viernes, 29 de mayo de 2009

AGUIRRE, OBSTACULO PARA LA IGUALDAD

Esta derecha mesetaria adusta y funcional es incapaz de captar la noble intención del movimiento sindical cuando centra sus desvelos en librar a Madrid de la “madre abadesa de un convento ultraliberal”, llamada Esperanza Aguirre.
Ha sido el dirigente del sindicato socialista UGT José Ricardo Martínez el que concedió la dignidad abacial a la Presidenta de la Comunidad de Madrid cuando proclamó la intención de montarle una huelga general si no acata lo que los sindicatos le exigen que haga.
El florido progresista Juan Fernando López Aguilar, con la facundia caribeña de su oratoria, habría aplaudido la cruzada de los sindicalistas contra “la derecha energuménica”.
Pero la candorosa Aguirre, que acepta el valor de las palabras por lo que los sagaces ugetistas y los comunistas de comisiones obreras dicen, y no por lo que esconden, se extraña de que la huelga general con que la amenazan no se la monten al Presidente socialista del Gobierno de España, donde el paro es cuatro puntos más elevado que en Madrid.
Esa interpretación de las intenciones de Martínez y de sus compinches sindicales evidencia la incapacidad de la sobriedad castellana para captar la sinuosa ductilidad del lenguaje de la izquierda.
Está Esperanza Aguirre en la fase inicial de la especie humana de usar la palabra para definir lo que se piensa, mientras que sus adversarios izquierdistas ya han evolucionado hasta manejar el lenguaje para ocultar el pensamiento.
Por mi origen social debería ser izquierdista, aunque mi debilidad por la libertad me encasille en la derecha. Me considero, pues, intermediario eficaz entre una mente aristocráticamente cartesiana y las sutilezas del amagar y no dar dialéctico de la izquierda popular:
Sustituir a la ultraliberal Aguirre por un correligionario progresista no es el objetivo político de Martínez, sino un medio para alcanzar la meta ideológica de la Igualdad.
Porque si la igualdad es en teoría el derecho a un trato idéntico entre todas las personas, la desigualdad, que es su antónimo, es el urticante que irrita la mansedumbre política del desfavorecido.
Que Esperanza Aguirre eche una ojeada a los datos de la última encuesta de población activa y comprenderá por qué los sindicatos quieren quitarla de en medio: el paro en Madrid es cuatro puntos menor que la media de España, 10,5 puntos inferior al de Andalucía y ocho puntos menos que en Extremadura.
Está visto que el gobierno de Rodríguez, correligionario ideológico de los dirigentes sindicales, es incapaz de gestionar una política que aumente el empleo en el resto de España.
A Esperanza Aguirre le toca, pues, hacer algo para que los españoles de todas las regiones sean iguales: o sigue al pié de la letra y sin rechistar las directrices del gobierno de Rodríguez, o se resigna a perder la Presidencia de Madrid para que un socialista aumente el desempleo y lo homologue al del resto de España.

jueves, 28 de mayo de 2009

ANDALUCIA SALVA A ESPAÑA

Depende de los andaluces que España genere anticuerpos que la libren durante muchos años de dolencias izquierdistas.
Si están dispuestos a sacrificarse por el bien de la nacion, lo mejor que pueden hacer es votar al Partido Socialista para que el PSOE siga gobernando en Andalucía.
El Presidente Rodríguez no se ha percatado todavía porque es inocente, pero de Andalucía le han llegado andanadas víricas cada vez más dañinas que podrían ser letales para el zapaterato.
Magdalena Alvarez es el nombre que los científicos dieron a la variedad vírica que provocó los primeros espasmos febriles al sólido organismo electoral de Rodríguez.
Aunque una oportuna remodelación ministerial mitigó la malevolencia del virus, otro que había permanecido inerte se reactivó y sus síntomas amenazan con obligar al zapaterato a guardar cama.
El nombre de ese virus, cuya característica diferencial es la incontinencia verbal aparentemente insustancial, lo identificó el “Research Medical Center” de Duluth (Minnesota) como Bibiana Aido.
Los investigadores han señalado que el vigor de su inmadurez vital convierte al virus Bibiana en particularmente impredecible y perjudicial.
El virus identificado como Manuel Chaves, que ya se manifestó durante el Felipato, afectó durante los últimos años a Andalucía, donde su acción quedó contenida por los límites fronterizos de esa Comunidad.
Los que trataron sus efectos dicen que se manifestaron en un incremento del nepotismo, el caciquismo y la contaminación social a través del subsidio universal.
En Semana Santa saltó a toda España desde el ámbito andaluz en el que estaba enquistado, y ya suenan ensordecedoras alarmas por miedo a que las dolencias que provocó en Andalucía se extiendan por todo el territorio nacional.
Gran servicio el que Andalucía le está prestando a España porque los agentes patógenos que de allí llegan cubren una gama tan amplia que los españoles desarrollarán una autodefensa que los hará inmunes a todo contagio izquierdista.
Al cándido Presidente Rodríguez, que importa de Andalucía especímenes que cree fecundos para perpetuar su zapaterato, tendrían que erigirle los españoles del futuro una estatua, por hacerlos invulnerables a la plaga del izquierdismo.

