
El objeto de trueque, el mediocampista Lassane Diarra, tiene además un tobillo averiado pero ni el inglés ha ocultado su deterioro al venderlo, ni el español lo ignoraba al comprarlo. No ha habido engaño.
El Real Madrid, además, suele comprar futbolistas ya lesionados, posiblemente para que no desentonen con los que tienen en plantilla. No hay problema con la aptitud de lo que se les ofrezca.
Tampoco con la demanda, porque el Real Madrid lo compra todo, y más si se le sugiere que el Barcelona se ha interesado por la mercancía.
Es, pues, un negocio infalible y sin que suscite escrúpulos éticos. No se trata, como en los nefastos tiempos pasados del tráfico de seres humanos, en los que se vendían y compraban esclavos por menos de mil dólares.
Cantidades como las que hoy se manejan, aunque sea en transacciones que recuerden las de hace doscientos años, absuelven al que las gestione.

lunes, 15 de diciembre de 2008

BUSH: PEOR QUE EL ZAPATAZO

Ahora resulta que, aunque a George Bush le hubiera acertado alguno de los dos zapatos del telezapatazo del periodista moro, no hubiera sido lo peor que podría haberle pasado en el incidente de Irak.
Porque lo peor, por lo que parece, no pudo evitarlo pese a su rapidez de reflejos y a la envidiable condición física que evidenciaron las fintas del presidente norteamericano.
Lo más malo que podría haberle pasado, peor que el susto, peor que la descortesía, fue lo que le gritó el moro descalzo.
Que nadie crea que, por pudor se tergiversó en las televisiones occidentales la traducción de los improperios del moro porque, por desgracia, no se limitó a mentarle la madre sino que, de verdad, lo llamó perro.
Y ese, para un moro sensato y conspicuo como el que tanta ojeriza le demostró a Bush era, que nadie lo dude, el mayor insulto que su evidente rencor pudo haberle inspirado.
Porque el perro, según las enseñanzas coránicas, es un animal tan impuro que el creyente que se atreva a criarlo tiene garantizado el infierno.
“Todo aquel que tenga un perro, excepto para la caza o el pastoreo, verá su recompensa disminuida en un quiraat por día”.
Esa severa advertencia se atribuye al mismo Mahoma, según el docto Muslim.
Pero, ¿está permitido un perro guardián? “No está permitido, según la opinión más firme”, sentencia Ibn Quaadamah.
Todo perro es impuro, coinciden las corrientes saafita y hambali, aunque algunos sostienen que lo único impuro del perro es su saliva, pero no el animal en sí mismo.
¿Por qué? Porque el propio Profeta advirtió que “si un perro lame tu plato, debes arrojar todo lo que contenga y lavarlo siete veces”.
El jeque Muhammed Salih Al-Munajjidh, que ha estudiado concienzudamente el perro según el Corán y las enseñanzas coránicas, advierte: “es prudente que los musulmanes sigan rechazando a los perros, y más aún en estos tiempos en que muchos musulmanes adoptan los hábitos de los infieles”.
Así que George Bush se libró del zapatazo, pero no del peor insulto.

domingo, 14 de diciembre de 2008

EMPRESAS MIXTAS

Gran lección la que han dado a las derrochonas democracias neoliberales del mundo los gobernantes idealistas de Cuba y Venezuela, al comprometerse a unir esfuerzos en beneficio de sus pueblos.
Raul Castro, que como hermano ha heredado Cuba de Fidel, está de visita en Caracas para estrechar lazos con Hugo Chávez, empeñado en legar a su muerte la Venezuela de la que se apoderó a quien la obtenga en subasta.
Cuba sobrevive desde hace cuarenta años de la caridad—que se llamaba solidaridad socialista—de la extinta Unión Soviética y, desde que ésta quedó reducida a Rusia, de lo que le va sacando al venezolano Chavez.
Castro y Chavez, el mismo día de la llegada del cubano, firmaron acuerdos para crear empresas mixtas entre los dos países, en los sectores del petróleo y las comunicaciones.
No se ha detallado la aportación de cada uno para que puedan calificarse de mixtas las empresas que crearán, y los observadores conspicuos de la realidad actual y de la evolución previsible de Vezuela y Cuba han caído en un estado de perplejidad casi catatónica, por sus esfuerzos para develar el misterio,
Aunque la cubana es una sociedad cerrada y su Estado se protege de sus alevosos enemigos tras una cortina de impenetrable secreto, los observadores desconfían de los rumores que apuntan a que sus científicos han desarrollado tecnologías revolucionarias para la extracción y refinado de crudos.
Tampoco aciertan a vaticinar la aportación de Venezuela al sector de las comunicaciones, ya que depende de tecnología importada.
Un sagaz analista de la realidad de esos dos, y de otros países de la zona, sugiere que, en las empresas petroleras, Venezuela aportará el crudo, en parte refinado, para que Cuba lo consuma.
En cuanto a las comunicaciones, Cuba aportará el discurso ideológico que la empresa mixta, montada con capital venezolano, difundirá por todo el mundo.
Podría haberse esperado de regímenes como el bolivariano de Venezuela y el castrista de Cuba, que coinciden en apellidarse “revolucionarios”, que hubieran encontrado una forma más original de cooperación.
Porque, desde tiempo inmemorial, en el corrompido mundo capitalista, funcionan las empresas mixtas, aunque se las conozca por joint ventures, en las que cada uno de los socios comparte los riesgos de echarlas a andar y se reparten los beneficios.
Lo revolucionario del invento cubano-venezolano es que la pasta la pone únicamente Venezuela y la que se lo lleva calentito es Cuba.

COPLILLA DE CARNAVAL

Con tantas bombas que tiran
al mar los americanos
sanan todos los enfermos
y enferman todos los sanos.
Todo es por la bomba
por la bomba es
que el mundo se ha vuelto
que se ha vuelto el mundo
todo del revés.
Los mudos ya no son mudos
ni el formal tiene palabra
no tira la cabra al monte,
se tira el Monte a La Cabra.
Todo es por la bomba
por la bomba es
que se ha vuelto el mundo
que el mundo se ha vuelto
todo del revés.



(Incluidas en mi novela“El Viejo Río Grande”, editada por Almuzara, 2007 )

sábado, 13 de diciembre de 2008

VICTORIA Y LA LUNA LLENA

Dios lo creó todo y delegó en el hombre la responsabilidad cuotidiana de gestionar lo que había creado.
Tardó seis días en completar su obra y, el séptimo, dijo que descansaría.
Pero, como distraído, sigue pendiente del negocio.
Hay una tarea delicada para la que deja el trabajo de brocha gorda a hombres y mujeres, pero se reserva la pincelada del acabado: los niños que han de nacer.
Como algunos artistas se inspiran en la música para sublimar su arte, a Dios le gusta idear un día tibio de otoño, en el que la brisa perfumada por el maduro aroma de los bosques pula con oro viejo el brillo amable del sol, para ensimismarse en supervisar a los futuros recién nacidos.
Hay veces en las que,mientras lo hace,hasta tararea la sinfonía sexta en Fa Mayor, conocida como la “Pastoral” de Beethoven.
En una de esas ocasiones dio su aval a una niña, a la que sus futuros padres llamaron Victoria, mi nieta.




Pidió a Dios la luna llena
que le prestara un espejo
por saber si era tan bella
como la cantan los versos.
Le dijo Dios: en Victoria
encontrarás tu reflejo,
una copia de la imagen
que me sirvió de modelo
cuando te puse en la noche
como joya de mi cielo.
Se vió en Victoria la luna
como a sí misma. Por eso
quiso hundirse en los dos lagos
de sus ojos verdinegros
y agradecer con sus labios
la dicha de aquel misterio.
Se gustó en aquella cara
que el rubor de algún lucero
nimbaba en polvo de plata
en el negro firmamento.
Se enamoró de la luna
la Luna Llena del cielo.
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viernes, 12 de diciembre de 2008

CUIDADO CON LA TELE

“Disturbios en Madrid y Barcelona por la muerte de un joven en Grecia” (De los periódicos).





Algo tendría de especial el muerto, la causa de su muerte o la circunstancia en que se produjo para que, precisamente la de ese joven y no la de cualquier otro de los muchos que mueren en Atenas, provoque disturbios en ciudades de un país tan lejano de Grecia como España.
Enfrascado en desentrañar la relación entre el suceso de Atenas y la erupción de sarpullido que alteró la placidez de las dos mayores ciudades españolas, me vino a la memoria lo que un día me contó mi amigo Leonid Maximenko.
Se remontan esos recuerdos a los viejos buenos tiempos en los que a la Unión Soviética todavía le quedaba casi un cuarto de siglo para verse reducida a Rusia.
Tiempos, pues, en los que los soviéticos sabían que los malos eran Estados Unidos y sus aliados y Estados Unidos y sus aliados estaban convencidos de que los malos eran la Unión Soviética y sus satélites.
Coincidí con Maximenko en un país latinoamericano en el que residía bajo la tapadera de Corresponsal de la Televisión Soviética, aunque nunca nadie supo que hubiera enviado ninguna crónica ni nunca fue tan indiscreto como para dejarse ver filmando con una cámara.
Los otros cuatro corresponsales— dos de TASS, uno de Pravda, y el ayudante de Maximenko—evidenciaban, por la prontitud con que seguían sus indicaciones, la autoridad que le reconocían.
Mi amigo Maximenko, que era un gran cínico porque era comunista, o que era comunista por ser un gran cínico—fue y volvió de vacaciones a la Unión Soviética.
El Gran Jurado acababa de corresponsabilizar a Richard Nixon por su implicación en lo de Watergate, su caída parecía cada vez más probable y los pacifistas antivietnam matizaron sus manifestaciones centrándolas en la exigencia de destituir al presidente.
Los responsables de la televisión soviética decidieron que, para que sus adoctrinados se fueran haciendo a la idea de la caída de Nixon que ya se presagiaba, convenía incrementar la difusión de esas manifestaciones, pero haciendo hincapié en su motivación antibelicista y minimizando lo del Watergate.
A su vuelta de vacaciones, Maximenko me contó que pronto se dieron cuenta de su error los dirigentes de televisión y redujeron la cobertura.
--“Claro”,--lo comprendió mi mente cándida—“porque la protesta era sobre todo por lo del Watergate”.
Ese no era el error, según mi amigo porque, ¿cómo iba a comprender el televidente soviético, habituado a la eliminación física del que el mandamás sospechara que se le oponía, que echaran a Nixon por una pendejada como espiar a sus adversarios?
La equivocación era—me aclaró-- el despliegue de imágenes de jóvenes norteamericanos a los que sus coetáneos soviéticos envidiaban porque podían enfrentarse a la policía.
El transmisor del contagio de la sarna de Atenas a los focos de sarpullido detectados en Madrid y Barcelona, pues, ha sido la televisión. Misterio aclarado.

