sábado, 28 de marzo de 2009

PEOR LA SOLUCION QUE LA CRISIS

Si tan virulenta es la crisis como dicen, más vale echar cuentas de los gastos superfluos de que deberemos prescindir en España para sacar adelante el país.
Si exceptuamos a los que perderían sus enchufes, no habrá muchos que se opongan seriamente a suprimir el derroche improductivo de las Comunidades Autónomas.
Hasta ahora, que se sepa, para lo único que han servido es para dar empleos a cambio de votos.
Fuera, pues, las comunidades autónomas.
Con la única excepción de la de Bailén, las fuerzas armadas españolas (Tierra, Mar y Aire), llevan 350 años sin ganarle una batalla a ningún otro ejército regular extranjero.
Fuera del Presupuesto, pues, la partida de Fuerzas Armadas.
Si hubiera que enviar españoles al extranjero representantes en Misiones de Paz, se mandarán futbolistas de prestigio, cantantes, bailaores, enfermeras, practicantes y médicos, siempre que pueda prescindirse de sus servicios en territorio nacional.
Y quieren decirme de verdad, de verdad, ¿para qué sirve el Ministerio de Asuntos Exteriores y su Cuerpo Diplomático? ¿Hay mayor sarcasmo que lo de “fuentes diplomáticas bien informadas?”.
Nunca se enteran de nada y, cuando se enteran e informan a su Ministerio, no los creen. Suprimido pues de los presupuestos, Asuntos Exteriores, colaboración, cooperación internacional y otros caprichos.
El Instituto Nacional de Empleo (INEM) solo recoloca al cinco por ciento de los parados. El resto lo gestionan empresas privadas. Fuera el INEM.
La gestión de la Enseñanza Pública es un desastre carísimo. Se mantendrá la gratuidad de la enseñanza, pero con gestión concertada.
Fuera el Ministerio de Educación que, con el nombre de Inspección de Instrucción Pública, se limitará a fiscalizar el cumplimiento de los contratos con las organizaciones con las que el Estado haya concertado toda la Enseñanza.
¿Cómo es eso de que las empresas de mensajería y seguridad privadas sean de las más florecientes? Es una prueba de que las públicas, por las que el Estado nos cobra impuestos, no funcionan.
Fuera, por lo tanto, las partidas asignadas en los Presupuestos a Fuerzas de Seguridad y Correos. El Estado seguirá prestando a los ciudadanos esos servicios, pero gestionados por empresas capaces, eficaces y que no derrochen.
El cascarrabias de turno, que ya no puede más, chilla:
--Alto ahí, usted es un fascista que pretende acabar con el Estado.
--No señor, el Estado no necesita que acaben con él, porque su ineficacia ha sido su suicidio. Y lo de fascista, ni me ofende ni me halaga. Mientras no me llame sevillista…Si me deja, sigo proponiendo ahorros en gastos superfluos.
--Ni hablar, porque ya lo veo suprimiendo las procesiones de Semana Santa, con lo que me gustan.
--Suprimirlas no, pero cobraría un canon carísimo por la ocupación de calles, que son de todos. Y las cofradías, si quieren, que reviertan el costo de ese canon en los espectadores. ¿Sigo?
--No, no, prefiero la crisis.

viernes, 27 de marzo de 2009

¡VUELVE, Y PERDONA!

Cuando algún partido de izquierdas se empina al poder, los de derechas lo acusan de que se limita a derrochar la riqueza que ellos crearon.
Los de izquierdas replican que reparten lo que la derecha robó arteramente a los proletarios.
Son apreciaciones de la realidad irreconciliables, pero lo que está demostrado es que la izquierda tiene tal capacidad de movilizar a las masas cuando está en la oposición que los gobernantes de derechas maldicen la hora en que los votantes los prefirieron.
Si en todas partes cuecen habas, imagínense el calvario de un alcalde lisboeta del partido portugués más derechista en 1989, cuando todavía no se había disuelto el ubicuo Consejo de la Revolución.
El alcalde, Nuno Krus Abecasís, del “Centro Democrático Social” (CDS), seguramente haría todo lo posible por resolver los muchos problemas de Lisboa, de los que no era el menor el hacinamiento de sus habitantes, muchos de ellos retornados de las colonias con una mano detrás y otra delante.
La izquierda socialista y comunista, además, estaba encabritada por la prepotencia del gobierno que presidía Sa Carneiro, apuntalado por monárquicos y el CDS.
Murió Sa Carneiro en la campaña en la que intentaba sustituir al izquierdista general Eanes por el derechista Soares Carneiro, y las protestas arreciaron hasta que cesaron en 1983, no se sabe si por milagro o porque el socialista Mario Soares formó gobierno.
En la alcaldía de Lisboa, mientras tanto, seguía Abecasis y las protestas cesaron también cuando eligieron alcalde al socialista Jorge Sampaio.
Tras una ausencia de años regresé a Lisboa y, en una tapia, encontré escrita una súplica: “Nuno, volta e perdoa” (Nuno, vuelve y perdónanos).
Estos días me vuelve a la memoria el letrero de aquella pared, al comparar el acoso de los últimos meses del gobierno Aznar con la paz idílica que reina en las calles españolas desde que Rodriguez Zapatero nos gobierna.
No me atrevo a pedir perdón a Aznar y suplicarle que regrese porque el error de no haberse retirado cuatro años antes lo siguen pagando sus sucesores pero tengo la tentación irresistible de coger una brocha, agarrar un cubo con tinta negra y ponerme a buscar una tapia blanca más o menos limpia.
Reivindicaría el retorno de otro insigne vapuleado, al que sus sucesores me hacen añorar, y escribiría:
“Felipe, ¡vuelve y perdona!”.

jueves, 26 de marzo de 2009

HABLAME DE IRAK, ZAPATERO

Tanto alardea de que mandó regresar de Irak a los soldados enviados por José María Aznar que parece que por ese audaz gesto es por el que quiere pasar a la Historia como Presidente del Gobierno de España.
Tiene derecho a pretenderlo porque nadie mejor que José Luis Rodríguez Zapatero conoce sus propias limitaciones y debe sospechar que, para ganar votos, es más rentable deshacer lo que otros han hecho que intentar por sí mismo hacer algo útil.
Pero que no se crea que ha sido el primer gobernante español que ha retirado soldados antes de que cumplieran la misión para la que los enviaron, porque se limitó a seguir una rancia tradición nacional.
Basten tres botones como muestra:
En 1859, 1.500 soldados fueron despachados a Indochina, integrados en un cuerpo hispanofrancés, para castigar el asesinato de misioneros católicos, alguno de ellos españoles.
Un año después los españoles regresaron a su base de Manila, pero los franceses siguieron allí hasta 1954.
Casi simultánea fue la aventura en la que soldados españoles desembarcaron en Veracruz para obligar al gobierno de México a pagar deudas a Francia, Inglaterra y España.
Españoles e ingleses regresaron cuando se les prometió el pago, pero los franceses permanecieron en México hasta que fusilaron en Querétaro al austríaco Maximiliano, al que quisieron imponer como Emperador.
Casi anteayer, en la segunda guerra mundial, la División Azul, que tan eufórica había avanzada hasta Leningrado, fue retirada discretamente del frente en 1943 cuando el ejército alemán, al que habían ido a ayudar a conquistar Rusia, empezó a perder la guerra.
Ningún ejército extranjero, que se sepa, ha intervenido en guerras ajenas por los principios éticos que invocaron, sino para defender intereses nacionales:
A Aznar le importaba un comino lo granuja que pudiera ser Sadan Husein, pero aprovechó lo que creyó una ocasión propicia para colocar a España entre los que mandan y Zapatero se trae las tropas de Kosovo para no sancionar con su presencia el separatismo vasco y catalán. Lo demás son cuentos para niños insomnes.
¿Qué es lo que Aznar hizo tan mal como para que Rodríguez Zapatero se lo reproche tanto? Sobre todo, no haber explicado, si es que lo sabía y no fue fruto de una intuición genial, lo que hubiera obtenido si le jugada le hubiera salido bien: garantizarse a un precio irrisorio la alianza con Estados Unidos y apartarse de la fatal influencia de Francia en los asuntos españoles, que desde hace tres siglos padecemos.
Y, a propósito de Francia, su oposición a aquella intervención en Irak defendía los jugosos contratos arrancados al dictador Sadam Husein, no la legalidad ni la ética internacionales. Son franceses, pero no idiotas.

