viernes, 30 de octubre de 2009

ABAJO LAS CAMPAÑAS CONTRA EL CAMBIO CLIMATICO

La influencia del hombre en el ritmo natural de cambio del clima es más una argucia de los gobiernos para manejar recursos que detrae de la sociedad que una verdad científica.
Pero, por si acaso, ha llegado la hora de que se ponga freno a las campañas de propaganda tan políticamente correctas para frenar el cambio del clima.
No han hecho más que atrasar caprichosamente los relojes, retirar de los supermercados las bolsas de plástico que suministraban a los compradores, reducir la velocidad máxima permitidas a los vehículos y subcontratarnos gratis para que facilitemos las tareas de las concesionarias de la recogida de basuras y las consecuencias ya son funestas.
La relación causa-efecto es evidente porque, desde que comenzaron esas campañas, el verano se niega a huir y el otoño se resiste a llegar.
Si continúa esa manía de asepsia ecológica, el remedio será peor que la enfermedad porque los ventiladores, que desde hace semanas deberían estar en el cuarto trastero hasta el próximo verano, tendrán que girar frenéticamente en el antiguo tiempo de nieves.
Todavía estamos a tiempo. Que los gobiernos incentiven a las compañías de publicidad, colapsadas por la crisis, para que los ciudadanos contaminen todo lo que puedan y que, así, el medio ambiente y el clima sigan la evolución que el Creador calculó cuando creó el Universo.
Porque, además de una sospechosa argucia gubernamental para sacarles los cuartos a quienes los ganan con su esfuerzo, lo de la influencia humana en el cambio climático es una muestra más de la soberbia satánica del hombre, al pretender enmendarle la plana a Dios.
¿O es que el talento divino no alcanzaba a prever las barrabasadas que el hombre le haría a la virginal pureza de la tierra en la que lo colocó?

jueves, 29 de octubre de 2009

LA REVOLUCION QUIMERICA

Aunque atronaran sus denuncias contra el capitalismo por provocar hambre, explotación, paro y miseria, la perorata no enardecía a las masas supuestamente explotadas.
El mitin crepuscular en la plaza del pueblo, escuchado con escéptica curiosidad por medio millón de manifestantes casuales discurría sin que la llama revolucionaria prendiera en los convocados a secundar la revolución.
Los oradores del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) se esforzaban sin conseguirlo en que la campaña que han iniciado en Palma del Río contra su denunciada explotación de los jornaleros se propague a toda Andalucía.
Diego Cañamero, líder del SAT, proclamó con teatralidad: “Esto puede ser el polvorín que empiece en Palma y llegue hasta Doñana”.
Con más desgana que entusiasmo, los que lo escuchaban obedecían su incitación a corear las consignas revolucionaria, sobre todo la herencia que dejó a todo el mundo la revolución de los claveles: “El pueblo unido jamás será vencido”.
Pero faltaba autenticidad a la escena, remedo y caricatura de los dramáticos acontecimientos que describió John Reed en “Los diez días que estremecieron al mundo” y que Eisenstein inmortalizó en “Octubre”.
Ni Cañamero es el arrebatador tribuno que fue Lenin ni la población de Palma del Río de 2009 tiene nada que ver con las masas de desertores hambrientos del San Petersburgo 1917.
Diego Cañamero vino a poner la era donde, desde hace decenas de años, se emplean cosechadoras.
La economía de Palma del Rio es de las más dinámicas en la provincia de Córdoba y, aunque el sector agrario sigue siendo preponderante, requiere crecientemente mano de obra especializada y cada vez menos jornaleros sin cualificación.
Los más acuciantes retos del sector son la apertura de nuevos mercados, la elaboración industrial, la optimización de tecnología aplicada a la agricultura y la oferta de calidad para la exportación.
De los 21,000 habitantes del pueblo, 4.500 son perceptores habituales del subsidio del Plan de Empleo Rural (PER), que en época de bonanza, como la que duró hasta el año pasado, complementaban esos ingresos con los ilegales pero tolerados en servicios o la construcción.
Los jornaleros locales, con el salvavidas del PER y el cómodo complemento urbano que les permitía una apacible supervivencia, abandonaron el peonaje agrario tradicional a emigrantes extranjeros.
Pero los efectos de la crisis general, que colapsó la actividad inmobiliaria y sus servicios complementarios, los ha privado en los últimos meses de parte de la renta familiar que parecía eterna.
La campaña de agitación promovida por el SAT ha encontrado eco, aunque poco entusiasta, en la pérdida de renta extra-agraria experimentada por los jornaleros y la basa en la reivindicación del cumplimiento estricto del en parte impugnado convenio que establece la jornada de seis horas de duración y el jornal de 45 euros como único sistema de contratación.
Protestan, además, de lo que consideran explotación de trabajadores inmigrantes, dispuestos a cobrar por caja de fruta recolectada y no a jornal.
Los piquetes sindicales, que alteraron el proceso iniciado de recolección de naranja, se enfrentan ahora al lock-out patronal, que ha acordado suspender la recolección, clasificacion y manipulación del fruto mientras perdure la agitación.
El conflicto está planteado. Si el SAT—que arremete contra empresarios, gobierno, UGT, CCOO, la Banca y el sistema político indiscriminadamente—consigue sacar del letargo burgués a los jornaleros, la improbable revolución estará en marcha.