jueves, 11 de diciembre de 2008

NOS HA TOCADO HABLAR DE DEMOCRACIA

Es cierto que la boca del ingenuo habla de lo que abunda en su corazón pero, como los cándidos escasean más que los créditos bancarios, parece todavía más cierto que solemos presumir de lo que carecemos.
Por eso, y aunque no sea el pueblo el que gobierne sino contra el que se gobierna, la palabra democracia se ha fijado en los labios del pueblo como el rouge en los de una cupletista.
Aparte de pagar impuestos, multas y otras gabelas, ¿qué otra participación tiene el pueblo en el gobierno de la nación?
Se supone que la democracia es algo más que echar periódicamente un papel en una urna para escoger entre candidatos en cuya selección no se ha tenido arte ni parte.
El pueblo gobernaría de verdad si pudiera decidir el destino que los gobernantes dan al dinero que le extraen para que contribuya a mantener la onerosa carga del Estado.
Si se quiere una democracia real, transformemos la utópica actual de votantes en una racional de contribuyentes.
Medios hay para hacerlo, si quienes mandan permitieran que cada ciudadano se beneficiara de los servicios por los que quiera contribuir a los gastos del Estado, y renunciar a pagar servicios que no necesite o de los que no quiera disfrutar.
¿Estamos dispuestos a aumentar los gastos de elevar a siete mil los 3.000 militares actualmente destinados a conflictos en el extranjero, como blanco de armas contra las que les han prohibido usar las suyas?
El que estuviera dispuesto, que pague por ello y, al que no, que se le exima de costear ese servicio.
¿Quiero que parte del dinero que me detraen se gaste en pagar cuatro mil millones de pesetas por pintar el techo de un salón en el que no voy a sentarme, ni siquiera a ver?
Si alguien tiene ese capricho, que lo pague y, a lo demás, que se le deje ese dinero para que, si quieren, se lo gasten en tabaco.
¿Me parece bien que parte del dinero que gano trabajando se le done al cacique corrupto de un país remoto para que se compre una villa en la Costa Azul?
Los filántropos que quieran, que paguen esa filantropía y, los demás, que se gasten ese dinero en sus propios vicios y no en los de otro.
¿Por qué tienen que contribuir con sus dineros los maleducados que no necesitan costosas campañas de educación ciudadana, con las que no están de acuerdo?
¿Y por qué no subvencionan con su propio dinero, y no con el de todos, el derecho de los que quieren aprender una lengua resucitada artificialmente?
Además de la, a veces ineficaz representación del Estado en el extranjero, ¿por qué tienen que pagar la representación exterior de una comunidad autónoma los que no viven en ella?
Eso de que se paga con dinero de esa comunidad no es serio porque, ¿de qué servicio de los generales del Estado privan a los de esa comunidad para, en su lugar, pagar la enseñanza de un idioma y costear una representación exterior adicional?
Ordenadores y tecnología sobran para hacer de ésta una democracia de contribuyentes, que puedan decidir los servicios que del Estado esperan y que paguen por recibirlos.
Naturalmente, no se les permitirá alardear de haber patrocinado obras de arte, de redimir con la democracia parlamentaria a quienes la repudian, ni de contribuir a la sosegada meditación, lejos de su atribulada tierra, de caciques responsables de las tribulaciones de sus compatriotas.
Ese se parecería más que el actual a un Gobierno del pueblo por el Pueblo: igualdad de derechos para todos, y libertad de todos para renunciar a derechos que no les interesen.
Libertad e igualdad, dos de las tres patas del banco en que se asienta la democracia. La fraternidad, la tercera pata, es una entelequia solo apta para bautizar una ONG.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

PREOCUPACIONES FRIVOLAS Y OBSESIONES TRAGICAS

Que alguien con capacidad persuasiva contrastada me convenza de que el factor RH, como determinante de la superioridad racial, es un motivo serio de preocupación.
Suponiendo que lo logre, y que acepte que merece que se estudie con circunspección la influencia del factor RH en la conducta de quienes lo tengan positivo o negativo, hay otra duda que me inquieta:
La de si es suficiente pertenecer a la tribu Quraish, la del profeta Mahoma, o es además imprescindible descender de Alí, el abuelo de sus nietos, para reclamar la legitimidad de su herencia y su poder.
Lo del factor RH y lo de la legitimidad de la sucesión de Mahoma deben ser motivos serios de preocupación porque el primero de ellos dicen que fundamenta el terrorismo de ETA y, el segundo, la escisión del islamismo en chiitas y sunnitas.
Puede que no sean trascendentales esas preocupaciones, pero las consecuencias de las disputas a que han dado pié han sido trágicas, y amenazan seguir costando al mundo víctimas y sangre.
¿Qué es lo que determina que las inquietudes del ser humano se encomien por sensatas o se menosprecien por frívolas?
Si todos los hombres somos iguales, ¿no debería tener una jerarquía similar todo lo que al hombre inquiete?
O no somos tan iguales como dicen o el baremo para diferenciar lo trascendental de lo frívolo no es el hombre, sino las consecuencias de sus inquietudes.
Sospecho que debe ser lo segundo porque, últimamente, pocos asuntos obsesionan con tanta asiduidad a tantos seres humanos como los vaivenes del fútbol, las simpatías por un determinado club de balompié, la fortuna con que la suerte lo favorezca o castigue en los partidos o el baile permanente de fichajes en su nómina.
No hay que alarmarse. Por mucha que haya sido la conmoción que el despido de Bernd Schuster haya provocado en la hinchada del Madrid, y para mayor INRI, en vísperas del encuentro decisivo de éste año, la sangre no llegará al río.
Porque, afortunadamente, la del fútbol sigue siendo una preocupación frívola y no, como para ellos lo son, las inquietudes de separatistas o de legitimistas musulmanes.
Que no cunda el pánico entre los madridistas porque cada cual se enajena con lo que quiere, o con la obsesión con que la fatalidad los castiga.

martes, 9 de diciembre de 2008

SIEMPRE VIVE DE ILUSIONES...

Los que escogen la actividad política como medio de vida y, gracias a su ejercicio, viven de forma opípara, están obligados a ser modelo de comportamiento cívico para los que les permiten vivir tan bien.
Esa es una servidumbre, no del oficio de político, sino del de político honesto.
Por lo tanto, el que se propone como modelo a sus conciudadanos y no es capaz de una conducta modélica, debería renunciar a sus privilegios de elegido y conformarse con los de elector.
Si su honestidad para hacerlo fuera menos acuciante que la conveniencia de mantener su prebenda, los responsables de proponerlo para el cargo público que ocupe deberían obligarlo, por coherencia, a que renunciara.
Si ni él se aparta de la vida pública ni sus jefes lo inducen a que lo haga, cualquier mal pensado podría sospechar que la inconveniencia por la que los que se sienten ofendidos piden su dimisión expresaba, por encargo de su partido, lo que le recriminan.
Naturalmente, estoy aludiendo a la marejadilla que en el vaso de agua de la politiquilla nacional ha originado el alcalde de Getafe, el socialista Pedro Crespo, al llamar “tontos de los cojones” a los votantes de derechas.
Algo hay que agradecerle al alcalde: que los del Partido Popular se hayan dado por aludidos, gracias a lo cual se han sacudido el inexplicable complejo que sufrían hasta ahora cuando se les consideraba de derechas.
Por lo demás, ¿le extraña a alguien que sea esa la opinión que los del PSOE tienen de quienes no los votan? Porque, hasta ahora, eso es lo menos que se deduce que piensan de los del partido adversario.
¿Por qué se sorprenden entonces, cuando el alcalde de Getafe dice en voz alta lo que saben que piensan de ellos sus contrincantes socialistas?
Mucha hipocresía se reparten, como los votos, los del PP y los del PSOE.
Hemos venido a descubrirlo gracias a que, además de antipatriotas, fascistas, enemigos de los trabajadores, nostálgicos de la dictadura y otros piropos del mismo jaez, los han llamado “tontos de los cojones”.
Comparativamente, o merecía la pena haberse enfadado antes, o no la merecía enfadarse ahora.

lunes, 8 de diciembre de 2008

EL NOSTALGICO ILUSTRADO

A mi prima Rogelita, la de mi tía Gertrudis, su hijo Lorencito le ha salido indolente, abúlico y taciturno.
Ella ha intentado enmendarlo desde que le notó los primeros síntomas.
Pero Lorencito hace ya años que dejó de ser niño, pronto superará la adolescencia y, en un parpadeo, será hombre, sin que el inexorable paso del tiempo haya modificado su condición.
Mi prima Rogelita, o ha terminado por admitir la singularidad del muchacho, o su instinto protector de madre le aconseja minimizar a “las cosas de Lorencito” las rarezas de su hijo.
El que no se resigna es Sebastián, marido de Rogelita y padre de Lorencito.
Naturalmente culpa a la madre, aunque retóricamente se autoinculpa por permitírselo, de la indomable abulia de Lorencito.
“Si no te hubiera hecho caso y lo hubiera deslomado a palos”—amonesta con frecuencia Sebastián a Rogelita—“tu hijo sería una persona normal”.
Sebastián siempre dice “tu” y no “nuestro” hijo, cuando habla a Rogelita de Lorencito.
El niño, que este año debería entrar en caja si el servicio militar hubiera seguido siendo obligatorio, come, oye música, sale de marcha, y esparce la ropa sucia sin recogerla. Como todos los de su edad.
Como los otros, arrastra asignaturas pendientes de tres cursos atrás, no echa una mano ni en una pelea y no le da un palo al agua.
Lo que lo hace diferente es que, cuando le afean que no se esfuerza, no culpa a los profesores por su fracaso académico ni asume en silencio la queja de su madre porque no recoge su cuarto.
La singularidad de Lorencito es la excusa con la que explica su apatía: “es que no me motiva”.
Accedí al desesperado ruego de mi prima Rogelita y me llevé a Lorencito para sondearlo e intentar comprender las causas de su desidia.
Me costó un dineral porque bebía con avidez y sin pausa las cañas de cerveza y devoraba con la inverecundia de un hospiciano el jamón, los calamares fritos y los boquerones en vinagre.
La determinación de Lorencito para engullir de borla contrastaba con su apocamiento para estudiar o trabajar.
Lorencito me confesó que no lo motivaba estudiar para acabar coleccionando masters que abultaran un currículo que rechazarían al solicitar un empleo, ni presentarse a Gran Hermano para hacer el ganso, ni fatigarse corriendo para llegar antes que otros a la cinta de una meta, ni trabajar en el polvero de su padre para ampliar interminablemente el negocio.
--A mí me motivaría esforzarme para ser Sátrapa de Galilea, Procónsul de las Galias, Archimandrita de Antioquía, Elector de Sajonia o, incluso, Menomotapa de Zimbabwe. Por algo así no tendrían mis padres que animarme pero, ¿programador informático, jefe de departamento de ventas? Mejor sigo como estoy.
Le di un disgusto a mi prima, pero peor hubiera sido alentarle falsas esperanzas.
--Lo malo de Lorencito—le advertí—no es que sea indolente, abúlico y taciturno sino que, y eso es peor, es un nostálgico ilustrado.

domingo, 7 de diciembre de 2008

MELENUDOS, REMENDONES, FALSOS ESPIAS Y BLANCOS OSCUROS

Ripios

DON LUIS, llamado CALVO
pese a su pelo frondoso,
por la intriga traicionera
de un denunciante alevoso,
se vio en Londres entre rejas
preso, malmirado y solo.