martes, 26 de mayo de 2009

NOSTALGIA DE FRANCO Y DE SU UTIL FRANQUISMO

Una de las peculiaridades de esa equilibrada suma de imperfecciones que es el ser humano es su incapacidad de apreciar lo que ha perdido hasta que ya no puede recuperarlo.
El menosprecio de lo que tiene y la ambición de lo que carece hacen del hombre un insatisfecho crónico.
Cuando logra finalmente lo que tanto anhelaba y lo compara con lo que renunció al conseguirlo, sospecha que no valió la pena el trueque.
El implacable paso del tiempo no mitiga la añoranza, sino que la exacerba. Lo que parecía intolerable, el tiempo lo reduce a desagradable y, lo que la inmediatez le impedía valorar, la lejanía lo mitifica como insustituible.
Treinta y cuatro largos años han pasado ya desde que España se quedó sin Franco y los españoles sin la coartada del franquismo, por lo que es inevitable la nostalgia del cobijo que perdieron y el desasosiego por el amparo que les falta.
Que no se alborocen los que crean que abogo por la dictadura ni se alboroten los que sospechen que quiero denigrar la democracia.
Solo pretendo analizar por qué roe el gusano del desánimo a los que deberían suspirar de alivio por la liquidación de la dictadura.
Dichosa edad la de Franco y el franquismo, en la que los españoles, privados de su derecho a decidir quién los gobernara, descargaban sus tribulaciones en la oportuna culpabilidad del dictador y de su régimen.
Habían inventado el detergente para sus conciencias que los judíos ya usaban miles de años antes: el cabrito que el rabino, tras la ceremonia en la que lo declaraba culpable de todos los pecados del pueblo de Israel, lo abandonaba en el desierto como sacrificio a Azazel, el demonio.
Como todas, la sociedad democrática española actual necesita también un chivo expiatorio, testaferro de sus propias culpas, y ha encontrado un sucedáneo de Franco y del franquismo: el gobierno.
Pero su eficacia redentora es limitada porque requiere un esfuerzo de amnesia colectiva permanente para ignorar que, a quienes los gobiernan, los han elegido quienes se quejan de sus desaguisados.
Era mejor Franco, porque gobernaba contra los españoles y no gracias a los españoles que no lo habían encumbrado,y a los que ni siquiera les pedía su aquiescencia.
De los gobernantes por elección democrática, además, solo cabe esperar que, cuando cambien, su sucesor sea algo menos malo.
En la Dictadura, la esperanza imprimía ritmo de vals a todos los corazones porque ¿quién no presentia la dicha insoportable que traería la democracia?
Una parte de los españoles buscan en José María Aznar un suplente de Franco, pero no da la talla. Perejil y el barco hospital enviado a Irak son ridiculeces comparadas con el gusto por el aroma de la pólvora que enardecía al Caudillo.
Descartada la idoneidad de Aznar como chivo expiatorio, justificada queda la nostalgia de Franco, la utilidad del franquismo y la acuciante necesidad de encontrar un culpable de todas las ineptitudes de los españoles.

domingo, 24 de mayo de 2009

CONFRONTACION POLITICA DE MENTIRIJILLAS

Es irritante la tozuda negativa de la oposición a acceder a lo que no se cansa de pedirle el gobierno, y enfermiza su manía de criticar todo lo que el gobierno hace o dice que va a hacer.
Y no es que se les pida nada descabellado porque lo único que los del PSOE solicitan es que, si sus contrincantes no los apoyan expresamente, dejen “fuera de la confrontación política” los asuntos en los que discrepen.
Dicen los que conocen los entresijos de la política española que el gobierno y su partido andan desconcertados porque sus adversarios se empeñan en llevarles la contraria.
Bien justificada tienen, sobre todo los del Partido Popular, la deslealtad de que, con razón, los acusa el Partido Socialista Obrero Español.
Se duelen porque, con una oposición tan poco sumisa, no hay quien gobierne con eficacia ni quien resuelva los problemas que, por acción u omisión, origina el gobierno.
Lo peor es que nada consigue una oposición tan poco complaciente porque, por mucho que insistan los discrepantes, el gobierno acabará haciendo siempre lo que desde el primer momento dijo que haría.
¿De qué le ha servido al Partido Popular oponerse a la negociación con ETA, avisar del chaparrón que amenazaba a la economía, advertir de la imparable subida del paro o denunciar la incongruencia de que una niña dependa de sus padres para todo menos para abortar?
A la interminable lista de deslealtades se suma ahora la crítica de la oposición al prudente silencio que, para no sembrar el pánico, se impuso al brote de gripe en un cuartel.
Esa oposición díscola parece que ahora quiere sacar los colores al gobierno en el caso de Marta del Castillo, la niña sevillana supuestamente asesinada y cuyo cadáver, después de la afanosa búsqueda en el río y en el vertedero donde su asesino confeso dijo que lo habían arrojado, sigue sin aparecer.
Mar Moreno, consejera de educación y tapada del presidente Rodríguez para presidir la Junta de Andalucía, quiere que casos como el de Marta “queden fuera de la confrontación política”.
Ese eufemismo, traducido al lenguaje de Pero Grullo, quiere decir que no se mencionen en campañas electorales los asuntos que puedan quitar votos al Partido Socialista.
Los de la oposición siguen en sus trece, nada más que por molestar, porque una campaña electoral de guante blanco es imposible que sea menos eficaz que las que consisten en criticar al gobierno.
Las campañas electorales libres de asuntos desagradables en la confrontación política serían tan estériles como las actuales, pero mucho más placenteras.
Se hablaría del estremecimiento que la brisa provoca en la imagen de la luna reflejada en la quietud de los lagos, del trino melodioso de los jilgueros, de la hermandad de los pueblos gracias a la alianza de chiitas y sunnitas y de la caricia tibia del sol primaveral como preludio del grano en sazón.
Pero los que no se dan cuenta de que España sería la perjudicada, si el PSOE dejara de gobernar, se empecinan en hablar de asuntos soeces, groseros y ordinarios en su campaña electoral, en vez de hacer una oposición de mentirijillas.
Les tiene sin cuidado incomodar a los electores con problemas desagradables.