miércoles, 28 de octubre de 2009

EL MERITO DE MARIANO RAJOY

Si una portentosa conjunción astral empujara a la ahora enfrentada Humanidad a una afectuosa Alianza de Civilizaciones que garantizara la fraternidad perpetua, causaría menos asombro que el acceso de Mariano Rajoy a la presidencia del gobierno de España.
Pero si ese prodigio improbable fuera posible gracias a un milagro inaudito, el casi desahuciado sistema político español habría alcanzado la perfección de la Democracia: conjuntar en el mismo bando poder y oposición sin necesidad de Dictadura.
Rajoy, aunque los escépticos se resistan a admitirlo, está al borde de lograr la perfección, como lo demuestra al desbaratar un partido político, como el Popular, que heredó sólidamente conjuntado.
¿Qué queda ahora, cinco años después de que José María Aznar le encargara la administración del Partido Popular que con tanto empeño unió después de que Antonio Hernández Mancha lo despedazara?
Taifas dispersas sin necesidad de adversario porque les parece más rentable combatir y vencer al aliado que al contrincante.
Y lo mejor de todo es que esa misión imposible en apariencia la ha logrado Mariano Rajoy con una mano en la cadera, sin esfuerzo visible.
Su secreto, la impavidez estatuaria del que ni siente ni padece y está por encima del bien y del mal: Il dolce far niente, el placentero no hacer nada tan propio del hombre de reflexión como ajeno al de acción.
Admirable Mariano Rajoy, que por un error del Destino ha caído en un partido político equivocado: si en lugar de mandar (es un decir) en el Partido Popular, hubiera estado al frente del Partido Socialista, el partido que heredó de Aznar estaría mejor y, seguramente, también los españoles, parados incluidos.

lunes, 26 de octubre de 2009

LA AGITACION CAMPESINA ALEGRA A LA DERECHA

Los campesinos andaluces andan agitados y, como cuando Juan Díaz del Moral estudió sus agitaciones, los poderosos están inquietos.
La preocupación era evidente hoy en los que se identifican como izquierdistas en el Valle Medio del Guadalquivir mientras que, los que tradicionalmente pasan por derechistas en Palma del Río, epicentro del Valle, no disimulaban su regocijo.
¿Qué cataclismo político y social se ha producido que explique el cambio?
Que en 1930 mandaban las Derechas y los oprimidos eran de izquierdas y en 2009 el poder político es endémicamente del PSOE que, solo o en compañía de otros, en especial comunistas, guardan la paz, bien engrasada por subsidios, subvenciones y “Plan de Empleo Rural” (Per).
Los no socialistas, en la oposición desde las primeras elecciones municipales democráticas confían en que el conflicto desgaste al PSOE, les haga perder las elecciones y los confine a la oposición.
Esperan que la agitación campesina ponga fin a los viejos buenos tiempos del PSOE y que el medio millar de movilizados por el Sindicato Andaluz de Trabajadores, evolucionado del Sindicato Obrero del Canpo (SOC), inspirado por Juan Sanchez Gordillo, Diego Cañamero y otros ayatolas utópicos comarcales, perjudiquen a los socialistas.
El programa de movilizaciones y protestas campesinas comenzó ayer con un recorrido por calles y avenidas, siguió hoy con una concentración frente al edificio del ayuntamiento y los dirigentes del sindicato dicen que continuará en el futuro.
Cono primer paso, hoy acordaron convencer a los campesinos a de pueblos vecinos para que, lo que empezó como conflicto local, se propague a toda la comarca hasta paralizar la recolección de naranja en la región.
La agitación campesina usa como pretexto la exigencia de aplicación del convenio de 2009, auque esté recurrido ante los tribunales.
El sindicato exige que los propietarios de fincas dejen de aplicar la contratación por tareas y fije los contratos por horas y no por trabajos realizados.
Además, y esa es su exigencia de mayor calado, piden la constitución de cuadrillas mixtas de trabajadores locales y extranjeros porque se quejan de que, sobre todo los rumanos, se pliegan a contratarse por camiones cargados, sin consideración al tiempo que demoren en cagarlos.
Los del sindicato andaluz de trabajadores quieren que se privilegie la contratación de sus afiliados y que se les pague por las horas en el tajo, sin tener en cuenta el tiempo que tarden en realizar el trabajo.