Antes de su apresamiento
era Luis Calvo, y lo fue,
el respetable enviado
del madrileño abc
para relatar la guerra
en que combatía el inglés
desde la misma Inglaterra.

La calumnia tendenciosa
de un artero acusador
inculpaba al escritor
de una misión tenebrosa.

En la histeria que las bombas
del bombardeo alemán
esparció en la Gran Bretaña,
se creyó la policía,
aunque fuera una patraña
que Luis era un espía.

Como a un agente enemigo,
sentencian al reportero
al más cruel de los castigos:
morir por arma de fuego
de espaldas a un paredón,
a primera luz del alba
del patio de la prisión.

La noche previa, en capilla,
fué la angustia y el terror
de aquella muerte de espanto
lo que a su pelo causó
que cambiara de color
del oscuro negro al blanco.

Blanco, como es el del pepe,
pero blanco desde niño,
el Pepe del Remendón,
que es el pepe de Pepiño.

¿Fue negro el color del pepe
antes de que el artesano
lo usara como una lezna
en su banqueta sentado?

¿O blanco como el armiño
ha sido siempre el color
de Zapatero, el Pepiño?

Si Pepiño no era blanco
ni era calvo don Luis,
¿quien me garantiza a mi
que sean los gatos pardos?


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sábado, 6 de diciembre de 2008

PABLO Y SU ANGEL DE LA GUARDA

En los primeros quince meses de su vida, Pablo ha aprendido a meter los dedos en todos los enchufes, a apoderarse de los juguetes de su hermano Juan (cuatro años), a acariciar sin hacerle daño a su hermano Andrés (un mes), a emborronar paredes y papeles, a emboscarse donde nadie lo encuentre… y a reírse hasta cuando llora.
Pablo es, pues, un niño modelo y un modelo de niño.

Querubines ceñudos
cantan fandangos
cuando en suerte les toca
velar por Pablo.
Se ofrecen voluntarios
los querubines
y quieren que a su guarda
se les destine.
Pero un ángel novicio
muy apocado
pide que lo releven
de su cuidado.
Y es que cuando su turno
con Pablo acaba
vacaciones precisa
de campo y playa.
Dice que es un diablo,
esa criatura
porque nunca terminan
sus travesuras.
A San Pedro le exige
un sobresueldo
y que cien más lo ayuden
a protegerlo.

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viernes, 5 de diciembre de 2008

MAULLIDOS DE GATOS

Aunque parezca mentira, queda entre Andorra y Gibraltar algún que otro ciudadano que no vota al PP, al PSOE, ni a nadie.
Hay quien, sencillamente, no vota.
No se le debe considerar un irresponsable, porque presenta anualmente la Declaración de la Renta desde que la hizo aprobar el voluble Paco Fernandez Ordóñez, al que durante todo un vuelo entre Madrid y Nueva York lo oyó criticar la inepcia de su antecesor en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Cumple, pues, con la obligación que más interesa al Estado, la de pagarle.
Ese ciudadano, que no vota porque no quiere, ha tenido ocasión de tratar a bastantes políticos nacionales y extranjeros y, porque los conoció, a pocos de ellos le compraría lo que le ofrecieran como una ganga.
Alguno que ha renunciado gustosamente al placer de votar llegó a lo que un redicho llamaría “la cúspide de su carrera” en una empresa del estado con un gobierno del PSOE, de la que lo echaron con uno del PP.
Ni por agradecimiento se ha sentido nunca inducido a votar al PSOE ni, por despecho, lo ha hecho contra el PP.
Además de porque no le da la gana, no vota porque los políticos logran su condición de candidatos por lealtad a la burocracia de sus partidos y no porque sean los mejores para los votantes.
Y no los vota, además, porque seguimos, de hecho, en un régimen dictatorial, aunque no de dictadura personal.
A la muerte del Dictador, el poder que la muerte le arrebató y al que se había aupado por la fortuna con que lo favoreció la guerra, la mayor parte de los ciudadanos se creyeron que recuperarían el poder que el Dictador usurpó al pueblo.
Hay quien no vota porque el Poder del Dictador lo monopolizan ahora, compartiéndolo entre ellas, las burocracias de los partidos, que ni siquiera tuvieron que ganar una guerra para quedárselo.
Y, además, porque no confiaría ni en sí mismo, que es a quien mejor conoce, si le prometiera que va a resolver los problemas de otros.
Tan reacio a dar consejos suele ser el no votante como a votar, así que si a alguien le entretiene, que vote cada vez que pueda. De nada sirve, pero tampoco cuesta mucho.
Pero que tenga en cuenta que su participación en una elección, aunque sea blanco el voto que deposite, implica su aceptación de todo el proceso y de su resultado, aunque el electo no haya sido el candidato al que dio su voto.
Quejarse del gobernante en cuya elección se tomó parte es mayor trivialidad que extrañarse de que los gatos maullen, en enero, en los tejados.

jueves, 4 de diciembre de 2008

ETA: VICTIMARIOS Y VICTIMAS

Miran desafiantes a los policías que ocultan su identidad tras una capucha.
Insultan y amenazan a los jueces que los condenan.
Celebran en la cárcel los asesinatos que cometen los que siguen sueltos.
Exigen la libertad de asesinos encarcelados.
Proclaman su respaldo a organizaciones que amparan a los asesinos.
Rotulan con el de asesinos el nombre de las calles.
Comparten con los asesinos el objetivo por el que dicen que asesinan.
Son los terroristas de ETA y sus cómplices.

Titubean cuando les preguntan si son vascos o españoles.
Titubean cuando se les pide que condenen a los terroristas.
Titubean cuando se les propone acabar, sin negociar, con ETA.
Titubean cuando se les plantea tratar con el mayor rigor a los asesinos.
Titubean cuando se les advierte que, si no los denuncian, son cómplices de asesinos.
Titubean cuando se les anima a aislar a los asesinos y a quienes los amparan.
Titubean ante la injusta consecuencia de ser allegado de asesino o de víctima.
Son los que estorban la erradicación de ETA.

Lo más cómodo para los enemigos contra los que ETA ha proclamado su guerra ha sido ignorar esa declaración bélica. Excepto para los asesinados.
Aguantar la embestida inmisericorde de los terroristas, como proponía en el funeral del último asesinado uno de los más esclarecidos panegiristas de los objetivos de los asesinos, es colaborar con ellos.
A fuerza de aguantar caerán víctimas de sus balas y de sus bombas todos los que cree ETA que le estorban.
Si ETA tuviera con el panegirista de sus fines la cortesía de dejar que su nombre cierre la nómina de sus víctimas, puede que se percate de su error, cuando ya sea demasiado tarde.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

ELEGIR SIN SABER O SABER ELEGIR

Antes de otorgarle su confianza al que quieran que los gobierne, los votantes deberían determinar la virtud que esperan que destaque en su acción de gobierno.
Quejarse de lo que el gobernante haga después de electo para, en algunos casos volverlo a elegir, es como cantar en la ducha: solo sirve para comprobar que careces del arte del canto y de la capacidad de acertar en la elección.
Ocupación, en fin, de holgazanes ociosos que descargan en el elegido la responsabilidad de su equivocada preferencia.
Para evitar la decepción de una elección errónea, conviene simplificar, aunque la simplificación implique el riesgo del sofisma. Simplifiquemos:
Hay dos grandes grupos de gobernados: los que precian la honestidad como indispensable en un gobernante y accesorias sus otras posibles virtudes. Son los buenistas.
Otra parte de los gobernados exigen a sus gobernantes, ante todo, eficacia, y los vicios que puedan evidenciar no pasan, para ellos, de pecadillos veniales. Son los cínicos.
Los buenistas, evidentemente, son los que ven la coquetería en la ratita presumida e ignoran que es un roedor inmundo, peligrosamente prolífico e insaciable, que difunde enfermedades contagiosas.
Los cínicos son los que, siguiendo las enseñanzas de Arístines, rechazan los convencionalismos sociales y defienden una vida austera.
Imaginemos que, siempre fieles a las exigencias de la democracia, nos echamos un referéndum y que más de la mitad de los que voten se pronuncian por un gobernante fundamentalmente honrado.
Los buenistas triunfantes no tendrían más que acudir a un convento de mendicantes y forzar al lego hortelano o al hermano tornero a que acepte la presidencia del gobierno.
Seguro que no encuentran a nadie tan honesto y desprendido.
Pero, ¿y si son mayoría los que optan por la solución cínica? Estaríamos perdidos porque nos encontraríamos con un Aznar en el puesto que ahora ocupa el político con apellido de artesano de la lezna y la chaveta.
Otro riesgo: que el elegido buenista sea realmente tan mentiroso como el cínico o que el cínico resulte tan cándido como el buenista.
Era mejor la dictadura. Como no nos permitían escoger, teníamos razón al quejarnos del que mandaba.