jueves, 21 de mayo de 2009

EL REAL MADRID FICHARA A OBAMA

El Real Madrid, la institución española más conocida fuera de las fronteras de España,anda metida en elecciones para escoger al mandamás que la mangonee.
Aunque hiciéramos abstraccion--como dirían los finos-- del inventario de sus triunfos deportivos, el Real Madrid seguiría siendo una herramienta envidiable para prestigiar a quien la maneje.
Aparte de que aparecería a la izquierda de los personajes más influyentes y poderosos de la tierra y de que no se le cerraría la puerta de ningún despacho donde se ventilaran cuartos y prebendas, el Presidente del Real Madrid representa a 85.000 socios y 1.800 peñas, los consulados exteriores del club.
Por eso, entre otras naderías, la presidencia del Real Madrid es el caramelo que insaliva el paladar glotón de todos los ambiciosos que tengan el respaldo de 85 millones de euros, el aval necesario para convertirse en candidato.
Es larga y truculenta la lista de ardides utilizados para llegar a la presidencia del Real Madrid, pero Juan Onieva ha anunciado uno tan inesperado como audaz e infalible: ha prometido que hará presidente de honor a Barak Husein Obama.
Así cualquiera. Recurrir a instancias superiores al quehacer societario en disputa debería estar prohibido. En el mundo del deporte, sin embargo, el recurso taumatúrgico a Obama para conseguir el fin que Onieva persigue tiene, que yo sepa, un antecedente:
El de Rodríguez, el escuchumizado conserje del casino de mi pueblo al que, los días previos a algún partido particularmente comprometido del Betis, se le veía arrastrar sus pies planos hasta la hornacina de la Virgen en la Calle Ancha—la Broadway de Palma del Río—para sobornar a la madre de Cristo con unas monedas.
Mal está lo de buscar en Obama al Beltran Duguesclin que ayudó a Enrique II a despenar a su hermano Pedro I (papel que aquí correspondería a Florentino Pérez) que ya ha anunciado su intención de volver a presidir el club.
Se dice que Florentino, que tiene más dinero que Dios talento, va a comprar por lo que le pidan a los futbolistas más famosos del mundo para, después de que demuestren en el Real Madrid que son unos petardos, venderlos por lo que le den.
Con el Creso del fútbol como oponente, Onieva lo tiene imposible aunque la incongruencia de sus propósitos bastaba para su derrota porque, ¿cómo fiarse de que cumplirá su promesa de españolizar al Real Madrid si invoca como guía a un extranjero que, aunque negro, no es brasileño sino norteamericano y como entrenador a otro extranjero que, aunque de la Nueva España no es español?
Hay malpensados que sospechan que lo de Onieva es una artera triquiñuela de mayor calado que la de fungir cmo presidente del Madrid.
Dicen que, tras la oferta a Obama, se esconde el propósito de romper la amistad que lo une con Rodríguez, el presidente del Gobierno Español,conspicuo barcelonista declarado, famoso por sus embustes y por la entrañable coincidencia política e ideológica con el Presidente norteamericano.

miércoles, 20 de mayo de 2009

CUENTOS DEL PSOE: LA DERECHA COME NIÑOS CRUDOS

No tienen los españoles la culpa de confundir franquismo y derecha porque el propio dictador señaló tozudamente a la izquierda como enemiga de España, a la que confundía con su propia persona.
Franco, que no era de derechas ni de izquierdas porque su única ideología, como la de todos los déspotas, era ejercer el poder absoluto, ha sido y sigue siendo el mayor enemigo que la derecha ha tenido en España.
Perjudicó a la derecha porque se le identifica con ella y, en éste país que quiere olvidarse de Franco, aterra que gobierne un partido con el que se le confunde.
Lo sorprendente es que, para cualquier analista político no español, el franquismo tuvo más similitudes con la izquierda que con la derecha.
Pero la confusión ideológica es la herramienta más útil del PSOE para evitar el triunfo electoral del Partido Popular.
Tan bien lo saben los socialistas, que en su primer vídeo de propaganda para las elecciones europeas de Junio, repiten el mensaje que siempre les dio la victoria: voto que no respalde al PSOE, facilita el triunfo de la derecha.
La articulación de Europa de manera favorable a los intereses españoles, el desempleo, la crisis económica o los despilfarros del dinero público son amenazas baladíes comparadas con el triunfo electoral del Partido Popular, el triunfo de la derecha.
Es un mensaje de efecto garantizado porque los mismos adversarios políticos del PSOE colaboran en la eficacia del ardid.
Los candidatos del Partido Popular parecen admitir la supuesta perversidad de la derecha porque se indignan cada vez que sus oponentes los llaman derechistas, como si fuera un insulto.
Torpe e inútil empeño porque, si se admite que son partidos de izquierdas el socialista y el comunista, su único adversario con posibilidades políticas de gobierno es el Partido Popular que, como oponente de los de izquierdas, tiene que ser de derechas.
¿Y qué?
Las ideologías clásicas se han hibridado para lograr gobiernos eficaces y, aunque partidos de izquierda adopten medidas consideradas de derechas y los de derechas asuman programas propios de la izquierda, hay líneas maestras que definen sus filosofías:
La derecha, cuando entran en colisión Libertad e Igualdad, se inclina por el primero de esos dos principios de la democracia, emanados de la revolución francesa, mientras que la izquierda da preferencia a la Igualdad sobre la Libertad.
La izquierda legisla para cambiar la sociedad y la derecha para adecuar las leyes a los cambios que la sociedad ha experimentado en su evolución.
Para la derecha, cada individuo tiene derechos inviolables en la organización social mientras que, para la izquierda, prevalece el derecho del estado sobre el del individuo.
La derecha cree que el individuo es capaz de procurarse por sí mismo, o asociándose por propia conveniencia, los bienes y servicios que necesita. La izquierda está convencida de que el Estado sabe lo que el individuo necesita y se lo proporciona mejor.
En momentos de enajenación radical, tanto la derecha como la izquierda han cometido tropelías pero, sin duda ninguna, ha sido más duradera la opresión de los regímenes de izquierdas, más sanguinarias sus dictaduras y más corruptas sus burocracias.
Franco, Hitler y Mussolini propugnaron con tanta saña como Mao, Lenin, Stalin o Pol Pot el igualitarismo entre sus pueblos sometidos, y persiguieron la libertad con igual contumacia.
¿Por qué, entonces, el PSOE asusta a los españoles con el miedo al triunfo electoral de la derecha?
Porque, a fuerza de repetir una mentira—el camarada Goebbels era más socialista que nacional dentro del nacionalsocialismo—los españoles asumen como verdad absoluta una mentira: la maldad intrínseca de la derecha y la beatífica bondad de la izquierda.