jueves, 22 de octubre de 2009

EDITORIAL ALMUZARA Y OTROS PARASITOS

La creación artística es fruto de un proceso de reproducción asexual para el que su autor no necesita colaboración.
Atribuirle al escritor una relación de paternidad con su creación es una tergiversación machista del lenguaje porque el autor, aunque sea varón, es más madre que padre de su texto.
El autor concibe la pieza literaria cuando germina una idea en su mente, la gesta mientras desarrolla su trama y la pare al escribirla.
El autor-madre es autosuficiente para concebir, gestar y alumbrar su obra, sin que necesite el concurso de un padre.
Ya nacida, hay interesados en tutelar la obra y desempeñar las funciones de padre. Son los editores que, en un ejercicio parasitario de la paternidad, se desentienden de las obras que necesitan su ayuda y fagocitan a las que no lo precisan.
El editor seduce al autor comprometiéndose a promocionar la difusión de la obra, distribuirla, comercializarla y compartir con el escritor los beneficios de su explotación.
Cumplen esos compromisos, por lo general, con los escritores-madre que no lo necesitan porque la maestría de su estilo, la sobresaliente calidad de su obra o su popularidad extraliteraria son dotes sobradas para garantizar la acogida favorable de los lectores. Ejercen, innecesariamente, de padres.
Pero, para los textos simplemente decorosos de escritores desconocidos, que realmente necesitarían la tutela paternal para abrirles camino, el editor saca lo que puede y los olvida en el abandono de la Inclusa. Como un padrastro de folletín.
Si la editorial no promociona ni vende la obra, ¿qué gana el editor?
“El autor cede en exclusiva al editor los derechos de edición, reproducción y distribución en forma de libro, así como cualquier otro soporte a la fecha conocido, para su explotación comercial”.(1)
Sin comerlo ni beberlo, el editor usurpa al escritor-madre la patria potestad sobre su obra.
¿Qué promete el editor al escritor como pago por el hijo adquirido?
“El autor recibirá por los ejemplares vendidos en edición normal un total del seis por ciento del PVP sin IVA para los primeros 1.500 ejemplares y un total del 8% para los ejemplares vendidos sobre esa cantidad” (1).
Si hubiera ayuda para el negocio editorial, evidentemente, corresponden al editor. Solo para subvenciones directas, la Junta de Andalucía presupuestó millón y medio de euros, que se suman a las ayudas de otras instituciones oficiales de la región para obras de, por lo menos, 1500 ejemplares.
Se dice que el exagerado número de títulos editados anualmente en España y el comparativamente escaso número de ejemplares vendidos se debe a que los editores obtienen ingresos más seguros por las subvenciones que por ventas, para las que tendrían que invertir en promoción, distribución y comercialización.
Así, mi novela “El Viejo Río Grande”, evidentemente sin la calidad excepcional para que se hubiera vendido sin ayuda, no tuvo otra promoción por parte de la Editorial Almuzara que la aceptación de una invitación de un casino de Posadas para su presentación en un acto literario.
Pero en Palma del Río, donde la acción de la novela se centra, tardaron en llegar ejemplares del libro cuatro meses, a pesar de la demanda de las dos librerías locales. Palma del Río dista de Córdoba, sede de la Editorial, 53 kilómetros.
(1) Reproducción textual de cláusulas del contrato para la edición por Editorial Almuzara de “El viejo río Grande”).