martes, 2 de diciembre de 2008

REDENCION DE CAUTIVOS

Se equivocará el gobernante con apellido de artesano de la lezna y la chaveta si se precipita y nombra un ministro de deportes.
Es mucho más urgente el de redención de cautivos.
Porque a nuestros deportistas, por los éxitos con que nos enorgullecen en sus competiciones internacionales, les va divinamente sin intervención gubernamental.
Como en todo lo que mete mano el gobierno acaba metiendo la pata, sería lícito sospechar que parte del bien hacer de los deportistas españoles es consecuencia de la no intromisión del gobierno en sus esfuerzos.
Hay, sin embargo, un creciente clamor de un número cada vez más copioso de españoles que exigen angustiados que el gobierno los saque de atolladeros en los que, sin que nadie se lo pida, les gusta meterse.
Son los intrépidos descendientes de aquellos conquistadores que, en barcos mal ensamblados, desafiaban la furia de los océanos y, atravesando mares nunca antes navegados, descubrían nuevos mundos.
A los nuevos aventureros españoles no los impulsa el afán de extender los horizontes de Castilla, el de brindarle la oportunidad de redimirse a los paganos que los harían mártires al predicarles la fe verdadera, ni siquiera el de obtener oro y honra a cambio de su desinterés civilizador.
Los nuevos descubridores son más modestos, pero tan fisgones como sus antepasados:
Quieren convencerse por sí mismos de las gangas en bazares morunos, de la sensual molicie nativa en playas indochinas y de lo que cunde pagar en euros los blue jeans etiquetados en dólares.
Están dispuestos a sacrificar la relativa comodidad de su moderadamente segura España por los riesgos que podrían acecharlos en tierras lejanas.
No temen al peligro, mientras el peligro no los amenace.
Pero si los planes de viaje por los que pagaron se torcieran, saben que tienen un gobierno responsable de sacarlos de la incomodidad imprevista.
Y el gobierno, con tantos votantes desperdigados por remotos lugares en conflicto, e incapaz de redimirlos a todos simultáneamente, se las ve y se las desea para contentar a todos con la prontitud de su rescate.
Por eso, para que trace y ejecute planes de repatriación de españoles con celeridad y eficacia, el gobernante remendón haría bien en apresurarse a rehacer su gabinete.
Pero que se olvide de crear un ministerio de deportes, que para nada necesitamos.
Lo que cada vez mas españoles precisan es un ministerio para la redención de cautivos.

lunes, 1 de diciembre de 2008

LA TIRANIA DE LA LIBERTAD

Con admiracion a mi maestro Don Antonio y con afecto a Mari Lurdes.


Quien tiene capacidad para dedicar su tiempo a lo que quiera, y no a lo que quieran los demás, es un hombre libre.
Su libertad no solo le permite hacer lo que le guste, sino cambiar de gustos sin que nadie lo fuerce al cambio.
El individuo libre es, pues, caprichoso, voluble, informal, inconstante y tornadizo como un guante de cabritilla.
Si asume obligaciones que ocupen su tiempo, puede y debe incumplirlas sin sonrojarse.
Si se avergüenza de descuidar sus obligaciones, es porque ha dejado de ser libre.
El hombre libre es, pues, un irresponsable, alguien de quien los que se ganan la vida demostrando su responsabilidad ocho horas diarias, harían bien en desconfiar.
Si un hombre libre se compromete a algo, lo cumplirá mientras no descubra algo mejor que hacer.
Quien no sea libre, que no se engañe: conseguir la libertad es menos difícil que conservarla.
La libertad es seductora y artera como una cortesana; descubre los encantos que sabe que nos embelesan con la misma sabiduría con que esconde las taras que podrían repelernos.
La libertad sabe fascinarnos con la mirada de hielo con que la culebra paraliza al ratón, para dejarlo indefenso ante la agresión que maquina.
Es sofista, falaz y perversa. Su astucia nos sugestiona con la entelequia de que hacemos libremente lo que queremos, sin percatarnos de que malgastamos parte de nuestro tiempo en hacerlo.
Sólo los más sagaces, en raros momentos de clarividencia, nos percatamos a veces de que la libertad nos ha quitado parte del tiempo que antes nos pertenecía en su totalidad, como individuos libres que éramos.
El individuo libre, si quiere seguir siéndolo de forma plena y duradera, debería desconfiar de la libertad y hacerse análisis de introspección periódicos, para que el embrujo de la libertad no lo enajene, y la pierda inadvertidamente.

sábado, 29 de noviembre de 2008

ROMANCE DE JUAN, DE SU MADRE Y DE LA FLOR

Mi nieto Juan no había cumplido todavía cuatro años cuando me regaló uno de los momentos más gratificantes de mi abuelez.
Lo había acompañado a que diera unos bastonazos en el club de golf de Lisboa y, de pronto, lo vi rodeado por media docena de viejos socios del club que elogiaban su buen estilo, la concentración de su empeño y la acertada dirección que imprimía a las bolas.
Como si aquella miniatura de golfista fuera ya todo un campeón.




¿Es su mundo una pelota,
o todo su mundo es juego
y el balón solo un avío
de su perpetuo recreo?
Cruza incansable el jardín
detrás del juguete esférico
mientras su madre, en un banco,
administra sus esfuerzos.
Juan no escucha, pero oye
sus perentorios consejos.
En una orilla del parque
ha sembrado el jardinero
amapolas, margaritas
geranios y pensamientos.
La breve mano de Juan,
con un torpe movimiento,
corta el tallo de una flor
y, como siempre, corriendo,
se echa en brazos de su madre
y se la da, con un beso.


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viernes, 28 de noviembre de 2008

EL ENEMIGO NECESARIO

La madrugada del 10 de Noviembre de 1989, al derrumbarse el muro de Berlin, sepultó en sus escombros el precario equilibrio entre las dos mitades en las que el mundo se había escindido tras la guerra que acabó en 1945.
Al este de la frontera del muro se quedaron sin el miedo al imperialismo capitalista y a su pujanza económica, con la que pretendía sobornar las voluntades de la ideología comunista, empecinada en sacrificar la libertad en favor de la igualdad.
Al oeste del muro, su caída significó la derrota del expansionismo revolucionario comunista, contra cuyo contagio se habían inspirado las alianzas económicas y militares de los países con regímenes políticos de democracias parlamentarias.
Cada una de las dos mitades del mundo tenía en la otra un enemigo identificado, geográficamente localizado, de capacidad militar equivalente y con el objetivo común y opuesto de derrotar al contrario.
Con el muro cayó, a ambos lados, el enemigo que todos precisaban para explicar su identidad diferenciada, al menos por contraste.
Y es que, a pesar de todas las condenas teológicas, el ser humano que vive a oriente u occidente de donde el muro servía de frontera, sigue creyendo en lo que predicaba el sabio persa Manes.
El alma del ser humano, decía Manes hace 1900 años, es creación de Dios y el cuerpo del Diablo. La lucha entre esos dos poderes supremos se perpetuará hasta que uno venza al contrario y se apodere del ser humano en su totalidad.
El mundo, como sus habitantes, necesita un enemigo contra el que proseguir la lucha perpetua que es la vida.
El muro, al derrumbarse, dejó sin enemigo a todos y, por lo tanto, perplejos y desconcertados. Hay que buscar y encontrar un enemigo que lo sustituya.
Sería prudente seguir el consejo de Sun Tzu en su obra “El arte de la guerra” de hace 2.500 años: “Si no puedes evitar la guerra, identifica antes a tu enemigo”.
Los primeros seres humanos que parecen haberlo encontrado son los musulmanes.
Sus enemigos son los que no admiten que Dios es único, que todo el poder es Suyo, que hay que someterse sin condiciones ni reservas a ese poder y que Mohamed es el profeta de Dios.
Con los enemigos, los creyentes no pueden transigir ni hacer pactos que impliquen la menor renuncia a los principios de su fé.
En Chechenia o Bombay, quien discrepe del Islam es enemigo del Islam.
Fácil le han puesto los mahometanos a los, para ellos infieles, identificar a su enemigo.
Si no lo han hecho ya es porque no les conviene admitir la evidencia del derribo suicida de las Torres Gemelas, las bombas de Atocha, los explosivos del subterráneo de Londres, el camión contra los gendarmes de Kabila, la ocupación de la escuela de Beslan o el derribo de dos aviones rusos de pasajeros.
Casi todos los enfrentamientos armados que hoy asolan al mundo tienen como beligerantes a radicales islámicos empeñados en imponer la pureza de su creencia.
Los combatientes del Islam se enfrentan tanto a antiguos capitalistas del lado occidental del muro como a ex comunistas de la parte oriental. Todos, sin otra discriminación que la de no ser correligionarios, son sus enemigos.
Los que rechazan un tratamiento recíproco son los ciegos peores. Los que no quieren ver.

jueves, 27 de noviembre de 2008

ALANCEADOR DE MOROS MUERTOS

A quienes nos desconcierta el escarnio soez con que ahora tratan cuestiones de las que hablaban con respeto hasta los más indeseables de antaño, nos amenaza la perplejidad crónica.
Puede que sea un desorden natural de la edad provecta y que, desde que el hombre aprendió a encubrir con la palabra su pensamiento, afecte a quienes contemplen el presente desde el pretérito.
Una manifestación lógica, diría un sociólogo naturalmente argentino, de la brecha generacional.
Será por eso pero, por muy normal que sea la causa de mi perplejidad, yo sigo perplejo.
La intensidad del desconcierto no es uniforme ni, para hablar fino, isócrona. Hay ocasiones en que se exacerba y galopa como un potro en celo.
Esos episodios de perplejidad desbocada, lo he comprobado, obedecen a estímulos externos, ajenos al cadencioso funcionamiento de mi desgastado organismo.
Agarremos al bovino por las astas, que es como un porteño debería decir “cojamos al toro por los cuernos”:
Hay un programa de televisión en la sexta cadena que dirige un gracioso que a sus deudos debe hacerles mucha gracia y en el que, accidentalmente, caí la otra tarde.
Mereció la pena porque la partenaire que, sin disimular su meritoria condescendencia, aguantaba la mala uva de las gracias del gracioso, es un rotundo portento.
El ataque de perplejidad me lo provocó la parodia que escenificaron de Franco, muerto hace 23 años de muerte natural, asistida por un numeroso equipo médico, pero todavía Jefe del Estado.
No era la ramplonería de la parodia, con ser mucha, la causa de mi perplejidad, sino la bravuconería de los comentarios del gracioso, que parecía un perdonavidas al que debiera el parodiado el favor de haber muerto en el poder.
Nada parecido al valor elegante con que se ponderaba la gallardía como virtud, en mis tiempos, ni a la nobleza obligada para con el enemigo incapaz de defenderse, ni siquiera al orgulloso mutismo ante el adversario vencido.
Era la patética baladronada del desafío del ratón al cadáver del gato.
Recuperada en parte la ponderación, tras el agudo ataque de perplejidad al que me indujo el programa, una súbita revelación entreabrió las puertas de mi esperanza.
La tan denostada asignatura de Educación para la Ciudadanía remediaría el mal y encauzaría los bajos instintos del ser humano para que dejara en paz a los muertos, no se ensañe con el vencido y dé siempre una justa oportunidad de defenderse al adversario.
Pero el ánimo del anciano es voluble como la grácil pluma que agita el viento y, sin transición, puede pasar de la esperanza a la suspicacia.
¿Y si el gracioso del programa ya hubiera cursado esa asignatura y la hubiera superado con nota sobresaliente?
Por si acaso, mejor sería buscar un país en el que se deje a los muertos descansar en paz porque, en este, lo más que les espera es el “vae victis” del galo Breno a los romanos vencidos.
Armando Morcillo, en un amable comentario desde Moscú a mi pieza de hace un par de días titulada “Torturas de Yezhov”, hablaba de “la escasa actitud crítica ante Stalin y el régimen de la época” por parte de los rusos de ahora. Recuperé la esperanza:
Si no fuera porque aquí hace tanta falta, le sugeriré a mi admirado comunicante que se lleve a hibernar allí al gracioso de la sexta, para que los cándidos rusos aprendan de su caballerosa nobleza.
Claro que, como mientras Franco vivió, a lo mejor al gracioso le conviene más residir en Cheyenne.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