miércoles, 25 de marzo de 2009

OBAMA: PRIMER DESENGAÑO

Efímera es la fascinación idílica y, con el hechizo de Barak Obama, también ha sido el más cercano, México, quien antes ha descubierto que no hay sonrisas sin lágrimas ni ilusión sin desengaño.
No puede hablarse todavía del primer tropiezo internacional del nuevo presidente norteamericano, pero el viaje al sur que hoy emprende la Secretaria de Estado Hillary Clinton no podía ser más oportuno para intentar calmar los ánimos de México antes de que se encrespen demasiado.
Los mexicanos, genéticamente corteses y galantes, no podrán disimular la cara larga con que recibirán a la jefa de la diplomacia del país vecino, en el que acaba de entrar en vigor una ley firmada por Obama que incumple compromisos pactados bajo la presidencia de George Bush.
La ley impide que los camiones de largo recorrido mexicanos recojan carga en territorio norteamericano, como permitía el acuerdo de libre comercio, que establecía el derecho mutuo de los transportistas de mercancías a operar en el mercado del otro.
Una comisión internacional de arbitrio requirió sin éxito al gobierno de Washington para que cumpliera lo acordado.
El gobierno de México, en represalia por el incumplimiento, ha gravado con tarifas, consideradas plenamente legales por la comisión de arbitrio, a la importación de noventa productos que costarán unos dos mil millones anuales de euros a los exportadores norteamericanos.
Con la esperanza de que Washington reconsidere su decisión, México ha aplazado imponer tarifas a la importación de maíz, lo que perjudicaría gravemente a los exportadores del norte.
“The Washington Post”, en un editorial, denuncia que la prohibición a los camioneros mexicanos de operar en territorio de los Estados Unidos ya ha supuesto un grave daño para el comercio entre los dos países y ha puesto en entredicho la proclamada intención de Obama de impulsar el libre comercio.
Si tantos perjuicios ha acarreado la ley, ¿por qué la ratificó Obama y permitió que entrara en vigor?
Por las presiones del sindicato de transportistas de su país, temerosos de la competencia de sus colegas mexicanos.
El mismo sindicato que, manejado por el mafioso Jimmy Hoffa, llegó a ser la organización sindical más poderosa de los Estados Unidos.
De Hoffa no se ha vuelto a saber desde que, el 30 de julio de 1975, fue visto por última vez en un aparcamiento de Michigan donde se había citado con Anthony Giacalone y Tony Provenzano, de la familia mafiosa de Vito Genovese.

martes, 24 de marzo de 2009

ABORTO, CUESTION DE VOTOS

Desde su doble autoridad como impulsora del flamenco y ministra, Bibiana Aido ha conminado a las cofradías para que, cundo saquen sus pasos procesionales en Semana Santa, no mezclen religión y política.
Si la orden ministerial se cimenta en los conocimientos de la señorita Aido como Directora para el Desarrollo del Flamenco de la Junta de Andalucía habría que escucharla porque hay letras de esa oración cantada que es la saeta que contienen alusiones antisemitas claramente racistas.
Pero, por el contexto en que la ministra hizo su advertencia, no parece que hayan sido sus responsabilidades anteriores las que se la han inspirado, sino las que ahora desempeña como Ministra de Igualdad y timonel de la Reforma de la Ley sobre interrupción voluntaria del embarazo.
La Ministra reclama, pues, que una medida legislativa que está perturbando convicciones filosóficas, morales, éticas, biológicas, religiosas y demográficas profundamente enraizadas, se someta únicamente al escrutinio político que, en definitiva, es circunscribirla al cálculo electoral.
Es una concepción pragmática de la política que, desnuda de los grandilocuentes enunciados que pretendían ennoblecerla, deja al descubierto que el fin de la política, como parece entenderla la ministra de Igualdad, es conseguir el poder y, una vez logrado, conservarlo.
En el sistema que a Bibiana Aido le ha permitido ser ministra, al poder se llega logrando mayor número de votos que otros aspirantes, y nada mejor para eso que prometer a los votantes lo que los votantes quieran.
Los que ejercen la actividad política como la ministra Aido, saben lo que hacen cuando solo se preocupan de satisfacer a quienes tengan capacidad de votarlos: los que por imprevisión, desconocimiento o desgracia, no saben cómo librarse de un embarazo no deseado.
Para ellos, la legalidad del aborto y la reforma de su ley puede que sea una solución pero, ¿y si el feto fuera un ser humano desde el momento de su concepción?
En ese caso, será un ser humano víctima por no tener, como el padre que lo concibió sin querer y la madre que lo engendró sin quererlo, derecho al voto.

lunes, 23 de marzo de 2009

POR QUE NO ENTENDEMOS A ZAPATERO

Puede que le sobreviniera con el cargo, pero José Luis Rodríguez Zapatero tiene un problema desde que funge como Presidente del Gobierno de España.
Eso explicaría que unos escépticos profesionales como los españoles, que por dos veces lo han escogido como el más avispado, no entiendan lo que quiere decir cuando dice algo.
No son desentendimientos esporádicos, sino sistemáticos: empezó prometiendo el estatuto que los catalanes quisieran, para después negárselo. Negó que estuviera negociando con ETA y después lo admitió. Se empeñó en escuchar a los etarras y terminó sin quererlos ni ver. Se quedó sentado al paso de la bandera norteamericana y, a pesar de que todo el mundo vio que no se levantó, sostuvo que no era cierto.
Se rió de los que le advertían de la amenaza de la crisis económica y acabó pordioseando que lo admitieran entre los convocados a resolverla, anunció la espantada inmediata de los soldados españoles de Kosovo, y un día después, cayó en la cuenta de que, como el tiempo es un regalo de Dios, no corría prisa esa retirada.
Después de cinco años, la experiencia aconseja paciencia para comprender lo que el presidente del gobierno de España quiere decir cuando dice algo. No tomarse demasiado en serio lo que diga porque, inevitablemente, antes o después dirá o hará lo contrario.
¿Es problema de Zapatero que los españoles no entiendan lo que dice, o es problema de los españoles no entender lo que quiere decir Zapatero?
¿Se habrá equivocado Zapatero de país al que gobernar, o serán los gobernados los que se equivocaron al escogerlo como gobernante?
Lo cierto es que uno y otros no se entienden y que dos bueyes uncidos al mismo yugo que interpreten de distinta manera lo que les mande el labrador harán surcos torcidos.
¿Y si Zapatero, al que los españoles entendemos lo contrario de lo que dice, hubiera estado predestinado realmente para presidente de algún país de las antípodas, donde todo es al revés que en España, y por una broma del destino hubiera recalado aquí?
Si así fuera, habría que rectificar cuanto antes el error y mandarlo sin pérdida de tiempo a Nueva Zelanda donde, seguramente, entenderán lo que diga.