martes, 20 de octubre de 2009

LA FARSA DEL DEBATE

No son más que marionetas que ejecutan disciplinadamente lo que les mandan los que manejan el guiñol porque, si los apuestos caballeros y las agraciadas damas que aplaudían o protestaban con espontánea docilidad en el Congreso de los Diputados lo hubieran hecho por propio impulso, no lo hubiéramos creído.
¿Cómo es posible que el entusiasmo de los aplausos rompa el monótono recitado de frías cifras leídas por la encantadora vicepresidenta segunda del gobierno?
¿Cómo puede recomendarse o alardear de austeridad en una demostración de derroche de talento, tiempo y dinero como el debate del Proyecto de Ley de Presupuestos?
Porque los 350 congregados sabían, al entrar por la puerta del Palacio del Congreso de los Diputados que, oyeran lo que oyeran, votarían lo que les mandara su jefe político.
A damas y caballeros de irreprochable formación intelectual y moral como los Diputados hay que suponerles capacidad de criterio autónomo, no coincidente siempre y en todos los asuntos con el que proponga su partido.
Si los guiara su conciencia y el interés de sus electores, contrario a veces a lo que el partido propone, votarían ocasionalmente rompiendo la disciplina colectiva.
¿Para qué reunirse, entonces, y hacer el paripé de que la fuerza de los argumentos que esgriman puede convencer a quienes cobran por obedecer sin discusión al que los metió en la lista que les permite cobrar su sueldo?
Treinta y un años de experiencia parlamentaria demuestran que los diputados no deben lealtad a los votantes, sino a la burocracia del partido que los colocó en un puesto de la lista electoral con garantías de ser electos.
El Congreso de los Diputados, en sesiones como la del martes, se muestra como lo que es realmente, un escenario lujoso para representaciones televisadas carentes hasta del recurso imprescindible en el teatro: el misterio del final.
Si éstos paniaguados del sucedáneo de democracia que padecemos siguen abusando de espectáculos manidos como el del martes, nos van a meter en un lío tremendo a los españoles, mucho peor que el de la dictadura que tantos años padecimos.
En la Dictadura, por lo menos, los españoles tenían la esperanza de que, una vez terminada, llegaría la era de prosperidad, libertad y respeto que aportaría la democracia.
Cuando ésta democracia de obediencia ciega al dictador de cada partido se agote, ¿en qué sistema político depositarán los españoles su esperanza?

lunes, 19 de octubre de 2009

ESPERANDO QUE LLUEVA EN EL VALLE

La lluvia que tan ansiosamente se espera a partir del miércoles será este año un alivio pasajero para los habitantes del Valle Medio del Guadalquivir.
Hasta el año 2008 habría sido el colmo tardío pero predecible de una época de abundancia aparentemente perpetua.
Hasta el año 2008, la preocupación casi única de los habitantes del Valle Medio del Guadalquivir era el capricho climático en el reparto de lluvias que garantizaran la fecundidad de la tierra en la que viven.
Estaban genéticamente entrenados para observar el cielo y detectar la procedencia del viento.
Si el ábrego llegaba desde el golfo de Cádiz, húmedo, cálido y sostenido, auguraba la inminencia de la lluvia que tornaría en verdes los campos resecos, tersaría la aceituna y llenaría de zumo la naranja.
Si el viento sopla desde el norte y se esparce desde las colinas de Sierra Morena enfriado al contacto con los páramos manchegos, los cultivos del Valle Medio del Guadalquivir se amustian y languidecen.
Este 2009 es un año en el que los vientos ábregos Se están haciendo esperar. Desde que el primero de Septiembre comenzó el año agrícola, la temperatura media ha sido de 20,9 grados, superior a la media de los últimos 40 años y la pluviosidad de 16,8 litros por metro cuadrado, un 65,5 por ciento menos de la media habitual.
Los naranjos, que cubren la vega, tienen abarquilladas sus hojas verdinegras y las frutas, poco más gruesas que canicas, no llegan al tamaño de las bolas de tenis.
Aunque la extrema sequía preocupa, no es el mayor problema de los habitantes del Valle Medio del Guadalquivir en el que, quienes no viven de la agricultura, lo hacen de los servicios que la agricultura demanda y de los subsidios que el gobierno reparte a cambio de la paz social.
El auge de la economía basado en las plusvalías generadas por las inmobiliarias también trastornó la pausada evolución del Valle porque los súbitos excedentes de la construcción buscaron refugio en los terrenos labrantíos y la voraz demanda catapultó los precios.
Una hectárea de naranjal pasó de dos millones de pesetas a principio de la década a 15 millones del año pasado. Los bancos, ante la imparable revalorización de la tierra, prestaban sin pedir siquiera la declaración de la renta—invariablemente negativa—del solicitante.
Ahora, que se venden tierras a mitad del valor del momento de mayor encarecimiento, los bancos piden como garantía de devolución del crédito la declaración de la renta y solo lo conceden a los pocos que no saben manipularla para que aparezca negativa.
Desde hace dos años, el habitante del Valle Medio del Guadalquivir, a su habitual preocupación de auscultar el cielo, ha añadido la de estudiar la situación de las finanzas nacionales.
Mientras el cielo sigue ominosamente despejado, el horizonte financiero sigue lúgubremente borrascoso.