MAREJADILLA LUSITANA

La moderada marejadilla política que desde hace una semana ameniza la circunspección de nuestros vecinos portugueses concernidos por la política amaina, pero no cesa.
La agitación ha sido casi imperceptible porque el talante de os nossos vizinhos es un poco flemático y un mucho taciturno pero, definitivamente, poco propenso a sacar los pies del tiesto.
La siempre moderada discusión política portuguesa acusa ya las tensiones iniciales previas a las elecciones que, el año que viene, decidirán la continuación o el reemplazo del primer ministro socialista José Sócrates.
En esos primeros escarceos de la campaña se discutía la semana pasada la conveniencia de introducir reformas en el sistema judicial y en el de evaluación de los profesores, que la presidenta del partido social demócrata, de centro derecha y en la oposición, considera inoportunos.
El partido social demócrata, PSD, fundado por Francisco Sa Carneiro y por Pinto Balsemao, se turna en el gobierno con el socialista desde hace casi treinta años y a él pertenece Aníbal Cavaco Silva, ex primer ministro y actual presidente de la república.
Por esos antecedentes, las declaraciones de su actual presidenta, Manuela Ferreira Leite, tenían suficiente jerarquía como para que no pasaran desapercibidas.
"No creo en la conveniencia de hacer reformas"--dijo--"mientras esté en vigor el sistema democrático. Sin democracia, sería otro cantar. Y no sé si, en ocasiones, convendría dejar la democracia en suspenso durante seis meses, arreglarlo todo y, después, volver al sistema democrático"
Sesudos debates de educado tono académico se han venido sucediendo desde que hizo su original propuesta la doctora Ferreira Leite, que se ganó el apelativo de Dama de Hierro, como una Margaret Thatcher portuguesa, cuando fue ministra de finanzas en el gobierno de José Manuel Durao Barroso, actual presidente de la comisión europea.
No podían faltar acusaciones, sobre todo desde las filas socialistas y comunistas, de que la doctora Ferreira se ha dejado traicionar por su subconsciente y pretende restaurar la dictadura que cayó en Portugal un 25 de abril de hace 34 años.
Alguno de sus correligionarios, aunque sin secundarla, disculpan la ocurrencia de su lideresa como una broma mal entendida y otros, como el eterno enfant terrible del PSD Marcelo Rebelo de Sousa, admiten que fué un desliz.
Traición del subconsciente, broma o desliz, a la doctora Manuela Ferreira Leite hay que agradecerle un soplo de viveza a la aburrida trivialidad de la política portuguesa.
Es una pena que, aunque la compartan, no se atreva a hacerla alguno de sus colegas de este lado de la raya. Habríamos disfrutado de un espectaculo de fuegos artificiales, con traca incluida, durante una buena temporada.

martes, 25 de noviembre de 2008

TORTURAS DE YEZHOV

El primer gran inquisidor de España, Tomás de Torquemada, no hubiera sido ni siquiera su monaguillo.
Yagoda y Beria, que lo precedieron y sucedieron respectivamente como acólitos de Stalin en la concienzuda misión de librar a la Unión Soviética de disidentes, fueron, en comparación, cándidos filántropos.
Torquemada, Yagoda y Beria criaron fama, pero fue Nikolai Ivanovich Yezhov el que, de verdad, cardó la lana.
Se calcula en cuatro millones el número de indeseables para Stalin de los que libró al tirano entre 1936 y 1938, mientras fue Comisario para el Pueblo de Asuntos Internos y jefe de la NKVD.
El cojo Yezhov, de escaso metro y medio de estatura y aficionado en sus pocos ratos libres a entonar con no mala voz arias de ópera murió, naturalmente fusilado, por orden de su amo en 1940.
No solo dejó en sus 45 años de vida un rastro de bien merecida crueldad, sino que se le adjudica una revolucionaria teoría para intensificar el sufrimiento de sus víctimas hasta el extremo de que no pudieran evitar declararse culpables de las acusaciones más peregrinas que justificaran su muerte.
El enano, como lo llamaban a sus espaldas, sabía que el ser humano tiene una capacidad limitada de sufrimiento antes de morir bajo tortura y que, si sobrepasara ese límite, se quedaría sin arrancarle la confesión que pretendía.
Hombre de escasa talla pero de amplios recursos, ideó el de potenciar el bienestar de su víctima hasta que rozara el éxtasis para, a continuación, hacerlo descender hasta la más infrahumana frontera del sufrimiento.
El éxito coronaba su ingenio.
Un redivivo Yhezov parece que ha organizado la tortura a la que están sometidos desde hace pocos meses los trabajadores españoles, que han pasado de la euforia de la opulencia, que parecía garantizarles pleno empleo de por vida, a la inminencia del paro.
Ahora, los que todavía conservan sus barbas laborales, las tienen en remojo ante la inevitable llegada del barbero.
Por una inexplicable asociación de ideas, me he acordado del cojo enano cantarín Yezhov al hablar esta mañana con un amigo.
Me llamaba desde la pequeña empresa familiar en la que trabajaba, en las afueras de Madrid, y acababan de comunicarle la rescisión de su contrato. Ayer estuvieron estudiando sus dueños cerrar la empresa, pero le han dado un plazo a la esperanza y optado por despedir a cuatro de los diez empleados.
A los seis que todavía conservan el empleo les han aconsejado que, si encuentran trabajo en otro lugar, no duden en aceptarlo.

lunes, 24 de noviembre de 2008

NUESTRA COPA DAVIS

Puede que no llegue a falacia calificar al hombre de animal racional, pero desde luego es una definición que raramente le cuadra.
Si por el genérico hombre-a entendemos al bípedo de edad mediana, de mediano pasar, de salud pasable, hipoteca asfixiante, moderadamente obeso, razonablemente amenazado de paro y nada satisfecho sexualmente, nos estamos refiriendo a lo que un sociólogo argentino calificaría de hombre-a medio-a.
Es decir, a lo que se conocía antiguamente como animal racional.
¿Cómo explicaría razonablemente ese animal su alegría por el triunfo deportivo en Mar del Plata de unos compatriotas que son su antítesis?
Sería lógico que se alegraran si la victoria de los tenistas los hubiera beneficiado en algo y justificaría su malestar si los perjudicara.
Que ganaran la final de la Copa Davis ha perjudicado al español medio que, sin embargo se llenó de gozo por el triunfo. Por eso el hombre, por lo menos el hombre-a español-a no es un animal racional.
Inconscientemente, su alegría lo autoexcluyó del censo de habitantes de España porque la Copa Davis marcó el triunfo de la desigualdad de los españoles y, en una población que no sea homogénea, los menos favorecidos, inevitablemente, se sienten excluidos.
¿Puede un oscuro fracasado crónico sentirse parte de un todo en el que alguno de sus miembros triunfa?
¿No explica y justifica ser miembro de una comunidad habitualmente derrotada el fracaso personal?
El dolor compartido es menos oneroso y la frustración general más llevadera.
En un entorno de indigencia generalizada, la pobreza individual no puede ser vergonzante, porque la opulencia del rico solo es insultante cuando la comparamos con nuestra penuria.
No nos escandaliza el derroche del jeque árabe, sino las angulas que puede pagarse nuestro vecino para la cena de Nochebuena.
Por eso, nos hubiera convenido más a los españoles el triunfo en Mar del Plata de sus adversarios, aunque fueran argentinos, que el de nuestros compatriotas.
Pero vivimos tiempos en que, si la tremenda justicia de la Inquisición perdurara, no quemaría herejes, sino a los que se atreven a decir en voz alta lo que, aunque sea evidente, parezca socialmente incorrecto.
Por eso, a las personas sensatas, sensibles, apocadas y condenadas a perpetuidad a las sórdidas mazmorras del anonimato, no nos es posible alegrarnos de la gloria y el triunfo de los que ayer ciñeron sus sienes con coronas de laurel en Mar del Plata.
Su derrota no nos hubiera hecho más felices pero nuestra frustración personal se hubiera sentido más cómodamente identificada por compatriotas tan fracasados como nosotros.
Pero los buenos tiempos en que los ciclistas españoles llegaban segundos en un sprint, las selecciones de fútbol eliminadas en octavos y los tenistas apeados en la segunda ronda de los torneos se han ido, me temo que para siempre.
Si los triunfos de los deportistas españoles continúan, los desgraciados españoles tendremos que decidir entre seguir sintiéndonos desplazados en éste, o cambiar de país.

domingo, 23 de noviembre de 2008

SONETO ESDRUJULO

Sándalo aspiro si tu vientre beso,
lánguida es tu pasión que el gusto apaga.
Pétalos de jazmín, tomillo, aliaga,
súplica es de amor tu aliento espeso.
Trémulos tus senos en mi boca apreso.
Súbita quietud, voz que divaga,
hálito fugaz, muerte que amaga,
pétrea eternidad debajo de mi peso.
Tálamo de doradas amapolas
ímprobo rodar de ola tras ola
hízonos de la pasión sirvientes.
Héroes fugaces de una idolatría,
ávidos títeres del placer urgente,
víctimas felices del sol y la alegría.

(Escrito y descartado para “Sentencias Salomónicas”)

sábado, 22 de noviembre de 2008

IDILIO EN ROSA DE SOFIA

Su hermano es inteligente y noble. Ella es inteligente y astuta. Su hermano está siempre atento y responde cuando se le pide algo. Ella está siempre igual de atenta, pero solo responde cuando le interesa.
A los dos los han han tratado como a niños,sin la servidumbre ni el privilegio de su sexo.
Pero ella ha reivindicado desde la cuna los que el tópico adjudica a la condición femenina y los vive con tal empecinamiento que parece una caricatura de lo que la tradición ha identificado con la femineidad.
Para Sofía, hasta el cielo debería ser color de rosa.
Por eso, esta octava real es un intento, a todas luces logrado, de mi nieta Sofía.