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viernes, 20 de marzo de 2009

LA PLAZA DEL SOLDADO

A la Plaza del Soldado se accede por un pasadizo desde la Avenida de mayor densidad de tráfico automovilístico que circunda el pueblo, en el Valle del Guadalquivir.
Por la plaza no circulan coches. En los veladores de un par de terrazas, los hombres toman refrescos y hablan por el teléfono celular, mientras esperan que sus esposas regresen con sus hijos, cuando terminen de jugar en un recinto de bolas de plástico, con todas las aristas enguatadas para evitarles golpes.
Hay parejas que conversan con otras con las que se topan, en el ameno paseo que circunda la mancha de césped central en la que han erigido una losa de granito gris en la que una placa explica su significado.
Es homenaje, alecciona, a un legionario hijo del pueblo que, en 1993, murió en Bosnia en una misión de la ONU.
A algún viejo que, arrastrado por sus nietos ha ido a parar a aquella Plaza del Soldado de aquél pueblo del Valle del Guadalquivir, la losa y la placa le recuerdan la Cruz de los Caídos que los vencedores de la Guerra Civil habían levantado en la Plaza Central del pueblo.
A medida que el paso del tiempo fue diluyendo el fervor de la Victoria, la Cruz de los Caídos fue relegada a un emplazamiento más discreto hasta que, desmontada y desprovista de la lápida con los nombres de los vencedores muertos, se ha instalado en el cementerio.
En el pueblo del Valle del Guadalquivir, la represión contra los vencidos fue particularmente sanguinaria y las cicatrices que la guerra dejó en la memoria todavía supuran.
Puede que el rencor tarde en desaparecer pero, a la vista del recuerdo al soldado muerto en una tierra extraña, como consecuencia de los odios que sembró la confluencia en la antigua Yugoslavia los de los intereses de austríacos, turcos y rusos, espanta el sinsentido de su muerte y la poca relación con su vida y con la de sus compatriotas.
Los hijos del pueblo del Valle del Guadalquivir muertos en la guerra civil española no tienen monumento recordatorio, aunque todos cayeron defendiendo lo que, con igual honestidad, creían que merecía la pena morir por hacer del suyo un país mejor.
Cuando en el pueblo del Valle del Guadalquivir se erija un monumento común que recuerde a los muertos de los dos bandos enfrentados y los amortaje en la compasión y la piedad compartida, la Guerra Civil habrá quedado instalada, como le corresponde, en la historia,

miércoles, 18 de marzo de 2009

ALMODOVAR Y LA MODERNIDAD

Alardeaba de ingenio en su réplica a Madonna, extrañada de que prescindiera de guardaespaldas que, como a otros dioses del moderno Olimpo que es Hollywood, lo protegieran del contacto con los mortales.
Dice Pedro Almodóvar—empatado a puntos con Don Quijote como el manchego mas insigne de la historia—que le contestó: “¿Escoltas? Para lo único que los necesitaría sería para tirármelos”.
Ingeniosa respuesta del cineasta que, sin duda, lo confirma como máximo exponente de la modernidad de la España del fraude institucionalizado, de la corrupción oficial y de los cinco millones de desempleados sin esperanzas de volver a dar el callo.
La frase, además, parece tomada de prestado a alguno de los personajes de sus películas: maricones,travestidos, pederastas, prostitutas generosas, virtuosas mezquinas, varones apocados y hembras industriosas que, según Almodóvar, monopolizan la fauna española.
Puede que sea su empeño en proponer como algo normal las anomalías sexuales lo que hace moderno a Almodóvar, aunque ni en el fondo ni en la forma lo es para quien haya tenido la curiosidad de leer algo más que diarios deportivos.
Si alguien le da el calificativo de moderno por el prosaísmo de su lenguaje, que lo compare con el de los Sonetos Lujuriosos, escritos hace casi 500 años por Pietro Aretino, nacido seis meses antes de que Colón descubriera América y, lo que es peor, lo dijera.
Si por moderno se tiene lo lépero, el elogio de la sodomía que insinúa Almodóvar en su contestación a Madonna es del más rancio clasicismo al lado del de Aretino.
Hay que conceder, sin embargo, que el italiano, que murió de apoplejía por un golpe de risa, debe ser menos moderno que el manchego porque su canto a la ruta alternativa se refiere al amor heterosexual.
¿Es Almodóvar, entonces, un nuevo Pietro de Aretino? Lo dudo y estoy dispuesto a apostar mi patrimonio contra el que Madof ha acumulado con su estafa. Si dentro de 500 años se sigue hablando del peculiar cineasta manchego, pierdo.

martes, 17 de marzo de 2009

AMSTETTEN-SEVILLA ¿ESCANDALO?

La historia del padre que secuestró y violó durante años a su hija, con la que engendró hijos de los que se deshizo para que no se descubriera su desviación antinatural, ha estremecido por su inmundicia a toda la humanidad.
En España, ese mismo sentimiento íntimo de desconcierto, repulsa y zozobra lo ha generalizado el turbio episodio de equívocas relaciones entre un grupo de jóvenes que, ignoradas por cómoda omisión por sus padres, ha terminado en el asesinato de una adolescente.
No son sucesos aislados, sino síntomas de una enfermedad de la sociedad, cuyas causas no nos atrevemos a identificar con franqueza, por miedo a reconocer que entre todos la hemos provocado.
Los embarazos indeseados que se pretenden resolver con una ley de plazos para el aborto, que eliminen la evidencia del problema sin corregir sus causas, tienen el mismo origen.
Es consecuencia todo del ansia de disfrutar de los placeres de la vida, sin permitir que la moderación frene el insaciable apetito de los sentidos.
La supremacía de la sensualidad sobre la razón.
La Humanidad es tan vieja que, por trances parecidos al actual, ha pasado ya en muchas ocasiones, pero parecían afectar a minorías privilegiadas, encaramadas en la cúspide de la pirámide social.
Como la educación, el bienestar y la instrucción, el acceso al placer sensual se ha democratizado y se ha extendido a toda la población.
Los excesos de la lujuria ya no son arquetipos literarios. No solamente carecerían de sentido ejemplificador las travesuras de Don Juan, sino que nos toparíamos con más Tenorias que Tenorios.
Puede que la hipócrita pudibundez de otras épocas fuera desmesurada, pero el desenfrenado culto al placer y su propuesta como objetivo de la vida es igual de falaz y más peligroso.
No es culpa del progreso, sino de la irresponsable utilización de algunas de las poderosas herramientas que el progreso ha aportado, sobre todo de la televisión.
Porque la televisión, que podría haber sido un escaparate de la vida real, ha degenerado en propagandista de una forma de vida que, quien no la asuma, aparece ante sus semejantes como anticuado.
Los programas de televisión que mayor número de espectadores atraen, dirigidos a los que por falta de formación intelectual o de madurez existencial son los más vulnerables, son todos un canto al placer y, sus modelos, los que alardean de su promiscuidad como prueba de aceptación por los demás.
¿Tiene límites la procura del placer? ¿Se atreve alguien a fijar esos límites, aunque lo acusen de fascista?
Si la búsqueda del placer por todos los medios, sin la brida de la razón, es lo que hemos escogido, la mayor hipocresía es escandalizarnos cuando la notoriedad de algún episodio pone en evidencia las consecuencias del desenfreno de la sensualidad.