sábado, 17 de octubre de 2009

ISLAM Y ABORTO

Media España se echó a la calle el domingo para protestar una ley impulsada por el gobierno mientras la otra media se quedaba en sus casas aceptando tácitamente una nueva ocurrencia no anunciada por José Luis Rodríguez Zapatero cuando pidió y logró que lo reeligieran.
Esperanza Aguirre, una de las pocas políticas que se atrevió a dar la cara y asistir a la manifestación de Madrid, repetía que la reforma de la ley de interrupción voluntaria del embarazo es una provocación.
Puede que tenga razón porque, si no existía una acuciante demanda social para modificar la ley vigente, es difícil entender en qué beneficia a los españoles una iniciativa que acentúe su división.
La formulación de políticas que aceleren la recuperación de la economía, la reforma de la enseñanza, la dotación de medios para que aumente la eficacia de la justicia, la lenidad en la represión de la delincuencia o la urgente necesidad de moralizar la conducta de los representantes públicos son demandas más palpables que una modificación reguladora del aborto.
Si hay necesidades prioritarias, ¿por qué dedica el gobierno su tiempo, su energía y sus recursos a impulsar ésta ley?
No sería ésta la primera vez que, como el torero que mueve el capote desde el burladero para que el toro no empitone al banderillero, el gobierno distrae al elector de problemas serios con ardides llamativos.
Es la inclusión de plazos y la no injerencia paterna en el aborto lo más escandaloso del proyecto en trámite. Seguramente, una vez logrado su propósito de fijar la atención de los votantes en lo llamativo para que la aparte de lo importante, el gobierno cederá o aparentará que cede en lo segundo.
Pero el plazo para el aborto libre, además de oportunista, tiene fundamento en una cultura religiosa que tiene encandilado a Zapatero, el Islam.
Aunque el Coran nada dice específicamente respecto al aborto, la sharía y las fatuas islámicas—cuerpo doctrinal del islamismo—desaconsejan el aborto en cualquier momento, pero solo lo prohíben a partir de los 120 días de gestación, momento en que el ángel insufla el alma al feto.
Para las musulmanas, abortar antes de los 120 días—21 semanas dice el proyecto de ley español—no es pecado. Después de esa fecha tope es delito por el que hay que indemnizar al heredero de la víctima con 238 gramos de oro, equivalente al valor de un esclavo o al diez por ciento del valor de un adulto.