Son de nata y azúcar en el cielo
las nubes esponjosas que el sol besa
y manchas de dorado caramelo
les tiñen el perfil de color fresa.
Mansos corceles de rosado pelo
tiran del faetón de una princesa.
De túnica, corpiño y manto rosa,
es Sofía la larva de una diosa
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viernes, 21 de noviembre de 2008

CUENTAME,DE VERDAD, COMO PASO

Si renunciara a cambiar la historia y aceptara al ciudadano tal como es, sin pretender crear un hombre nuevo a golpe de leyes, la izquierda dejaría de ser izquierda.
Pero la historia es, para los regímenes que invocan la izquierda como su raíz ideológica, una herramienta para cambiar el presente y configurar el futuro.
No es que los regímenes de derechas estén libres de esa tentación, pero no son hábitos definitorios de su ideología, sino vicios tomados de prestado.
El individuo de talante habitualmente generoso no está libre de alguna que otra ruindad.
¿Y a qué vienen estas vaguedades propias del maestro Piñones, el que no sabía leer y daba lecciones?
Las inspira el capítulo de la serie “Cuéntame cómo pasó” que la televisión que pagamos todos emitió anoche, jueves, referido a los últimos meses del año 1976, en los que recreó las preocupaciones de los españoles al año de la muerte de Franco.
Las barrabasadas y el frenesí de arbitrariedades de los guerrilleros de Cristo Rey y otros ultras nostálgicos del desaparecido, que el capítulo relata, venían a pelo y reflejaban parte de la realidad de aquellos días.
Pero ni era esa la única realidad, ni eran las únicas barrabasadas.
Del tres de Noviembre de 1976 al 16 de Abril de 1977, los sedicentes comunistas de los “Grupos Revolucionarios Armados Primero de Octubre” (GRAPO) asesinaron a siete personas y cometieron un par de secuestros.
Sin contar con los de sus antecesores del FRAP, a los GRAPO se le atribuyen 83 asesinatos.
Peor todavía fue la ejecutoria de ETA durante los meses que presentó el capítulo: la banda terrorista separatista que se define de inspiración marxista mató a 23 españoles del 24-11-75 al 11-1-77.
O las atrocidades de ETA y GRAPO no inquietaban a los españoles de aquellos tiempos o el guionista de “Cuéntame cómo pasó” sufre amnesia selectiva. Si es involuntaria, que vaya al médico. Si es premeditada, que lo quiten y no cobre de mi dinero.
Porque, en el primer caso, está incapacitado para recrear la historia todavía sangrante de España y, si su amnesia es premeditada, está engañando a quienes, sin haber vivido aquellos tiempos, están condicionados por sus consecuencias.
El próximo capítulo, si sigue el orden cronológico de los hechos relatados, debe aludir al asesinato de los abogados laboralistas de Atocha y a los secuestros de Oriol y Villaescusa.
Habrá que esperar a las diez de la noche del próximo jueves para diagnosticar si la amnesia del guionista es premeditada o involuntaria.

martes, 18 de noviembre de 2008

EL MUNDO DE ANDRES

Hasta el más desolado lugar es bueno para que lo nazcan a uno, y la muerte vela con negros crespones hasta la luz del más radiante paraíso.
Si el prodigio de nacer es un regalo inesperado, nacer en Lisboa es, además, un privilegio inmerecido.
En ésta ciudad decorada por las anchas aguas del Tajo que, al reflejarse, tiñen de un azul intenso el techo de su cielo, nació ayer Andrés.
La luz de Lisboa, la primera que ve Andrés, es diáfana y transparente. Los rayos del sol brillan pero no deslumbran.
Es un sol amable, educado, manso y pacífico como un portugués.
Como el sol de su ciudad, los lisboetas son equilibrados, mesurados, corteses y un poco taciturnos, como si no pudieran olvidarse de su grandeza pretérita.
La ciudad, que desde el altivo castillo de San Jorge se derrama por una sucesión de colinas, escoltando al río hasta que se funde en el fuerte de Sao Julião da Barra con el Atlántico, se mueve con la parsimonia de las calesas.
Este país, donde acaba la tierra y el mar comienza, parece milagrosamente preservado de la histeria colectiva que sacude a sus vecinos por la súbita expansión de una crisis económica inesperada.
La conversación de sus habitantes contrasta con el monotema masoquista de sus vecinos sobre la escasez del dinero porque, como hidalgos viejos, parecen reacios a reconocer su penuria.
Me dicen que hablan poco de la crisis por pudor y porque están resignados a ver la opulencia en otros, sin disfrutarla directamente. “Nos conformamos con poco y no echamos de menos lo que nunca hemos tenido”.
Tampoco culpan a los que los gobiernan de la escasez. La crítica sistemática a los políticos es una ocupación de holgazanes que tienen asegurado lo que necesitan para vivir.
Los portugueses no parecen inclinados a perder su tiempo culpando a otros de dificultades evidentes y se empecinan en hacer su trabajo callada y humildemente, sin aullidos a la luna.
Eso y mucho más es la capital del país vecino del de sus padres, en el que Andrés descubrió su mundo.

sábado, 15 de noviembre de 2008

MIGUEL,EL EXPLORADOR JUSTICIERO

En el umbral de la segunda fase de su excitante vida, a punto de cumplir siete años, Miguel, el mayor de los nietos, está descubriendo nuevos desafíos en los que empeñarse: la investigación científica y la exploración del paisaje.
Será porque ya ha derrotado a todos los malandrines, trasgos, dragones y piratas con los que se enfrentó en su primera infancia.
Tuvo como modelos a Superman, Batman, Spiderman y otros héroes importados aunque, fiel a la cultura de sus mayores, a Batman lo llama “el hombre pachocha” y “hombre mojaño” a Spiderman.
Afortunadamente, cada vez tiene más como espejo a su padre, Joaquín, y menos a los mitos de los comics.
También Miguel es idolatrado, sobre todo por su primo Juan, más bien reprimo, porque el padre de Miguel es hermano del de Juan, Pablo, y la madre de Juan, Verónica, hermana de la de Miguel, Belén.


ESPINELA DEL JUSTICIERO

Pobre dragón sanguinario,
tiburón de hambre voraz
o traicionero y falaz
patrón de barco corsario.
Si no tenéis adversario
que os haga de malos buenos
ni se atreva a poner freno
a vuestra conducta cruel,
vendrá mi nieto, Miguel,
a aplastaros como un trueno.

viernes, 14 de noviembre de 2008

CONSEJOS IMPRUDENTES

Hay ocasiones afortunadas en las que informaciones que se difunden como noticias se demuestran falsas, o pierden su categoría inicial de noticia para quedar en trivial rumor sin fundamento.
Ojalá sea ese el caso del supuesto contenido del discurso que el Presidente del Gobierno pronunciará en la reunión en la que, con otros 21, mantendrá en Washington para poner en marcha un plan mundial contra las dificultades por las que atraviesa la economía.
Se dice que el Presidente, basándose en textos elaborados bajo la dirección de sus consejeros José Blanco y Jesús Caldera, trazará el análisis de la crisis actual hasta identificar sus orígenes con las políticas neoliberales de la británica Margaret Thatcher y del norteamericano Ronald Reagan.
Los ciudadanos de los Estados Unidos son envidiablemente celosos de su bandera y de la Jefatura de su Estado, como símbolos de la tenaz lucha por la Independencia de su país, de la que se sienten cotidianamente responsables.
Criticar en público la política de su antecesor una vez fuera de la Casa Blanca es una bajeza que ningún presidente ha cometido, ni permitiría que cometiera nadie en su presencia, y menos a un extranjero, en la residencia que el criticado ocupó, y en su ausencia.
Es inconcebible que sus consejeros recomienden al Presidente del Gobierno español esa torpeza y, en caso de que así hubiera sido, sería una atrocidad que siguiera sus consejos.
El error de quedarse sentado al paso de la bandera de los Estados Unidos sería una trivialidad en comparación con el que supuestamente le proponen.
Si sus consejeros calculan que con ello se ganarían la simpatía de Barak Obama en la que tan ingenuamente confían, están equivocados.
Si el que será presidente de los Estados Unidos a partir del 20 de Enero distinguiera especialmente al gobernante de un país que se hubiera atrevido a criticar en la Casa Blanca a uno de sus antecesores en el cargo, no se lo perdonarían los que lo eligieron el 4 de Noviembre.
Seguir los supuestos consejos de Caldera y Blanco en la reunión de Washington sería un segundo tropiezo en la misma piedra y las magulladuras de éste serían todavía peores que las que ha tenido que sufrir España por haber permanecido sentado al paso de la bandera.

jueves, 13 de noviembre de 2008

TIMOS, TIMADORES Y TIMADOS

¿Basta la bribonada del estafador y el candor del estafado para posibilitar la estafa?
Sospecho que tienen que aliarse circunstancias más complejas a esas tan simples para la consumación del timo.
Para salir de esa duda que desvela a más de un filósofo, nadie presenta mejores credenciales que el afamado doctor Brainwise.
El doctor Shlomo Brainwise, jefe de investigación experimental del departamento de estudios del comportamiento anómalo, de la Facultad de Ciencias Psíquicas y Mentales de la Universidad de Des Moines (Iowa), para ponerle certeramente el cascabel a ese gato, exigió:
--Ponga un ejemplo concreto a esa cuestión abstracta.
Concentró su atención en limpiar los cristales de sus gafas con un clínex mientras movía acompasadamente la cana melena de paje, como asintiendo al relato de ejemplo.
--Hacía años que los atentados de unos terroristas eran el principal motivo de preocupación de los ciudadanos que viven entre Andorra y Gibraltar. Ni la aplicación más estricta de la ley, ni gestos conciliadores y contactos exploratorios habían conseguido acabar con su intransigencia.
Después de un período razonablemente prolongado, en que el acoso de la policía y el rechazo concertado de los representantes de la sociedad parecían a punto de derrotarlos, se produjo un cambio en el gobierno.
Al nuevo mandamás se le ocurrió que la mejor manera de acabar con los terroristas era negociar con ellos. Disculpaba los claros indicios de que seguían empeñados en sus fechorías, rechazaba las advertencias de sus adversarios políticos de que lo estaban engañando y se empecinó en negociar, hasta que asesinaron a tres ciudadanos e hicieron reventar una bomba en un aeropuerto, que mató a otros dos.
Se demostró que había ocultado datos, que si no había mentido tampoco dijo toda la verdad y descargó en la oposición el fracaso de su tentativa. Un fraude. Pero lo reeligieron, ¿por qué?
--Porque los ciudadanos, íntimamente, se sentían culpables de haber confiado en lo que les decía, pero eran tan incapaces como el que los indujo a admitir su culpa. Al absolverlo con su voto, se autoabsolvian. Inconscientemente, prolongaron la quimera de una posible paz negociada, que habían aceptado como lo más cómodo para resolver el problema. ¿Nada más?
--En la campaña electoral, negó tajantemente el vaticinio de la oposición de que dificultades que apuntaban los indicadores de la economía desembocarían en una grave crisis, a menos que el gobierno dictara normas para frenar el despilfarro. Rechazó esas advertencias, garantizó un futuro ilimitado de prosperidad y acusó de antipatriotas a los que advertían de lo contrario.
Una vez reelecto, y aunque nunca reconoció que su pronóstico había sido erróneo, se erigió en abanderado de la lucha contra el desastre económico que antes negaba. Y casi los mismos a los que engañó dicen que siguen creyéndolo. ¿Por qué?
--Porque a la gente, si tiene que escoger entre quien le asegura que todo va bien y quien le avisa de que se avecinan malos tiempos si no reduce sus dispendios, se queda con el primero.
-- Entonces, profesor Brainwise, ¿basta la bribonada del estafador y el candor del estafado para que sea posible la estafa?
--En absoluto. El estafador necesita que su víctima crea que espera obtener ventajas que compensen el riesgo del engaño.
--El estafador, mi querido amigo,-- sentenció el sabio—necesita la complicidad de su víctima.
-- ¿Y nunca escarmentará?
--Cuando se convenza de que Dios está demasiado alto y el Zar demasiado lejos como para fiarse de su ayuda. Cuando aprenda que, para conseguir un duro, tiene que pagar cinco, y no cuatro pesetas.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