martes, 19 de mayo de 2009

AYER Y HOY DE LA ETICA EN POLITICA

Si los políticos de la República levantaran la cabeza, no tendrían que perder una guerra para salir huyendo camino del exilio: les bastaría comprobar lo que, impunemente, derrochan sus colegas de ésta Monarquía Parlamentaria y Constitucional.
Por sobornos, que el propio inductor del delito cifró en medio millón de pesetas, cayó el gobierno derechista de Alejandro Lerroux en Octubre de 1935, el encono político se exacerbó, España se escindió en dos mitades irreconciliables que compitieron en las elecciones de 1936 y estalló la guerra civil.
Todo lo desencadenó la denuncia de Daniel Strauss, un germano-holandés con pasaporte mexicano, de que había regalado relojes de oro y otros obsequios a Aurelio Lerroux y otros allegados del entonces presidente del gobierno y líder del partido radical republicano para que le gestionaran permiso de uso para una ruleta.
El juego seguía prohibido en España desde la dictadura de Primo de Rivera y, como la máquina de Strauss y su socio Perlowitz (la straperlo), solo funcionó tres horas en el casino de San Sebastián y ocho días en el balear de Formentor antes de que la policía interviniera, Strauss exigió que le devolvieran lo que se había gastado en sobornos.
El delincuente, amigo y colega del mítico boxeador Max Schmeling y de Rafael El Gallo, desencadenó con la denuncia que envió al Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, la crisis que hizo caer al gobierno, alentó el enfrentamiento político y desembocó en la guerra.
Por medio millón de pesetas.
En estos venturosos tiempos en los que el pueblo español ha sabido hacerse más sabio y la prudencia lo ha enseñado a tomarse con cachaza la trivialidad del despilfarro de los dineros públicos, no hay peligro de que por euro más o menos nos tiremos los trastos a la cabeza.
Puede que haya quien vista trajes que pagan otros, que se compren sillas de medio millón de pesetas cada una, que se gaste medio millón de euros en el coche del presidente de Cajamadrid o que, en el arreglo de la residencia del Presidente de Canarias, se gastan sesenta millones de pesetas.
Será todo eso tan verdad como que ese despilfarro coincida con cinco millones de ciudadanos sin empleo pero, ¿por algo tan mezquino como el dinero vamos a perder la compostura?
Sería impropio de uno de los pueblos más progresistas y liberales del planeta.