jueves, 15 de octubre de 2009

EL ADMIRABLE CHAVES

En ésta Andalucía tan propensa a partirse en dos—oriental y occidental, interior y marina, atlántica y mediterránea, bética y sevillista, romerista y paulista—por fin ha triunfado la unanimidad: todos los andaluces admiran a Manuel Chaves.
Pero, como no podía ser menos, los motivos del encandilamiento por el que fue Presidente de la Junta de Andalucía media eternidad larga, también divide a los andaluces.
La mitad encomia la fuerza de voluntad de su insobornable modestia gracias a la que salió de la presidencia de Andalucía tan pobre como había entrado 19 años antes.
La otra mitad de los andaluces, los malpensados que hasta en ésta tierra bendita abundan, admiran a Chaves por su habilidad para tapar lo que juntó para que sus tataranietos no tengan problemas, en caso de otra desaceleración de la actividad económica.
El incombustible Manuel Chaves, que mejoró su frugal salario de ministro para ganar algo más como presidente de la Junta y prosperó al acceder a la vicepresidencia tercera del Gobierno, lleva cinco lustros percibiendo sueldos superiores al salario mínimo y , en esta Andalucía de francachelas y juergas gitanas, destaca porque, dicen, es más agarrado que una pelea de perros.
Con tan buen sueldo durante tantos años y tan poco derroche conocido, su magro patrimonio es, exactamente, de 68.964 euros.
Después de una vida dedicada a servir a los demás, un político de raro éxito como Manuel Chaves, que lo ha hecho todo en política y todo lo ha hecho bien, ha juntado para poderse comprar tres plazas de aparcamiento en el pueblo cordobés de Palma del Rio.
El rendimiento económico por los desvelos de Manuel Chaves, ministro de trabajo, presidente de la junta de Andalucía y vicepresidente del gobierno de España es media docena de rayas pintadas en el sótano de uno de los pueblos que gobernó, a 18.000 euros el espacio entre cada una de las dos rayas, y le sobraría para un coche de segunda mano.
Y dicen que lo políticos ganan demasiado...

miércoles, 14 de octubre de 2009

¡QUE VIENEN LOS MOROS!

Con el trabajo que nos costó echar a los moros de nuestras costas, el imprudente José Luis Rodríguez Zapatero parece empeñado en que vuelvan.
Por zalemas menos elogiosas que las que el miércoles dirigió Zapatero al imán de la Mezquita de los Omeyas de Damasco, Tariq Ibn Ziyad creyó que el gobernador bizantino de Ceuta, Don Julián, lo invitaba a España y costó ocho siglos librarnos del caudillo moro y sus bereberes.
Y es que en la florida prosa árabe las palabras tienen mayor valor simbólico que semántico y pedirle a un moro “que sus plegarias lleven la paz a todas las regiones del mundo” puede interpretarlo como ruego de que nos obligue a todos a vestir chilaba.
Si el que se adora en la mezquita de Damasco es el mismo Dios único al que sus compatriotas rezan en las iglesias de España ¿por qué ha tenido que ir tan lejos el Presidente del Gobierno español a visitar un templo, si tiene tantos y tan hermosos en su tierra?
Puede que su visita a la mezquita de los Omeyas sea el síntoma inicial de un arrebato de misticismo y que, en adelante, aconseje a sus próximos que frecuenten más las iglesias españolas y menos los desfiles del día de del orgullo gay (gayo, vistoso o elegante en traducción castellana literal y marica en la figurada).
Si así no fuera y el de Damasco fuera solo uno más de sus deslices, haría bien Zapatero en instruir a los soldados destinados en Afganistan para que se apresuren a adquirir experiencia en combate y los repatríe cuanto antes, igual que a los que ha despachado a Líbano y otras tierras mahometanas.
Porque los moros, como el año 711, pueden coger el rábano por las hojas, interpretar lo que pretendió que fuera una simple cortesía por invitación formal, y plantársenos aquí para obligarnos a mirar a La Meca cuando recemos. Y tendremos que rezar todos, no como con el cristianismo que reza solo el que quiere.