TIERNO GALVAN, PROFETA

Recién muerto el Caudillo, fueron muchos los políticos de la todavía clandestina izquierda española que peregrinaron a México, donde su presidente Luis Echeverria Alvarez había ganado preeminencia entre los antifranquistas del mundo.
Aunque a nadie le amarga un dulce, no era solamente la ayuda que el dadivoso Echeverría pudiera darles lo que buscaban sino, además, un barniz adicional de antifranquismo en el mero centro de la pomada internacional contra el Dictador.
El inefable Tierno Galván, posteriormente aclamado por los cándidos progres como espíritu de la “movida madrileña”, fue uno de los romeros que, desde Madrid, viajó a la Nueva España en busca de ayuda y respaldo para la España nueva en que estaba empeñado.
Tierno, para espanto de los pocos españoles que por allí andábamos, hizo unas declaraciones en las que admitió que su modelo político para la España postfranquista se inspiraba en el que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) encarnaba en México.
Cabe la posibilidad de que Tierno pretendiera regalarle los oídos a los que iba a pedirles que lo ayudaran pero ¿y si hubiera sido sincero al proponer para España un sistema aparentemente democrático pero realmente totalitario como el del PRI mexicano?
Síntomas para temer lo segundo no faltan, sobre todo a la vista de la inhibición de los sindicatos en la España actual.
La más eficaz herramienta de que dispusieron los políticos del PRI para eternizarse en el poder fue la Confederación de Trabajadores de México que, a las órdenes de Fidel Velazquez, sometía a los obreros del país al férreo control político del régimen de partido único de hecho.
Obedeciendo a Fidel Velazquez, la CTM acarreaba obreros a todas las concentraciones populares que el Presidente necesitara y tenía el honor litúrgico de ser la que “destapara” cada seis años al próximo presidente del país.
Que se sepa, la CTM nunca organizó una protesta para reclamar derechos de los trabajadores que el gobierno no hubiera saludado previamente con simpatía. Como en España ocurre desde que, hace cinco años, el gobierno socialista desplazó del poder al de derechas del Partido Popular.
Que Dios nos asista si el tiempo confirma que Don Enrique Tierno Galván, además de sabio, fue profeta.

domingo, 15 de marzo de 2009

NEP: NUEVA POLITICA ECONOMICA (1)

El acuciante pálpito de una inminente devaluación del dólar lo hizo llamar a su secretaria, entregarle un cheque por la casi totalidad del saldo de su cuenta y mandarla al banco para que le comprara monedas de oro de 50 pesos, llamadas en México Centenarios.
Tuvo Irak que invadir Kuwait, 16 años después, para que el oro recuperara la cotización al que lo había comprado.
Sin escarmentar, reincidió dos o tres veces en aventuras similares. Gracias a un enviado por Mammon llamado Manuel Pizarro, le ganó unas perras a su inversión en Endesas.
Que éste prólogo sirva de aviso a los incautos, porque tan acreditado inepto en sus propias finanzas es quien tiene la osadía de aconsejar sobre las ajenas:




Es revolución liquidar lo que ha dejado de funcionar para, sobre sus ruinas, construir algo más eficaz.
El mecanismo motor de la economía, basado en la usura y en las irregulares oscilaciones de los intereses que gravan la retribución de los préstamos bancarios, se ha parado.
El crédito, sin embargo, es indispensable para que la economía, base de la prosperidad, mantenga un dinamismo homogéneo y sin oscilaciones imprevisibles.
Hay que evitar, por tanto, que quede al capricho voluntarista o interesado de los banqueros la fijación de los intereses del crédito y confiar esa responsabilidad a los poderes públicos, sujetos a la fiscalización de los electores.
No solamente se evitaría el enriquecimiento fraudulento de los banqueros a costa del diferencial que pagan a los ahorradores por su dinero y lo que cobran de intereses a sus acreedores, sino que disuadiría a los depositantes de caer en la tentación de entregar sus ahorros a los bancos, a cambio de intereses irrisorios.
No habría ahorro, lo que implicaría que, lo que a un particular le sobra para vivir, lo gastaría inmediatamente y, así, dinamizaría el consumo y la creación de empleo.
Un sistema económico cimentado en el gasto de los excedentes de salarios y beneficios aumentaría de forma uniforme y constante la demanda de bienes y servicios, su producción para adecuar la oferta a la demanda y, como consecuencia, el bienestar de la sociedad.
El aguafiestas de turno se preguntará ¿y de dónde sale el dinero para inversiones?
“Take it easy, buddy, keep cool”, lo tranquilizará el experto.
El Estado, basándose en cálculos infalibles sobre el incremento previsible de la demanda y la producción, acuñara moneda y aumentará el circulante en la misma proporción en que se estime el aumento de la riqueza.
Servirá para dotar con los fondos precisos las inversiones convenientes.
Todo resuelto. Un mundo de crecimiento económico sostenido, libre tanto de inflación como de deflación y, sobre todo, de banqueros.
Pero, además de garantizar una prosperidad estable, la Humanidad alcanzaría la paz espiritual al acatar, por fin, mandatos de la Iglesia impartidos por sus Concilios de Vienne y Letrán:
En el de Vienne, cerca de Lyon, además de suprimir a los Templarios, la Iglesia tachó en 1311 de “herejía” la práctica de la usura.
En el de Letrán, en 1179, excluyó a los usureros de la comunidad cristiana, prohibió que se les enterrara cristianamente si morían sin arrepentirse y, como prueba extrema del rigor de su condena, mandó a sus clérigos que rechazaran sus limosnas.
Inusitadamente grave debe ser para la Iglesia la usura si ni siquiera admite el dinero que puedan donarle los usureros.
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(1) La anteriormente expuesta NEP es de casta distinta a su homónima que, aprobada en el décimo congreso del Partido Comunista de la URSS y promulgada el 21 de Marzo de 1921, restableció parcialmente la propiedad privada. No se deben mezclar los chivos con las cabras.

viernes, 13 de marzo de 2009

CORRUPCION: REGLAS Y TARIFAS

Sea quien sea a quien le corresponda, ya es hora de que ponga pié en pared y deje de andarse con el bolo colgando: tiene que acabar con este cachondeo de la corrupción.
Hace semanas, encuentran bajo el colchón de un alcalde 160.000 euros, poco después le regalan trajes valorados en dos millones de eternas pesetas al capitoste de una comunidad autónoma y ahora va un periódico y revela que al que manejaba las listas electorales de un partido político le echaron los Reyes un Jaguar de verdad y no de juguete.
Hasta al paradigma de la legalidad, al justiciero mayor del Reino, se le olvida decir que cobrará 40 millones de pesetas de sueldo durante la excedencia pagada que ha solicitado y le han concedido.
Como es bien sabido que el que regala bien vende, muy cándido habría que ser para creerse que el agraciado por los regalos los aceptó de bóbilis bóbils, sin retribuir a su benefactor con alguna merced a su alcance.
A esa al parecer tan extendida práctica de retribuir desde la administración pública regalos de particulares se la conoce por el feo nombre de corrupción administrativa.
Tiene similitudes con el incesto, una aberración dentro del estrecho límite de la familia, aunque la corrupción es una irregularidad en el amplio marco de la sociedad.
La corrupción provoca efectos perniciosos y no es el menor de ellos la envidia porque los funcionarios a los que nadie haya intentado sobornar se preguntarán si es que sus funciones son menos importantes que las de los sobornados y ese sentimiento, si se extendiera, podría acarrear la parálisis de la Administración.
Hay también descontento soterrado entre los sobornados al enterarse por la prensa de que otros, por menos, han percibido un soborno más generoso.
Como acabar radicalmente con la corrupción se antoja una tarea imposible, habría que intentar por lo menos regular su práctica:
El sobornador debería declarar sus gastos en sobornos que, naturalmente, podría deducir de sus ingresos en su declaración de la renta, mientras que el sobornado debería reflejar en la suya lo recibido, sumándolo a su apartado de ingresos.
El legislador haría bien, para evitar injusticias, en detallar minuciosamente el máximo que se permita percibir a un funcionario por favorecer al demandante del trato de favor y esas “tarifas por adjudicaciones irregulares” deberían ser uniformes y homogéneas para todo el territorio nacional.
La prudencia del legislador debe tener en cuenta que la corrupción administrativa es el lubricante que permite el funcionamiento de toda maquinaria política, e impide que se gripen sus piezas vitales.
La corrupción es tan inevitable como el aborto o el consumo de drogas. Como con esas prácticas indeseables, si no es posible erradicarlas, el legislador tiene obligación de regularla. ,