lunes, 18 de mayo de 2009

EUROFESTIVAL Y DESANIMO

No pretendo comparar el abatimiento en que se sumieron los españoles tras la pérdida de Cuba con el que cada año los aflige tras el Festival de Eurovisión, porque el primero apesadumbró a menos de la mitad que el segundo.
El que desencadenó lo de Cuba pudo afectar a dieciocho millones y medio de personas. Las víctimas posibles de lo de Eurovisión son 46 millones.
En cuanto a la gravedad de cada uno de esos desórdenes anímicos, depende de lo a pecho que se lo tomara el apenado.
Se publicaron sesudos tratados, se crearon escuelas de pensamiento y se hurgó en el alma colectiva de los españoles para explicar, diagnosticar y superar lo de Cuba.
El padre del regeneracionismo, Joaquín Costa, se largó su “Crisis política de España. (Doble llave al sepulcro del Cid)” y, aunque sus herederos—los de la generación del 98— se volvieron hacia la almendra de España, que es Castilla, todos coincidían en que había que ver lo bien que estaba el libro.
Este humilde servidor de ustedes, en sus “Sentencias Salomónicas para doce problemas humanos y para uno divino”—un librito que analiza y resuelve todos los problemas de la Humanidad—advertía en 2007 sobre lo de eurovisión, y nadie hizo caso. Así nos fue y así nos irá.
En esencia, el premio de eurovisión lo enfocamos como un objetivo en sí, y no como una oportunidad: la de que los europeos conozcan la belleza de nuestra música, el hondo significado de nuestras añejas costumbres y el peculiar sustento popular de nuestra cultura.
Nos emperramos en mandar gente que cante el mismo tipo de baladas que los demás, con la misma escenificación de los otros y, como no tenemos más vecinos que Andorra y Portugal, son los únicos que nos votan.
Pero está visto que no sirve disolvernos en el conjunto renunciando a lo que nos hace diferentes para mimetizarnos tanto con Europa que dejemos de parecer españoles.
¿Qué hay que hacer, entonces?
Que sea una comunidad autónoma la que, por orden alfabético, seleccione cada año lo mejor de su música tradicional, para que represente a toda la nación española.
Andalucía, la primera por orden alfabético, debería mandar un gitano sesentón y gordo que, con voz cascada, cante una soleá con el único acompañamiento de un guitarrista canijo y una pareja de baile limpia, pero normal: nada de ninfas ni efebos.
¿Escenario? Un telón blanco con un reloj sin manecillas.(Los intelectuales, que todo lo explican, dirían que representa la inmutabilidad del tiempo y la intrascendencia del presente)
Que Aragón mande una agrupación de joteros, ellos todos con sus cachirulos, sus garrotas y sus fajas ciñendo las orondas barrigas y, ellas, dejando ver el albo polisón bajo las aladas faldas.
¿Y la agrupación de muñeiras que, animada por los aturuxos, el gemido de la gaita y el golpeo sincopado del tamboril muestre a los europeos que hay fiestas que nada tienen que envidiar a la monotonía americanizada que cada año padecen?
Que los del País Vasco enseñen a los europeos la bravura del zortzico mientras un par de aizkolaris les demuestran cómo se cortan troncos, o que los de La Mancha los amaestren en las faenas de su campo, haciendo que una mula torda dé vueltas sobre la parva al compás de un cante de trilla.
Y que nadie proteste si tampoco gana España así el festival de Eurovisión porque, copiando baladas americanizadas, no nos comemos una rosca.
Peor no puede irle a España exhibiendo lo genuino de su música y, además, no pueden acusarnos de fomentar los inconvenientes de la globalización que, tenerlos, los tiene.

viernes, 15 de mayo de 2009

HABLANDO SE CONFUNDE LA GENTE

Que Dios no permita que dude de su inabarcable talento ni de su infinita misericordia aunque sospecho que, si consiente que pase lo que pasa, es porque no presta mucha atención a lo que está pasando.
Y no me refiero a las trapacerías que, cara a cara, le hace un semejante a otro porque, en la naturaleza humana, la tendencia al bien se equilibra con el impulso al mal para que el hombre haga uso de eso que se llama su libre albedrío y pueda ser imputado por sus actos.
Lo que me preocupan son manifestaciones más sutiles que, aunque parezcan bienintencionadas o inocuas, acarrean consecuencias perversas: las mixtificaciones idiomáticas.
Hasta he llegado a sospechar que tienen como propósito confundir nuestras mentes para empujarnos a la enajenación suicida.
Si así fuera, no sería por aquiescencia de Dios, sino por instigación del diablo, la cara falsa de la moneda de la que Dios es la cara de ley.
A ver, si no:
Lo de “Estado de Derecho”: como si hubiera habido algún Estado en el que la casta que lo controla no se afanara en promulgar una tupida maraña de leyes para acorazarse contra los que intenten desplazarlos para ser ellos los que chupen del bote.
Lo de “Agentes sociales”: paniaguados que defienden su sustento atribuyéndose la representación de todos los trabajadores, aunque solo un uno por ciento de los asalariados coticen a su sindicato.
Y la cosa no se queda, naturalmente en la política. Vean:
Ya nadie “dice”, sino que “comenta”. Los “negros” son “subsaharianos”, aunque hayan nacido en Barranquilla (Colombia).
Lo de “a más a más” por “además” y lo de “de buena mañana” en vez de “por la mañana temprano”, se puede disculpar con buena voluntad y espíritu liberal como el peaje necesario para la hibridación de las lenguas oficiales de este país que se extiende entre Andorra y Gibraltar.
Pero hay cosas que desconciertan hasta al más ecuánime:
Buscando churros congelados—suculento desayuno que engorda, aumenta el colesterol, incrementa la inteligencia y contradice todos los interesados consejos dietéticos--, encontré en un supermercado una bolsa de plástico.
Aunque un dibujo ilustraba el contenido y el letrero “Churros de lazo” lo ratificaba, sospeché que me estaban dando gato por liebre.
El motivo de la sospecha eran los dos letreros debajo del primero: “Begizta-Txurruak” decía el primero y “Xurros de llaç” el segundo.
No las tenía todas conmigo, por lo que llegué a la conclusión de que, para zanjar una duda teórica, nada mejor que someterla a una verificación empírica.
(Perdón por contagiarme con la epidemia de mixtificaciones y haber escrito lo de “verificación empírica” por “probarlos”.)
Lo hice. El aspecto era de churros, el sabor de churros y la textura, la de los churros. Digo churros y no jeringos, su nombre genuino, porque lo de churros es una mixtificación más del nombre verdadero de esa masa frita.
Es evidente que ni los churros de la bolsa congelada ni los que te sirven en las cafeterías madrileñas tienen nada que ver con los que hacía Lola, la jeringuera de la plaza de abastos de mi pueblo, que tenía su puesto a menos de 50 metros de la cama en la que me despierto cuando por allí ando.
Escribo en pasado porque Lola, vistosa gitana de pura cepa, ya no fríe jeringos en el puesto. Otra mixtificación: los gitanos que antes iban por el monte solos, ahora hasta se jubilan.