WASHINGTON: REUNION DE PASTORES

Me ha parecido percibir una confusa algarabía de rumores sobre no sé qué cita de notables en Washington para encontrar remedio a supuestas dificultades económicas que sufre el mundo.
Por la jerarquía de los convocados inicialmente, y por el prestigio del que ha conseguido colarse de rondón, más nos vale andarnos con tiento a los que vamos a sufrir lo que decidan, y encomendarnos a los más reputados expertos en taumaturgia.
Porque parece que quienes se han atribuido la responsabilidad de buscar solución a la supuesta dificultad por la que atraviesa el mundo son los mismos que tenían obligación de atajar el problema antes de que degenerara en crisis.
Una de dos: o dejaron deliberadamente que la cosa empeorara para que su solución los haga merecer estatuas, o fallarán en el tratamiento de la enfermedad tanto como en su diagnóstico.
Más bien parece lo segundo porque, aparte del saudí, al que su mar subterráneo de petróleo lo mantiene a flote, los países de todos los demás asistentes a la reunión están zozobrando y a punto de hundirse.
Si cuando el mal era un simple catarro no supieron curarlo, ¿cómo pueden esperar que confiemos en que ahora, cuando ha evolucionado a una neumonía casi terminal, eviten el desenlace previsible?
Hay uno en particular que, hasta que logró ganar las elecciones, se empecinó en que los votantes creyeran que el país que gobernaría sería la Arcadia del pintor romántico Friedrich August von Kaulbach.
Los votantes, naturalmente, lo creyeron y respaldaron, desoyendo la advertencia de la oposición de que el lobo de la crisis ya había asomado sus orejas.
Una vez que los votantes del territorio comprendido entre Andorra y Gibraltar le dieron los votos que negaron al líder de la oposición, del que puso en duda su patriotismo por alertar sobre la inminencia de la crisis, acabó aceptándola, primero a regañadientes y después autoproclamándose adalid en su combate.
Con tanto empeño ha abrazado la nueva cruzada, que se movió de Pekín a San Salvador para que lo admitieran en el cónclave de Washington.
Lo consiguió finalmente porque su país es uno de los de economía más pujante del mundo, pero no parece el más idóneo para representar a su país.
Una persona formal, capaz de mirar a la cara a su interlocutor sin sonrojarse, hubiera admitido su error o su ardid para seguir en el machito, se habría retirado a la privacidad de una vida descasada lejos del mundanal ruido y habría cedido a otro menos contumaz en la negación de la crisis la responsabilidad de ayudar a salir de ella.
Pero política y formalidad parecen incompatibles. Por eso, el que hasta ayer la negaba, representará a España a en la sesión clínica de Washington para decidir el tratamiento contra la enfermedad que aqueja al mundo.
Si todos los demás están tan calificados como el que envía España, no tenemos salvación. Con guardianes así, el lobo de la crisis se va a dar un festín.
Reunión de pastores, oveja muerta.

martes, 11 de noviembre de 2008

GUERRA Y ETICA

Las fuerzas españolas enviadas a Irak tres meses después de la derrota militar de Sadam Hussein se retiraron porque, dijo cuatro años más tarde el presidente del gobierno que ordenó la retirada, “la guerra, además de mal enfocada, había sido ilegal”.
Tan mal enfocada que el ejercito atacante aniquiló al atacado a las tres semanas de bombardeo y, prácticamente, sin enfrentamiento directo entre los combatientes.
Si el éxito de una guerra lo mide la derrota del enemigo con el menor costo posible de bajas propias, pocas guerras en la larga historia bélica de la humanidad estuvieron mejor enfocadas que la de Irak en marzo-abril de 2003.
¿Fue legal? ¿Qué guerra lo es?
La sentencia del pleito sobre la legalidad de una guerra,idealismos aparte, la pronuncia el vencedor porque establecer una relación entre ética y guerra es tan disparatado como distinguir el color por los olores.
La experiencia ha demostrado, por desgracia que, si la campaña para derrotar militarmente a Irak estuvo bien enfocada porque logró su objetivo, fue un error la ocupación del territorio para imponer a sus habitantes un régimen político afín a los vencedores y ajeno a los vencidos.
El mismo error en el que están incurriendo en Afganistán los soldados de la coalición internacional participada por España y que ya ha costado la vida a 88 de los militares españoles.
A los ejércitos de la coalición internacional les han encomendado sus gobiernos una quimera tan irrealizable en Irak y Afganistán como en cualquier país al que hayan sido destinados para imponer normas de conducta política extrañas a su cultura.
En todas esas misiones el fracaso es predecible e inevitable. Antes de pastorear a los habitantes de esos países a un sistema de autogobierno que se fundamente en la división de poderes, los nativos deberían asumir que el poder, compartimentado en legislativo, ejecutivo y judicial, no es patrimonio exclusivo ni lo ejerce directamente Dios.
Una vez que los pueblos a los que se quiere ayudar a organizarse democráticamente acepten que el poder lo ejercen de forma legítima sus gobernantes por delegación de quienes los elijan libremente, las democracias occidentales podrán aconsejarles cómo perfeccionar sus sistemas políticos.
Hasta entonces, más les valdría a las potencias occidentales renunaciar a conducir a la fuerza hacia donde no quieren ir a pueblos que no aceptan la division de poderes, dejarlos que se organicen como quieran y, si suponen una amenaza para los vecinos que no sean de su cultura, meterlos en cintura con campañas como la que, en tres semanas, acabó con la tiranía expansionista de Sadam Hussein.
Pero que no vuelvan a caer nunca en la tentación de ocupar sus territorios.
Quo usque tamdem abutere, Catlina, patientia nostra?

lunes, 10 de noviembre de 2008

MORIR EN AFGANISTAN

Los ha matado el fanatismo del conductor suicida de un camión cargado de explosivos, pero su muerte es una consecuencia previsible del choque de intereses en Afganistan de las dos superpotencias de la guerra fría.
Antecedentes de la muerte de los militares españoles Rubén Alonso Ríos y Juan Andrés Suárez:
Agosto de 1978: La Unión Soviética, que todavía disputaba la hegemonía mundial a los Estados Unidos, despliega su 40 ejército en Afganistán, con el fin declarado de ayudar al gobierno comunista afgano, acosado por la guerrilla fundamentalista musulmana.
Lo que realmente perseguía la invasión militar soviética era uno de los objetivos tradicionales rusos: una salida al Océano Indico, del que solo la separaría Pakistán tras ocupar Afganistán.
El gobierno pakistaní por miedo a la amenaza soviética y el de Arabia Saudita, para ayudar a sus correligionarios mujaidines contra el ateismo comunista, apoyaron a los integristas musulmanes rebeldes, alentados por los Estados Unidos, por medio de su CIA.
El Presidente Jimmy Carter, a pesar de la ingenuidad inicial de su política pacifista, tuvo que admitir la necesidad de enfrentarse a la intervención soviética en Afganistán como una amenaza a toda la región del Golfo Pérsico y, con la llegada al poder de Ronald Reagan, comenzó a materializarse el apoyo activo norteamericano.
“La guerra de Charlie Wilson”, publicado por la Editorial Almuzara, pormenoriza la decisiva ayuda militar norteamericana para que los mujahidines derrotaran a los soviéticos y los expulsaran de Afganistán, lo que se consumó el 15 de Febrero de 1989.
La acelerada erosión del comunismo y la caída en Noviembre de 1989 del muro de Berlín, que simbolizó el derrumbamiento comunista, se debieron en parte al descontento interno por el desastre militar de Afganistán.
Diez años más tarde, mujahidines a los que los Estados Unidos habían ayudado y entrenado para derrotar a los soviéticos, participaron como protagonistas o cómplices en el choque de aviones secuestrados contra las torres gemelas de Manhattan.
El atentado no tenía móviles estratégicos ni de conquista. Solamente castigar el que consideraban centro de una cultura infiel, incompatible con la de los creyentes musulmanes, la única verdadera.
Como represalia, los Estados Unidos capitanearon la coalición armada contra Afganistán, que todavía colea, en uno de cuyos episodios han muerto los dos militares españoles,
La Unión Soviética y Estados Unidos cometieron el mismo error: pretender desplazar por la suya la civilización de un país, sin suplantar previamente su cultura.
Romanos, musulmanes, españoles e ingleses no lo hicieron así.
Los tres primeros dosificaron sabiamente el exterminio de los habitantes de las tierras en las que querían imponer su civilización y el mestizaje de los de individuos de la cultura invasora con los de la cultura invadida.
Crearon así el conjunto de símbolos, creencias, costumbres y mitos sobre los que se basaran las normas y leyes que regularan la sociedad de la nueva civilización.
En los territorios en los que implantaron la suya, los ingleses exterminaron previamente a la población nativa y la reemplazaron por la traída de fuera. Canadá, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda o Gibraltar son ejemplos.
En otros territorios donde los ingleses estuvieron, se limitaron a explotarlos como colonias, sin mezclarse con los nativos ni interferir decididamente en sus creencias, base de sus culturas: Egipto, Pakistán, India, etc.
Antes de que lo hicieran la Unión Soviética o los Estados Unidos, Alejandro Magno desde el Oeste, los budistas del imperio Kushan desde el este y los ingleses el siglo pasado ocuparon y perdieron Afganistán, pero sin pretender suplantar su cultura.
Lo hicieron, en cambio, los musulmanes que llegaron poco después que a España, acabaron con las religiones locales de sus habitantes y los unieron en el monoteísmo fanático del Islam, basado en el monopolio único del poder por parte de Dios.
Para que los intentos civilizadores de soviéticos o norteamericanos hubieran fraguado en Afganistán, tendrían que haber convertido a los afganos antes a sus religiones: que el poder lo monopoliza el Partido o que reside en el Pueblo. Para un musulmán eso hubiera sido una blasfemia, incompatible con la religión de su cultura.

domingo, 9 de noviembre de 2008

O COLABORAS O NO COOPERO

A LA CARMELA DEL ROMANCE




La ropa con que te cubres
te ciñe tanto, Carmela,
que al ir a pelar la pava
tengo que llevar tijeras
para cortar los tirantes
con que el sostén te sujetas.
O vistes prendas mas sueltas,
cagüen tus muertos, Carmela,
o te va a pelar la pava
el que pelártela quiera.
La mía me la pelo solo,
cagüen tus muertos, Carmela.