jueves, 12 de marzo de 2009

LOS BANCOS, PARA CURAS Y POLITICOS

Cuando todos hablan mucho de algo es porque nadie sabe de lo que habla, y no hay mejor botón de muestra que la catarata de palabras derrochadas sobre la crisis económica desde que dejaron de atar los perros con longanizas.
Como la restricción de créditos por parte de la banca ha sido una de las manifestaciones más tangibles de la famosa crisis, algunos de los que la padecen, inevitablemente, reclaman la nacionalización de los bancos.
El movimiento reflejo de los banqueros no se ha hecho esperar, como ocurre con el estornudo tras el picor en las cavidades nasales, y protestan que eso de la nacionalización es una tontería.
Uno de esos protestantes interesados,Miguel Martin, Presidente de la Asociación Española de Banca, aleccionó nada menos que a los Diputados de la Comisión de y Economía de Hacienda sobre la prudencia que guía a los banqueros para conceder con cuentagotas los préstamos que les solicitan.
El banquero Martín justificó la actual racanería crediticia por la “cada vez mayor morosidad” en la devolución de los préstamos.
Puede ser, pero en Febrero de 2007, cuando le pedías a un banco un crédito de cien y te ofrecían prestarte 120, la tasa de morosidad representaba el 1,12 por ciento de la totalidad del crédito bancario concedido en España.
En Diciembre de 2008, cuando hacía meses que a los banqueros tenías que darles en el codo para que te dieran la mitad del crédito que les pedías, la morosidad era ya del 3,286 por ciento.
Como uno no es tan listo como el señor Martín, sospecha que la restricción crediticia no se ha adoptado para limitar la morosidad, sino que la morosidad la ha incrementado la restricción crediticia.
El miedo a que el Estado meta sus pezuñas en la Economía nos había convertido a algunos en defensores intuitivos de la menor intromisión posible de la política en actividades que desempeña mejor sin tutela estatal la sociedad civil.
Pero, como las defensas de Jericó cayeron a trompetazos, el temor al Estado se ha esfumado ante la evidencia de que ha sido la falta de control sobre los excesos del mercado lo que ha empozoñado la virulencia de la crisis.
Hay que volver a los orígenes remotos para enderezar el desaguisado, aunque haya que echar la vista atrás hasta el año 1179, y recuperar lo que nos mandó el concilio de Letran: “ordenamos que los usureros manifiestos no sean admitidos a la comunión y que, si mueren en pecado, no sean enterrados cristianamente y que ningún clérigo les acepte sus limosnas”.
Cuánta razón previsora tenía Santo Tomás al defender la gratuidad del préstamo y calificar de injusticia el cobro de intereses. Diecisiete siglos hemos tardado en darnos cuenta, pero nunca es tarde para rectificar.
Reestructuremos urgentemente la actividad bancaria. Que el acreedor pague, por encima del porcentaje con que el banquero retribuya los fondos que le confíen, solo lo que represente el costo del manejo burocrático de sus operaciones.
Y, ante todo, hay que retirar a los particulares de las actividades bancarias y confiarlas al Estado o/y a la Iglesia. Aunque cueste admitirlo, los políticos y los curas son mucho más fiables que los banqueros.

miércoles, 11 de marzo de 2009

TRAVESURA DE GARZON

No hay mejor adiestramiento para burlar impunemente la ley que el que se adquiere desenmascarando y persiguiendo delincuentes.
Si en la burla se aplica la misma perseverancia y sabiduría que Baltasar Garzón derrochó para enjaular truhanes, el diestro tunante seguramente se irá de rositas aunque no deje ley sin violar,como vaticina Alvaro Llorca.
Además de su experiencia en martingalas judiciales, la inteligencia nada común de Garzón le permite acometer la hábil maniobra de tirar la piedra y esconder la mano.
Lo demuestra que, por lo mismo que a Mariano Fernández Bermejo le costó su chamba de ministro, a Garzón no le ha costado la suya de justiciero.
Y no es que Bermejo (palabra con la que los redichos se refieren al rojo) fuera un zote.
A pesar de que en democracia cualquiera puede ser ministro, sobre todo en el gobierno del presidente con apellido de remendón, Mariano Fernández seguramente sería más listo que sus correligionarios a los que no les tocó en suerte una cartera ministerial.
Parece que al juez tan intransigente con las debilidades de otros como tolerante con las propias, quieren sacarle los colores porque se embolsó sin que tuviera derecho a hacerlo cuarenta o cincuenta millones de pesetas.
No contaban con la astucia de Garzón porque los colores se los sacarán pero no la pasta ya que la sanción por la supuesta irregularidad ha prescrito antes de que se descubriera.
Acusaciones son esas basadas en la envidia y no en el amor a la justicia. ¿Quien, si hubiera tenido la ocasión y el convencimiento de que no lo iban a descubrir, no habría hecho lo mismo que Garzón?
Sería una hipocresía afearle su conducta pero, si es verdad que ha hecho lo que se dice, merece un castigo por su presunta falta, pero no por haberse quedado con el dinero sino por no ser lo bastante cuidadoso para evitar que lo descubrieran.
Tampoco sería justo, aunque fuera legal, que el omnisciente Garzón fuera sancionado con igual severidad que si se tratara de un chorizo común, ignorante de los vericuetos de la ley.
Aplicar la ley con el mismo rigor al que no tiene más relación con ella que la de acatarla y al que pagan por hacerla acatar sería una injusticia manifiesta.
Por su demostrada incapacidad profesional para que quedara por siempre oculta su supuesta debilidad, Garzón se merece que lo aparten de sus funciones de juez y, si no hay manera de que devuelva la pasta, que le aproveche.
Pero que demuestre que es tan listo como se dice y lo obliguen a montar una empresa de exportación de helados a Verkoyansk. Así se beneficiaría, en estos tiempos de crisis, la economía española.