miércoles, 13 de mayo de 2009

EL DEBATE DEL CONGRESO Y LA BATALLA DE MUNDA

Por lo que dicen los que allí estuvieron y los que se lo oyeron contar a los que lo presenciaron, el doce de mayo de 2009 se debió armar la marimorena en el templo de la democracia española, el Congreso de los Diputados.
No me enteré muy bien de lo que pasó porque, como tanta gente habló tan prolijamente del alboroto, fue poco lo que saqué en claro.
Pero intuyo que se pareció a lo de la batalla de Munda, que hace más o menos dos mil años libraron en mi pueblo dos facciones que se disputaban mandar en Roma.
En el congreso de los diputados se enfrentaba un tal Zapatero, que hacía de Cayo Julio César, y Mariano Rajoy que, como sucesor de José María Aznar—eclipsado desde hace cinco años—interpretaba a Tito Labieno, el general que sucedió a Cneo Pompeyo Magnum, muerto tres años antes.
Al contrario que en Munda, donde ni César ni Labieno se vieron las caras, en el Congreso de los Diputados dicen que los jefes de las dos facciones enfrentadas se dijeron de todo y, si no llegaron a las manos, fue por educación y por exigencias del reglamento.
--¿Y quien ganó?”—interrumpe impaciente el escuchante del relato bélico—“¿Fue Zapatero el que se llevó el gato al agua o se lo llevó Rajoy?”.
--“Pues no se sabe”—tiene que admitir el narrador—“porque los cesarianos dicen que ganó Zapatero y los pompeyanos proclaman que el vencedor fue Rajoy”.
--“Pues vaya rollo de comparación entre lo de hace tantos siglos y lo del día doce de mayo”—se queja el incorregible cascarrabias—“si ni siquiera sabemos el ganador del enfrentamiento del Congreso, ¿en qué se parece eso a la victoria de Cesar en Munda?”.
Se parece en que los pompeyanos y los cesarianos se pelearon en Munda por lo mismo que se pusieron verdes en el Congreso de los Diputados, sin llegar a las manos, el jefe de los socialistas, Zapatero, y el de los populares, Rajoy: por mandar, por el poder.
--Pues yo he oído decir—discrepa del crónico disidente—que si discutieron fue porque cada uno de ellos quería arreglar a su manera no sé qué crisis.
--Ese fue el pretexto, pero todos los Zapateros y los Rajoys que en el mundo han sido, y serán, se pelean por el ansia de poder, la coacción del hambre o los apremios del sexo.

lunes, 11 de mayo de 2009

UN DRAGON QUE YA NO DUERME

Lo dijera en 1803 antes de autocoronarse Emperador o en Santa Helena cuando ya no lo era, parece cierto que Napoleón avisó que, cuando el dragón chino despertara, el mundo se estremecería.
Que China se desbordara y se extendiera más allá de los límites de su Gran Muralla no era para todos el peligro amarillo del que había que asustarse, porque algunos lo esperaban como recurso extremo para que su país recuperara la libertad perdida.
Cuando el mundo todavía era lógico porque los malos de la Unión Soviética y los buenos de las Democracias Occidentales estaban asépticamente separados por un oportuno telón de acero, el oficio con el que entonces me ganaba las angulas me llevó a Checoslovaquia.
Faltaban todavía más de veinte años para que aquél país se partiera en dos y hacía casi diez de que los tanques rusos habían frustrado las veleidades de libertad de la Primavera de Praga.
Las secuelas de la represión por aquel intento aplastado perduraban, pero si las manifestaciones externas contra la presencia soviética se habían acallado, muchos de los checos albergaban la esperanza íntima de lograrlo.
El guía-intérprete que me había asignado el Ministerio para ayudarme-controlarme, me preguntó cuando se debió convencer de que hablaba con alguien del que se podía fiar:
--¿Sabes cual es la solución para Checoslovaquia? Declararle la guerra a China y, cuando el ejército chino llegue a nuestras fronteras, rendirnos y pedir la paz.
El peligro chino, para aquél patriota checo iluso, era más remoto que el de la Unión Soviética, cuyo territorio tendrían que haber atravesado los soldados asiáticos para llegar a Checoslovaquia.
De mis tiempos en Estados Unidos recuerdo algunos acontecimientos que conmocionaron a los norteamericanos: la boda de Jacqueline Kennedy con Onassis, la victoria de los Mets de Nueva York en la serie mundial de béisbol de 1969, el aterrizaje en la luna y el viaje de Nixon a China.
Pues una empresa de aquella China, entonces misteriosa y amenazante, va a alquilar 63.000 de los 800.000 metros cuadrados de la torre de 600 metros de altura que se alzará en Nueva York sobre las ruinas del World Trade Center contra cuyas torres gemelas se estrellaron aviones secuestrados por fanáticos musulmanes suicidas.
El terror que sobrecogió a la humanidad cuando presenció por televisión el zarpazo del hasta entonces inadvertido dragón islámico devaluó los tenebrosos presagios sobre el airado despertar del monstruo chino.
Puede que el general francés, famoso gracias a la marca de coñac a la que pusieron su nombre, cometiera solamente un error de matiz: que el dios del comercio, Mercurio, y no el de la guerra, Marte, sea el lazarillo del dragón chino, que ya no duerme.

domingo, 10 de mayo de 2009

PLAN DE EMPLEO RURAL(PER) PARA TODOS

“Zapatero ofrecerá ampliar la ayuda social a los parados sin subsidio”, El Pais, 10-05-09.