(Tomado de “Sentencias Salomónicas para Doce Problemas Humanos y para Uno Divino”, de Miguel Higueras Cleries, editorial Visión Net.)

sábado, 8 de noviembre de 2008

ROCIO, AURORA ROSADA

Rocío nació en Lisboa y fué bautizada en la capilla del Palacio de Palhavá, residencia del embajador de España en Portugal, con agua del Río Guadalquivir.
Eran vísperas del 28 de Octubre, día de la marea roja electoral que llevó al poder en España a los rojos del PSOE.
Por eso, estuvo en un tris de llamarse Aurora.


ROCIO


Aurora de escarlata engalanada
y preludio radiante de una España
hasta entonces frailuna, triste, huraña,
que nimbaste al nacer en luz dorada.
Heraldos anunciaron la alborada
de una era de paz, por siempre extraña
a esta tierra de bandidos y alimañas
fatigada de odiar y ser odiada.
Como lágrimas felices de un lucero
rocío de cristal, suspiro mañanero,
enjoyaste de luz un mundo oscuro.
En el ocaso anunciado de mis sueños,
más que en sazón mi corazón maduro,
fuiste al llegar un céfiro sureño.

viernes, 7 de noviembre de 2008

LO QUE EL TIEMPO SE HA LLEVADO

La solución de los problemas aparentemente más intrincados suele ser tan obvia que la enrevesada mente humana es incapaz de percibirla.
No siempre ha sido así porque, antiguamente, cuando el hombre disponía de sonidos inarticulados y gruñidos como medio de expresión, no había equívocos.
Pero cayó en la tentación de iniciar lo que después se llamó civilización y lo primero que hizo fué inventar la palabra para camuflar con ella lo que de verdad pensaba y quería.
Cuando uno de aquellos antepasados con pinta de Arnold Schwarzenegger velludo oía algún alboroto fuera de su cueva, le decía con gruñidos a su mujer: voy a ver qué pasa.
Ahora, si no sabe cómo conseguirt que su mujer le permita ir al bar de la esquina a ver un partido de fútbol que solo televisan en pago por visión, le dice que tiene que salir a renovar el tiquet de aparcamiento para que no le pongan una multa. La engaña para satisfacer un deseo instintivo.
En los añorados tiempos del gruñido, si un individuo tenía hambre, comía lo que encontraba, eructaba y se echaba una siesta tan tranquilo.
Ahora, no. Ahora, para comer como las normas han impuesto, hay que seguir un curso de nutrición y dietética, aunque sea por correspondencia.
Después, que nadie vaya a pretender comer nada sin comprobar que lo permiten la fecha de caducidad, los componentes grasos, proteínicos, energéticos, su proporción de fibras y de hidratos de carbono.
Si lo que pretendemos comer supera todos esos requisitos, hay que asegurarse de que sea dietéticamente compatible con cualquier otra cosa que comamos antes o después.
Ninguna de esas imprescindibles cautelas garantiza una buena digestión y una asimilación idónea de lo ingerido porque, si la modorra nos tienta y echamos una siesta sin el preceptivo paseo previo de veinte minutos de duración, nuestra frágil salud corre peligro.
Todo eso no es así porque sí, sino porque así los hemos hecho.
A la evolución del ser humano debemos el milagro—no se sabe si bueno o malo, si obra de Miguel o de Ázael—que ha transformado la herramienta a su servicio que era el cerebro en el tiránico ordenador que nos obliga a servirlo.
Aquel tosco utensilio que era el cerebro, y que dictaba al hombre los reflejos naturales para satisfacer lo que su instinto le pedía, lo hemos transformado en un complejo ordenador para que domestique nuestro instinto.
De aquellos ignorantes primitivos descendemos y mérito de ellos es que la humanidad haya sobrevivido 50.000 años.
Si los antiguos hubieran sabido tanto como los que de ellos descendemos sabemos, ¿habría sobrevivido tantos años la raza humana?

jueves, 6 de noviembre de 2008

DE PARTE DE MORATINOS

Si Susan Elizabeth Rice hubiera tenido interés en hablar con Miguel Angel Moratinos, el ministro español de asuntos exteriores no habría tenido que dejarle tantos recados sin que la asesora en política exterior de Barak Obama le devolviera la llamada.
La apretada biografía de esa brillante joya de la élite intelectual y política negra del Distrito de Columbia sugiere que, en sus 44 años de edad, en pocas ocasiones habrá dejado para mañana lo que creyera que debería haber hecho hoy.
Por muy inteligente que Elizabeth sea, que lo es, entre sus virtudes tiene necesariamente que destacar la diligencia porque, si la indolencia le impidiera contestar llamadas que le interesaran, no habría conseguido a su edad todo lo que ya ha logrado.
La atractiva Elizabeth, sin parentesco con la secretaria de estado de George Bush Condoleeza Rice, está casada con el productor de los servicios informativos de la cadena ABC Ian O. Cameron, con el que tiene dos hijos.
Además de esposa y madre de familia, Elizabeth Rice era desde 2002 directora del programa de Economía Global y Política Exterior de Instituto Brookings, uno de los punteros de Estados Unidos en investigación y estudio de un amplio abanico de innovaciones políticas, económicas y sociales.
En la Universidad de Stanford, donde obtuvo una beca Truman, se licenció en historia, en la de Oxford estudió con una beca Rhodes, y su tesis sobre relaciones internacionales la consideró la Asociacion Británica para Estudios Internacionales “la más destacada”.
Entre las responsabilidades políticas que ha desempeñado destacan la de directora de Organizaciones Internacionales y de Mantenimiento de la Paz del Consejo de Seguridad Nacional con la Administración Clinton, Asesora Especial Presidencial para asuntos africanos y Secretaria de Estados Adjunta para Asuntos Africanos.
Los burócratas del Departamento de Estado a los que tuvo que meter en cintura para que despertaran de su letargo rutinario se quejaban de su arrogancia juvenil, de ignorar todo lo que no le interesaba y de no permitir discrepancias.
“Tendrán que tratar conmigo estrictamente como profesionales y no como amigos”—replicó en una entrevista cuando la periodista le expuso esas quejas—“Represento al gobierno de los Estados Unidos de América”.
Dicen que la firmeza de su carácter la ha heredado de su padre, catedrático de economía de la Universidad Cornell y ex gobernador del Sistema Federal de la Reserva.
La asesora de Obama, a la que el día del triunfo electoral del senador negro intentó contactar sin éxito el Ministro de Asuntos Exteriores de España, ha revelado que su padre le advirtió cuando era niña: “Nunca te quejes ni te aproveches de tu condición racial”.
Los de su raza la acusan de “excesivamente complaciente” hacia los blancos, por su afinidad con la élite política y económica dominante.
Si, como se mostró esperanzado Moratinos en el programa 59 segundos, consigue finalmente que lo escuche, es para envidiar su suerte.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

SALVADOS POR OBAMA

Quien iba a decirle a Salomón que, tantos años después, iba a pasarse en blanco otra noche electoral norteamericana.
En las elecciones de 1968 y 1972 Salomón Cabeza Sagaz se ganaba la vida como corresponsal en los Estados Unidos y las exigencias del oficio lo obligaron a permanecer despierto.
Su testimonio de las victorias de Richard Nixon en ambos procesos electorales carecian de la precisión estilística, de la hondura analítica y de la amplitud panorámica de Theodore White en sus “The making of the President”correspondientes a esos años.
Pero las noticias, reportajes y crónicas de Salomón lo sacaron airosamente del paso y le permitieron comer el plan blanco y beber la cerveza amarga del exilio unos años más.
Pero el 4 de Noviembre de 2008, jubilado y sin más compromiso que el de aguantar hasta donde resista, tampoco pudo dormir.
No le quitó el sueño su interés, ni siquiera su curiosidad, por saber si Obama o McCain serían el próximo presidente de los Estados Unidos, sino una frivolidad todavía más intranscendente: un partido de fútbol.
Una especie de desazón interior, de desconcierto inexplicable, lo inquietó desde que, esperando que el partido empezara, la televisión anunció la alineación de los dos equipos.
En el inglés , el entrenador y cuatro de sus futbolistas eran españoles mientras que, en el español, el entrenador y nueve de los jugadores eran extranjeros.
Era inevitable el dilema que acabó en insomnio: su patriotismo español, ¿por cuál de los dos debería inclinarse?
En el duermevela de esos momentos ambiguos, fronterizos entre la noche y el alba, una pertinaz pesadilla se mezcló con su desconcierto futbolero como el aceite y el vinagre de una ensalada.
Soñó que el pueblo español clamaba y el gobierno accedía a que se declarara la guerra a los Estados Unidos por el triunfo electoral de Obama.
Cuando el automático del reloj despertador saltó a las diez de la mañana y se enteró de que se había hecho justicia y de que McCain había perdido, suspiró aliviado: los Estados Unidos no tendrían oportunidad de hundir escuadras españolas en Cavite y Santiago de Cuba.
Salomón ha renunciado al imposible de decidir si debería haber simpatizado con el club ingles o con el español, que terminó empatado a un gol.
¿Y Obama?
--Ese es otro cantar porque, su victoria le plantea el mismo problema al que tuvo que enfrentarse el senador Douglas Dillman.
El senador Dillman, presidente pro tempore del senado, de raza negra y protagonista de la novela de Irving Wallace “The Man”, llegó a la presidencia de Estados Unidos cuando el presidente y los tres que lo precedían para la sucesión, murieron en un accidente en Alemania.
El principal problema de Dillman, como puede que lo sea de Obama, es que sus decisiones se interpreten como determinadas por su raza.