martes, 10 de marzo de 2009

ESQUIZOFRENIA ESPAÑOLA

Si en a la Transición Democrática no hubiera influido el miedo a la guerra civil que originó la dictadura, habría ahora dos regiones con estatutos de autonomía que fijaran sus obligaciones y deberes con el resto de España.
La torpe argucia de inventar estatutos para todos, con el propósito de difuminar la trascendencia de los de Cataluña y Euskadi—las dos únicas que lo demandaban—se podría y debería haber evitado.
El resto de las regiones españolas se hubiera contentado con una generosa descentralización administrativa, sin necesidad de capacidad legislativa que, fatalmente, auspicia el separatismo.
Si los pilotos de la Transición hubieran sido valientes, habrían neutralizado el enfrentamiento sobre la forma de organización territorial y, como en la mayor parte de los países del mundo, solo centraría la disputa política en España la orientación ideológica del Estado.
Consecuencia de esa torpeza es que partidos que comparten una misma filosofía sobre las atribuciones del Estado, como el Popular y el Nacionalista Vasco, se coaligarían cómodamente para formar el proximo gobierno de Euskadi.
Pero su discrepancia sobre la organización territorial los convierte en aliados imposibles.
La concepción ideológica del Estado de PNV y PSOE es diametralmente opuesta y, sin embargo, los nacionalistas parecen ansiosos de renovar la alianza que, no hace mucho, les permitió gobernar juntos.
Lo mismo ocurre en Cataluña, donde el Partido Popular y Convergencia i Unió son ideológicamente afines pero incapaces de conciliar sus discrepancias sobre la relación de aquella parte de España con el resto del territorio nacional.
El Partido Popular, el Partido Nacionalista Vasco y Convergencia i Unió defienden posiciones coincidentes en cuanto a la tutela pública de la economía, educación, familia, libertades individuales, administración de justicia, relaciones exteriores e influencia en la cultura de la religión.
A pesar de tantas afinidades ideológicas, la discrepancia sobre la intensidad del encaje de sus realidades regionales en el conjunto de España les impide llegar a acuerdos generales de cooperación política.
Catalanes y vascos aceptaron a regañadientes la fórmula de la España de las autonomías ideada para salir del paso en el proceso de la Transición Democrática, aunque las fuerzas nacionalistas nunca ocultaron que consideraban el acuerdo como provisional y punto de partida hacia objetivos de autogobierno más amplios.
A medida que el tiempo pasa, aquella solución provisional, en lugar de mitigar las discrepancias iniciales, las encona y cada vez parece más difícil una solución definitiva y satisfactoria para todos.
Antes de que sea demasiado tarde y con España ya integrada en el ámbito multinacional de la Unión Europea a la que no pertenecía cuando emprendió la transición, urge encontrar un acuerdo para que los nacionalistas de Cataluña y Euskadi se sientan cómodos formando parte de España, con estatutos aceptados sin reservas y que tengan intención de definitivos.
Hasta que los españoles curen su peculiar esquizofrenia politico-ideológica, la alternancia en el poder de los partidos estará contaminada por la singularidad del procedimiento por el que la historia articuló la nación.

domingo, 8 de marzo de 2009

EL DEPORTE, PELIGRO PARA LA HUMANIDAD

Hay creencias que, sin otro mérito que el de que nadie las ponga en duda, pasan por verdades irrefutables.
Arguyendo ese consentimiento unánime, se admitió durante siglos la creación divina del hombre, hasta que Charles Darwin publicó en 1859 su “Teoría de las especies” y posteriormente “El origen del hombre y la selección con relación al sexo”, base de las teorías que hoy explican al hombre como resultado de un proceso evolutivo.
Sería una temeridad discutir la esencia de esa teoría a un sabio tan famoso y, además, inglés, pero es obligatorio corregir una de sus conclusiones: la de que el hombre es consecuencia de la evolución del mono porque, lo que parece evidente, es que es el mono consecuencia de la degradación del hombre.
Circula desde hace años otra peregrina teoría: la de la bondad del deporte y su eficacia para potenciar virtudes de la raza humana como la nobleza y la fraternidad entre los pueblos.
¿Cómo puede ser así, si el objetivo del deportista es imponerse a un semejante, valiéndose de su prepotencia y de toda clase de ardides para ganar?
¿Es noble disparar el balón hacia el ángulo opuesto a aquél en el que se encuentra el portero? ¿Qué hidalguía demuestra el ciclista que demarra cuando su compañero de fuga evidencia cansancio? ¿Fomenta el altruismo la artera intención del tenista al colocar la pelota exactamente donde su contrario no pueda devolverla?
El deporte, está demostrado, exacerba las pasiones entre los competidores y, como en Julio de 1969, puede provocar guerras parecidas a la que se originó entre El Salvador y Honduras tras un partido de sus selecciones nacionales.
¿Quién puede poner en duda que la animadversión natural y recíproca de barceloneses y madrileños la agrava la rivalidad entre el Club de Fútbol Barcelona y el Real Madrid?
Hay circunstancias coincidentes que merece la pena analizar para una cumplida comprensión de la complejidad del problema: la primera es la rara coincidencia de los adversarios en culpar al árbitro de su infortunio.
Siendo el árbitro, como es, el encargado de hacer respetar las reglas, ¿no es la crítica de su actuación un intento deliberado de desprestigiar, por extensión, a todos los agentes y representantes de la autoridad?
Se eliminan así elementos moderadores que pudieran limitar los daños de las pasiones desbocadas.
La prudencia aconseja sospechar que, como nada de lo que ocurre en la sociedad es casual, el fomento del deporte como práctica y como espectáculo es deliberado y consecuencia de una conjura para exterminar, o al menos diezmar, a la población de la Humanidad.
Fomentar el odio y el enfrentamiento de los fanáticos del deporte es uno de los medios para conseguir ese fin, con el concurso complementario de erradicar el consumo del tabaco, para eliminar sus efectos sedantes sobre las turbas asesinas.
Hay que identificar urgentemente a los impulsores de la conjura para combatirla y contrarrestarla, y nada más fácil que hacerse la pregunta del investigador clásico: ¿a quién beneficia?
Naturalmente, a los ecologistas, tan enemigos del tabaco como defensores de que la naturaleza, sin la profanación humana, se conserve como en el quinto día de la Creación.
Conspiran para que, mientras menos sean los habitantes de la tierra, menos casas construyan y menos bichos tengan que esconderse para que no se los coman.
Han decidido fomentar el deporte como medio de exterminar a la Humanidad y limpiar al Planeta de impurezas contaminantes.
Ingrata obligación de los sabios de hoy es advertirlo, y yo he cumplido con esa obligación. Que la humanidad, después de mi aviso, haga lo que quiera.