Salvo obligacion profesional ineludible o compromiso familiar urgente, los que nos arranchamos unos días cada Enero en la Dehesa de El Castril, en La Puebla de los Infantes, no faltamos a la cita.
El pretexto del mitin anual es la caza de la perdiz con reclamo,una afición de fanáticos obsesivos.
Un ilustrado y próspero empresario de Sevilla y un viejo jubilado de Madrid somos los únicos del grupo que acudimos por la placidez del suave tiempo anticipadamente primaveral y la montaraz bellaza del paisaje sin participar en los intentos, casi siempre frustrados, de matar perdices en celo.
El empresario prefiere recorrer la sierra para buscar y encontrar enormes haces de espárragos para tortillas, revueltos y estofados.
El viejo, que es un servidor, se pasa el día sentado en la terraza mirando embobado las aguas del pantano de José Torán, contemplando el interminable bosque de chaparros, encinas y alcornoques o dando cortos paseos por sendas de tránsito cómodo, con una escopeta que nunca se decide a disparar.
Una noche, cuando languidecía la repetitiva discusión sobre los lances de la caza, el anfitrión empezó la letanía de todos los agricultores sobre las penurias de quienes se dedican a la agricultura y la ganadería.
Sixto Martínez Rastrojo, el anfitrión, lamentaba que el “Plan de Empleo Rural” (PER), hubiera pervertido el hábito de laboriosidad del campesino andaluz y amenazara el estímulo del esfuerzo personal como herramienta de progreso social.
--“--El PER lo cobra tanta gente”--afirmó—“porque se gana más en el paro que en un trabajo fijo”
El empresario de Sevilla, votante del PSOE por reacción a la saña contra una antepasada de los que acabaron con la República,discrepó.
Sixto, en lugar de discutir con el empresario, llamó a Manolo, que trabaja en la finca desde que era zagal.
--“Quinto”—le dijo—“mañana voy a darte de alta en la seguridad social”.
El empleado y amigo del agricultor—son de la misma quinta—perdió su jovial carácter crónico y apenas balbuceó angustiado: “¿He hecho algo mal, te has enfadado por algo?”
Y es que Manolo, el Quinto, no solamente cobraba el jornal que Sixto le pagaba sino que, además de beneficiarse del PER, conseguía que le firmaran las peonadas que dieran derecho a su mujer, su suegra y un par de hijos para que también cobraran el subsidio.
--“-Un día echamos cuentas”,-- relató el amigo y jefe de Manolo, con “el Quinto” asintiendo a lo que decía—-“ y, como administra todo el dinero que entra en su casa, le demostré que gana más que Felipe González”.
El mismo Felipe González que se lamentaba en La Moncloa, en una conversación en la que estaba presente el viejo que pasea la escopeta por la Dehesa del Castril sin dispararla nunca, de que el fraudulento cobro indiscriminado del PER fomentaba la corrupción administrativa y desalentaba la búsqueda de empleo.
Se terminó el gobierno de González y el del Partido Popular de Aznar, pero el PER continúa permitiendo a muchos andaluces y extremeños salir adelante sin asumir los inconvenientes de un empleo fijo.
Y seguirá así porque el presidente Rodríguez, aparentemente, se propone extender el PER a toda España.

jueves, 7 de mayo de 2009

FUTBOL, OPIO, MARX, ARBITRO, DIOS

Si ya corría peligro de que lo descatalogaran, a Carlos Marx no le faltaba más que el espectáculo de la noche del miércoles en el campo del Chelsea para que se convenciera de que la religión no es el opio de los pueblos, como sentenció en su “Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel”.
Porque el fútbol, y no la religión, es “la queja de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas desalmado”.
Todo eso significó la liturgia de la que los pueblos fueron ayer testigos y participantes en Stamford Bridge, unas veces enervados y otras embelesados por el opio del fútbol.
El partido, además, enfrentó a dos maneras diferentes de entender la vida y de conseguir el objetivo último de la existencia: la gloria del triunfo sobre los contratiempos vitales.
Un enfrentamiento de civilizaciones, sin posibilidad de alianzas utópicas.
Los vestidos de amarillo se empeñaron en buscar el cielo a través de la belleza, la imaginación y la utopía de alcanzar la eficacia por medio de la estética.
Para los de azul, la consecución del fin que se habían propuesto justificaba los medios que emplearan para alcanzarlo, aunque supusieran prescindir de los adornos que entorpecieran su propósito.
Viajar, para los de amarillo, era pasear contemplando el paisaje y fundiéndose con las inesperadas sorpresas que hallaran en el camino.
Para los de azul, viajar era llegar lo más rápida y directamente posible a su destino, sin tarambainas de ríos que contemplar, bosques que admirar ni desconocidos con los que conversar y aprender.
Como en el campo de fútbol se demostró, la religión de los azules está más en consonancia con las aspiraciones del hombre de hoy que la de los de amarillo.
Hubieran ganado ese enfrentamiento de civilizaciones y de formas de entender la vida si no hubiera ejercido de Dios el árbitro, que está por encima de todos y sabe lo que es justo y bueno, aunque el que se crea perjudicado proteste sus decisiones.
Lo de Stamford Bridge, para quienes lo dudaban, demuestra que Dios sigue siendo necesario.