viernes, 6 de marzo de 2009

ABORTO Y FLAMENCO

Puede que la reforma de la ley sobre interrupción voluntaria del embarazo sea la iniciativa más delicada y de repercusión más duradera para la sociedad española de la segunda legislatura del gobierno socialista.
La responsabilidad de su aprobación recaerá en los 350 diputados que ahora integran el Congreso pero tendrá consecuencias que trascienden a su coyuntural composición.
La medida, en cuyo debate deberán tenerse en cuenta sensibilidades sociales, religiosas y culturales, además de razones biológicas, médicas, éticas e ideológicas, supone una tutela o intromisión del estado en convicciones íntimas.
Por el impacto que tendrá en generaciones futuras, debería tutelar la reforma quien sepa coordinar con prudencia todos esos condicionantes delicados.
La personalidad de alcances humanistas tan amplios, a la que el presidente del gobierno ha encomendado esa tarea, es Bibiana Aído, Ministra de Igualdad.
Licenciada en Dirección y Administración de Empresas, empleada durante diez meses en una entidad bancaria privada y durante otros tres meses en otro banco, fue candidata sin suerte en dos elecciones en su provincia, Cádiz, antes de que, en Febrero de 2003, la nombraran Delegada de la Consejería de Cultura en Cádiz y Directora de la Junta Andaluza para el Desarrollo del Flamenco de donde pasó, en Abril de 2008 y a los 31 años de edad, a Ministra de Igualdad..
A los que ignoran el inagotable caudal de filosofía empírica, de conocimientos de la sensibilidad y el sufrimiento humanos y de sabiduría biológica, medioambiental y social que el flamenco atesora, podría parecerles liviano el bagaje de Bibiana.
Se equivocan. El flamenco debería ser asignatura obligatoria para el que pretenda aliviar los sufrimientos del pueblo, y la ley de reforma de la interrupción voluntaria del embarazo tiene esa noble meta como fin: librar, a quien lo padezca, de los sinsabores de un embarazo indeseado.
“Qué son penas me preguntas
no te lo puedo explicar
las penas son del que sufre
y no son de nadie más”
Critican los que se oponen a la ley la escasa formación científica de la ministra:
“Pensabas que eres la ciencia
y yo no lo entiendo así
porque siendo tú la ciencia
no me has entendido a mí”.
¿Y cómo quejarse de no tener en cuenta al feto-embrión?:
“No niego que te he querío
lo que me pesa en el alma
es no haberte conocío”.
Se quejan, aludiendo al torpe magisterio de escolásticos medievales, que establecían una diferencia mayor entre el nacido y el no nacido que entre el nacido más afortunado y el más desgraciado, de que la tutela del nascituro debe ser preeminente en lo que se refiera al embarazo.
Pero, en la Edad Media, el hombre nacía para sufrir en esta vida y, así, merecer la felicidad de la vida eterna.En una sociedad democrática, ¿quién discute que es el placer el objetivo de la vida que, sin placer, no tiene sentido?¿qué placer puede esperar de la vida quien no tenga garantizada una alimentación equilibrada, ropa de marca, educación mediante la persuasión, vacaciones anuales y ocupación remunerada durante un máximo de 35 horas semanales?
Nacer, sin esas mínimas garantías, es condenar al sufrimiento al nacido.
“Acaba, penita, acaba
acaba ya de una vez
que con el morir se acaba
el penar y el padecer”.
La ley del aborto, dicen sus detractores, reducirá todavía más el ya peligrosamente bajo índice de fertilidad y amenazará la adecuada estabilidad de la población: no hay que preocuparse porque los índices de mortalidad infantil, ya en tasas aceptables, tienden a mejorar y, para renovar la población, queda el recurso de adoptar niños exóticos, mucho más “fashionables” que los nativos.
Entre las muchas insinuaciones maliciosas destaca la de que la ley, y su impulsora, ignoran sus aspectos negativos y los quieren enmascarar tras las supuestas ventajas de su entrada en vigor. No conciben que Bibiana Aido puede que esté haciendo de tripas corazón y sacrifique sus convicciones personales en favor de conveniencias generales:
“Yo no tengo más remedio
que agachar la cabecita
y decir que lo blanco es negro”.

jueves, 5 de marzo de 2009

TRANSICION FRACASADA

Desde que Dios creó al hombre hace 40.000 años ( día más o menos) el territorio que se extiende entre Andorra y Gibraltar lo ocupan paganos que, a pesar del barniz monoteísta de los últimos 18 siglos, siguen empeñados en levantar ídolos para adorarlos hasta que descubren su falsía.
A la Transición Democrática, el último de esos falsos dioses, la purpurina se le ha resquebrajado y deja al descubierto que no era de oro de lo que estaba hecho, sino de zafio barro mal cocido.
Falsos logros de la Transición:
1.-Transferir al pueblo el poder usurpado por el dictador.
2.-Garantizar la Unidad Nacional.
3.-Garantizar las libertades reales.
4.-Acabar con los enfrentamientos sobre la forma del Estado.
5.-Justicia igual para todos.
6.-Desarrollo económico y social sin privilegios sociales ni desigualdades regionales.
7.-Educación universal de calidad, al servicio de las demandas de la sociedad.
8.-Protección a la libertad de pensamiento y a la difusión de todas las ideas.
9.-Impulso al robustecimiento de los valores sociales
10.-Fomento de la moralidad pública y persecución de la corrupción administrativa.

Puede que el primero de los apartados sea el esencial y, los nueve restantes, consecuencia del fracaso estrepitoso del primero. Como ejemplo, el desagradable tufo de la lucha por el poder que se escenifica ahora en las Provincias Vascongadas.
Seguramente, acabará gobernando allí no el partido que ganó las elecciones sino el que haga más concesiones a los que les presten sus votos, interpretando libremente la confianza de sus propios votantes.
Nada que oponer a la licitud del asunto, ni extrañarse de su aplicación porque no es nada nuevo en las vascongadas y lo ha utilizado en su propio beneficio el partido que ahora se dice perjudicado, pero huele a chamusquina.
Podría haberse evitado si la ley electoral de la Transición, todavía vigente, hubiera sido otra. Y otra habría sido si los políticos que la impulsaron hubieran creído en la solvencia del pueblo para tomar sus propias decisiones, y hubieran renunciado a que las burocracias de los partidos fueran las administradoras únicas del poder que el dictador dejó a su muerte.
Hubiera bastado con adoptar como ley electoral el conocido como “escrutinio uninominal mayoritario”, llamado también sufragio directo, vigente en Estados Unidos y Gran Bretaña, los dos países en los que mejor funciona la democracia parlamentaria.
Consiste, fundamentalmente, en la división de la masa total electoral en distritos electorales, en cada uno de los cuales pueden presentarse tantos candidatos como lo deseen y gana el escaño en disputa el que haya conseguido mayor número de votos.
Los que controlan las burocracias de los partidos se habrían visto forzados a buscar al más capaz de ganar la confianza de los votantes del distrito, cuya reelección dependería de la lealtad que acreditara en la defensa de los intereses de sus votantes.
El sistema actual, sin embargo, designa como candidato al más leal a la burocracia partidaria aunque sea un desconocido para los votantes y no tenga que retribuirle el favor de haber sido colocado en puesto de la lista susceptible de salir electo.
Con el actual sistema, el poder real reside en las burocracias partidarias. Con el de sufragio directo, el poder sería del pueblo o, lo que es parecido, de los votantes.

miércoles, 4 de marzo de 2009

TERTULIANOS

Ni con Abraham fue Yahvé tan generoso como con el polemista cartaginés Quinto Séptimo Florente Tertuliano porque,al igual que los descendientes del Patriarca, son numerosos como las estrellas del cielo,y los de Tertuliano, además, son sabios, célebres e influyentes.
No está claro si los de la casta de Tertuliano son tan inagotables como los de la de Abarahan o si, gracias al don divino de la ubicuidad, están simultáneamente en todas partes.
No hay duda de que poseen la rara calidad vegetal del perejil porque los descendientes de Quinto Séptimo son aliño imprescindible para todas las salsas.
Saben de todo: de la interrelación de ética y estética, de cambios de trayectoria en vehículos espaciales impulsados por combustible sólido, de técnicas avanzadas para capar grillos y de la capacidad redentora de la fe.
Su mayor eficacia, sin embargo, la tienen acreditada como pedagogos políticos y guías de votantes dubitativos, ávidos de decidir a qué candidato favorecer con su voto.
Basta para acertar escuchar atentamente al tertuliano y hacer lo contrario de lo que aconseje. No falla.
Todos, sin excepción, deben seguir normas rígidas para alcanzar el éxito: autosuficiencia en el tono de su discurso, aplomo en las respuestas a la pregunta del que dirija el debate y ocultar por todos los medios que, de lo que le han preguntado, como de casi todo, no tiene ni idea.
Hay dos técnicas dispares pero igualmente eficaces para que el tertuliano sea imprescindible y gane prestigio: coincidir plenamente con todo los que opinen lo mismo que lo que él defienda y no dejar hablar al que discrepe de su opinión.
Esos últimos, por lo general, son comunistas vergonzantes a los que por mucho que lo escondan todavía se les ve el plumero y que perfeccionaron su infalible recurso en seminarios de dialéctica en la vieja Universidad Patricio Lumumba de la añorada Unión Soviética.
Los más brillantes salpimentan generosamente las interrupciones a sus contrincantes con insultos personales y, además, dan lecciones de comportamiento democrático, como corresponde al buen totalitario.
Suelen ser esos tertulianos malencarados, maleducados, broncos, despectivos y soberbios: como si la dosis de mala leche que acumulan al mirarse cada mañana en el espejo para afeitarse o maquillarse les durara hasta caer, por la noche, en el sopor de sus bien merecidas pesadillas.

martes, 3 de marzo de 2009

ECONOMIA MELANCOLICA

Equivocados estaban quienes tachaban de materialistas a los que parecían obsesionados con los bienes materiales, sobre todo con la economía y el dinero, porque se ha diagnosticado, por fin, que la enfermedad que tiene postrada a la economía mundial no se debe a una dolencia del cuerpo sino del alma.
“The Wall Street Jorunal”, el vademecum de consulta obligada para quienes quieran saber lo que ocurre en el mundo de los negocios, culpa hoy al “profundo sentimiento de melancolía entre los inversores” del batacazo que ayer se dieron las bolsas de todo el mundo.
Adam Shell coincide en “USA Today” en la ausencia de razones económicas para explicar que la Bolsa de Nueva York se desplomara ayer, lunes, a niveles anteriores a Abril de 1997.
“Las cotizaciones caen sin freno. Los inversores han entrado en pánico. Los numerosos intentos de operaciones de rescate gubernamentales fracasan en su pretensión de restablecer la confianza”, dice Shell.
Puede que lo que afecte a la economía mundial sea ese trastorno llamado melancolía pero ese estado de ánimo puede obedecer a alguna carencia física, como la que en el ser humano desencadena a veces la anemia.
Scott Black, presidente de Delphi, cree que la caída de las cotizaciones traducía la desconfianza en los planes de rescate de la economía puestos en marcha por Barak Obama y un varapalo personal al presidente.
Debe ser un sentimiento extendido porque “Los Angeles Times” se queja de que “cada día hay un nuevo plan de reactivación y cada día se anuncia la necesidad de un plan nuevo de rescate de alguna empresa o sector en quiebra. Los mercados están paralizados”.
Todavía no ha entrado en funcionamiento el que Obama apadrinó por valor de medio billón de euros y “The Washington Post” revela hoy planes para uno nuevo: la creación por parte del gobierno de varios fondos de inversión para comprar a los bancos los créditos contaminados y de difícil recuperación que están paralizando la reanudación de su actividad crediticia.
Dice el periódico que Obama estima que sería necesario dotar esos fondos con alrededor de un billón de dólares, el equivalente a la suma del plan de reactivación de George Bush y del que el propio Obama impulsó nada más acceder a la presidencia.
Un billón de dólares es, peseta más o menos, el 80 por ciento del Producto Interior Bruto de España, es decir lo que produce este país durante un año.
Qué vista le dio Santa Lucía al gobernante con apellido de remendón (1) que dirige nuestros destinos y que, hasta hace pocos meses, no veía crisis económica por más que mirara.

(1) Por supersticioso, me resisto a escribir el apellido del Presidente del Gobierno. Solo pensarlo me obliga a formular, como antídoto, una jaculatoria a mi Santo Patrón, el único capaz de meterle las cabras en el corral a Lucifer, Satanás o El Demonio, que a cualquiera de esos nombres está siempre atento.

lunes, 2 de marzo de 2009

SIGUEN SIN QUERER SER DE NUESTRA FAMILIA

Aunque parezca lo mismo, no es igual vivir con ilusiones que vivir de ilusiones. Lo primero hace más llevadera la amargura de la vida y lo segundo nos permite evadirnos de la amarga experiencia de vivir.
Encarar con ilusión la realidad es una actitud positiva que nos induce a intentar cambiar situaciones del entorno que nos resultan ingratas y vivir de ilusiones implica cerrar tozudamente los ojos a la imposibilidad de cambiar las situaciones que nos molestan.
Esa pertinaz ceguera voluntaria es agradable, pero impide a quien en ella se refocila hacer frente con realismo a un problema que es más placentero ignorar.
Es lo que nos pasa a los españoles con las Provincias Vascongadas, Euskadi, Euskal Herría o como cada cual prefiera llamar a esa parte de la península ibérica que agrupa a Vizcaya, Alava, Guipuzcoa y, para los irredentistas más convictos, toda o parte de Navarra.
Dicen los que viven de ilusiones que en las votaciones en las tres provincias vascongadas ganaron ayer los españolistas o, como resulta más fino denominarlos, los constitucionalistas.
A mí no me salen esas cuentas de la lechera: sumando a los más o menos independentista las 58.967 abstenciones (la diferencia entre las 634.833 de este año y las 575.866 de 2005) que podrían corresponder a los independentistas proetarras a los que la ley ha impedido presentar candidatos, me salen 591.692 vascos a los que la independencia les atrae más que la integración en España.
Los votos de socialistas, populares y los del partido de Rosa Diez fueron ayer 482.839, que prefieren a la independencia seguir formando parte de España.
Es decir, que haciendo abstracción de artificios legales, y aceptando la dura realidad de los números , la verdad pura y dura es que son 108.853 los vascos a los que les repele más que les atrae la idea de ser españoles.
¿Hasta cuando viviremos de ilusiones?
Cada cuatro años, con el encomiable empeño al que nos empuja nuestro amor a los vascos, los instamos a que se integren y formen parte de la familia española, con el mismo resultado de vernos rechazados.
Alguna vez, la dignidad del afecto no correspondido se sobrepondrá al amor imposible y nos daremos cuenta de que no sirve de nada intentar que forme parte de la familia quien no se siente parte de ella. ¿Cuándo?.

domingo, 1 de marzo de 2009

PERIODISTAS

Son periodistas los profesionales que elaboran textos y los editan, titulan, ordenan, valoran y confeccionan para su difusión en periódicos.
Por extensión, son igualmente periodistas los que hacen las mismas o similares tareas en los relativamente modernos medios audiovisuales: radio, televisión, Internet o noticieros de formato cinematográfico.
Pero no todos los que escriben en periódicos o Internet ni los que hablan o actúan en radio, televisión, o noticieros cinematográficos son periodistas.
El periodista informa y respeta normas estrictas destinadas a desvincular opinión de información.
La firma de una información no exime a su autor de respetar las normas. Solo constata que el firmante fue testigo presencial de los hechos que narra.
Los textos de opinión sin firma expresan el parecer de la empresa periodística y del editor sobre el asunto del que se escribe o habla.
Los textos de opinión firmados expresan el parecer del autor, que suele ser colaborador y no empleado de la empresa periodística difusora.
Si el firmante de un artículo de opinión fuera también redactor del medio de difusión, la pieza de opinión firmada sería de su exclusiva responsabilidad y no de la de la empresa y, en lo tocante al artículo de opinión firmado, habría que entender que ha renunciado tácitamente a su condición de periodista.
Como ciudadano común, tiene libertad para difundir, polemizar, defender y evangelizar en controversias políticas, sociales, religiosas, estéticas o deportivas. En todo.
Como periodista, tiene obligación de ser neutral. Si lo consigue, será buen periodista.
Si no fuera objetivo, habría que enjuiciarlo como mal periodista en el mejor de los casos y, como ventajista que se camufla tras el prestigio de su profesión para engañar a incautos, en el peor.
Quien ha estado más de treinta años intentando hacer periodismo objetivo y varios meses opinando sin informar, puede garantizarles que lo primero es lo más difícil.
Por respeto a una profesión digna, suplico a los pedagogos políticos y a los evangelistas sociales que se ganan tan brillante y espléndidamente la vida con el vicio nacional de la tertulia que, en esas funciones, no invoquen su condición de periodistas.