martes, 5 de mayo de 2009

POBRES COMISARIOS OLIMPICOS

En estos días en los que tan difícil se ha puesto encontrar trabajo, los parados de carácter apocado mendigan cualquier empleo que les ofrezcan.
Seguirán en paro. Porque, para encontrar trabajo, hay que ser audaz y no resignarse a las fruslerías mal pagadas que puedan ofrecer como una limosna los que, aprovechando la penuria ajena, aumentan la prosperidad propia.
Aunque solamente fuera como argucia táctica, el que busque empleo debería ser exigente y aceptar el trabajo solamente como favor al que quiera contratarlo.
Eso convencería al empresario de que, si no lo contrata, estará perdiendo una oportunidad, quizá única, de contar con el más valioso de sus posibles colaboradores.
Decía el clásico latino que, si hay que encomiar la belleza de una arboleda, que el bosque al que se cante sea digno de un cónsul.
Por eso, si alguien está buscando un empleo, que no se conforme con cualquier cosa y aspire por lo menos, y como favor desinteresado, a ser uno de los evaluadores de instalaciones y proyectos, comisionados por el Comité Olímpico Internacional para adjudicar los Juegos de 2016.
Evidentemente, es un oficio que exige grandes sacrificios y no poca humildad. Como ejemplo, las tribulaciones de los trece miembros del COI que andan ahora por Madrid. (Lo de andar es una forma de hablar, porque a todas partes los llevan en enormes coches).
Tienen que alojarse en un hotel de entre 535 y 806 euros la noche, aunque seguramente hubieran preferido uno más familiar que el Villamagna.
Sus entrevistas programadas con el alcalde, los príncipes, o el presidente del gobierno les impiden vestir cómodos pantalones estrechos y vistosas camisas amplias y, al final de la estancia en Madrid, sus estómagos les pasarán factura por tantas comilonas y cócteles.
Tienen que ir de la ceca a la meca--de Valdebebas a Alcorcón—sin compartir con los madrileños la agradable familiaridad tan excitante durante las horas-punta en el metro y siempre tienen que estar en guardia frente al peligro.
¿Que qué peligro? El de sucumbir a las tentaciones que los acechan, y se entere la prensa de alguno de los países que se quedarán sin organizar los Juegos de 2016.
Mucha prudencia, sacrificios e incomodidades se exige a los miembros de la comisión del Comité Olímpico Internacional que tiene la grave responsabilidad de adjudicar la sede olímpica de dentro de siete años.
Si fuera una tarea más placentera y agradecida, en vez de trece, serían trece mil sus miembros.

domingo, 3 de mayo de 2009

DE TONTOS Y LISTOS

He pasado de la sospecha a la duda y empiezo a creer que eso de la sabiduría popular es una patraña banal o, lo que es peor, una argucia para dorarle la píldora a la plebe y ganarse su benevolencia.
Porque, en estos días de dolce far niente, en que los que todavía tienen trabajo han compartido la agradable tarea de no hacer nada con los que ya estamos jubilados, me he dedicado a indagar las razones por las que Esperanza Aguirre es la única gobernante de éste país a la que los sindicatos le han puesto la proa.
La gente dice que Esperanza Aguirre es más lista que una ardilla y que José Luis Rodríguez Zapatero es más tonto que Abundio.
Patrañas, infundios, palabrería vana porque, por mucho que la letra flamenca lo asegure, voz del pueblo no es voz del cielo.
Contra la sabiduría popular, el frío mentís de los hechos:
Mientras los sindicatos tienen a la Aguirre desvelada y ojerosa, a Zapatero lo dejan pimpante y lozano como una rosa.
A la Presidenta de la Comunidad de Madrid, que presume de haber hecho más hospitales, kilómetros de metro, escuelas, carreteras y otras obras públicas que nadie, los sindicatos le tapan la boca un día sí y otro también a la Televisión de su Comunidad y dicen que van a pararle el metro, del que tanto se ufana, el día que vengan los jerarcas olímpicos para estudiar la candidatura de Madrid.
Zapatero, que alardea de haberse traído de Irak unos soldados que llegaron a aquél país cuando ya había terminado la guerra y de haber echado a andar la alianza de las civilizaciones, los sindicatos tienen la cortesía de no recordarle los cuatro millones de trabajadores a los que tiene en paro y le doran la píldora, no para que les de trabajo, sino para que les prorrogue indefinidamente el subsidio de desempleo.
¿Por qué los sindicatos están tan a gusto con Zapatero y tan a disgusto con la Aguirre?
Evidentemente, porque Zapatero es el listo y la tonta es la presidenta de Madrid.
Zapatero sabe que, por muy caro que sea el precio de algo, siempre será barato si el dinero que tiene que pagar no es suyo. Por eso paga la paz sindical que necesita con el dinero del Estado que, al ser de todos, no es de nadie aunque sea el gobierno que preside el que lo administre.
La astuta Aguirre, por el contrario, es tan ingenua que todavía no se ha enterado de que su mayor preocupación debería ser que la reelijan en el cargo que tiene. Que se lo diga su colega de Francia, el marido de esa señora tan apetitosa que lió la marimonera en Madrid, en vísperas del aniversario de la que armaron sus compatriotas cuando lo de Napoleón.
Que se deje por tanto la joven Aguirre de preocuparse por los ciudadanos de su Comunidad, empiece la caridad por sí misma y compre la paz social que le están alterando.
Que la lista aprenda del torpe y le dé a los sindicatos las subvenciones que le pidan, coloque a sus liberados y los deje dirigir la televisión, el metro y, si se empeñan, hasta las orquestas y teatros de la Comunidad. Como Zapatero, comprar voluntades en vez de gastarse el dinero en inversiones para que las disfruten unos desagradecidos que, tarde o temprano, le negarán su voto.
Y si los sindicatos quieren cien por quedarse calladitos, que les dé mil.¿Será por dinero?