martes, 13 de octubre de 2009

LA HORA DE ESPERANZA AGUIRRE

Mal médico es el que en vez de aliviar la dolencia la agrava, y el tratamiento de Mariano Rajoy contra las secuelas de la epidemia Gürtel en Valencia es peor que la enfermedad porque la gangrena amenaza extenderse a todo el Partido Popular.
Madrid, uno de los focos en que los corruptores encontraron políticos del partido felices por dejarse corromper, atajó el contagio porque Esperanza Aguirre amputó sin vacilar a los miembros gangrenados.
Rajoy es un político al que paralizan sus titubeos, mientras que la Presidenta de la Comunidad de Madrid mantiene fría la cabeza y firme el pulso cuando la situación exige actuar sin vacilación.
Lo demostró cuando dos trásfugas del PSOE empañaron su elección como Presidenta de Madrid, en el atentado de la India y al apartar de la política a los implicados en el asunto Correa.
Rajoy sería posiblemente un Presidente del Gobierno memorable si no tuviera que intervenir en los asuntos del Estado, porque España atravesara un período de próspera tranquilidad y no hiciera falta nadie que la guiara.
Pero en una crisis económica a la que no se le ve final y que necesita mano firme para superarla, hace falta una política de acción como Esperanza Aguirre, y no un hombre bueno y abocado a interminables reflexiones como Mariano Rajoy.
Si, además de la economía el próximo presidente del Gobierno no se enfrentara a la acuciante necesidad de reajustar las obligaciones y responsabilidades del Gobierno Central, de las Comunidades Autónomas y de los Ayuntamientos, sería el momento de Rajoy.
Los palos de ciego que José Luis Rodríguez Zapatero ha dado en sus cinco años de gobierno han enconado la crisis económica, ha embarullado las relaciones entre comunidades autónomas y han agriado las disputas sociales.
Sería una temeridad que lo sucediera quien, aunque sepa lo que hay que hacer, carezca de determinación para hacerlo.

lunes, 12 de octubre de 2009

LAS NUEVAS FUERZAS ARMADAS

¿Qué ejército que se precie permite que sus soldados desfilen al compás de una “melodía”, en vez de marcar el paso al son de una marcha militar? El español.
¿Qué aguerrida unidad tolera que se llame a sus soldados “compañeros” del carnero adoptado como mascota? El Tercio de Extranjeros, o Legión Española.
Esas, y otras expresiones, no fueron los únicos eufemismos o equívocos interesados a los que recurrieron los locutores de la televisión estatal para narrar el desfile del Día de las Fuerzas Armadas.
Respondían a la consigna del candoroso buenismo gubernamental para transmutar a los Ejércitos Españoles, brazo al que se dota de armas para que combata, y si es posible derrote al enemigo, en una costosa fraternidad caritativa.
No oculta el régimen que se implantó con Rodríguez Zapatero su intención de revolucionar el concepto tradicional de las fuerzas armadas porque José Bono, que como Presidente de las Cortes es la tercera autoridad en la jerarquía del Estado, lo dejó claro.
“Prefiero que me maten a tener que matar”, proclamó Bono cuando fue ministro de Defensa de Zapatero, en clara formulación filosófica de las nuevas Fuerzas Armadas españolas: facilitar la victoria del enemigo.
Como son coherentes,inducen a los españoles a integrarse en ese aparato militar filantrópico con anuncios publicitarios que resaltan el auxilio a poblaciones en catástrofes naturales como inundaciones, incendios o terremotos.
Pero los destinan a conflictos como el de Afganistán donde los nativos, que no han visto el anuncio, les disparan y los matan sin consideración a que los han mandado allí en misión de paz.

jueves, 8 de octubre de 2009

TRUCOS PARA DIABETICOS

Si en el inacabable universo hubiera algún otro planeta habitado, seguramente sería menos afortunado que la Tierra, a la que El Creador favoreció estableciendo en ella los Estados Unidos de América del Norte.
¿Qué sería de los seis mil millones de habitantes de la tierra sin ascensores, coca-cola, telefilmes, bombas atómicas o hamburguesas? Todo eso, que hace de éste un planeta en el que merece la pena vivir, se lo debe la Humanidad a los Estados Unidos.
Como no es oro todo lo que reluce, también de allí llegan plagas: los Simpson, las películas de Woody Allen, las hipotecas basura, la obligatoriedad de su sistema democrático y las encuestas de opinión.
Son más las ventajas que los inconvenientes de que Dios pusiera en nuestro Planeta a los Estados Unidos y no es la más baladí la sistematización de usar manuales de consejos obvios para tareas habituales.
Debra Zellner, una psicóloga de la Universidad Estatal Monclair de New Jersey, es una emérita ciudadana que, desde los Estados Unidos—como no podía ser menos—ha estudiado concienzudamente un arduo problema al que nos enfrentamos, si no toda la Humanidad, al menos una selecta minoría de seres humanos, los diabéticos.
Gracias a sus experimentos con cobayas de laboratorio y con seres humanos, Debra Zellner aconseja a los diabéticos algunos trucos que, por no haberlos ideado los que padecemos esa enfermedad, caemos en la tentación que arruina todavía mas nuestra salud: los platos de los que, aunque nos hagan la boca agua, no deberíamos abusar.
1.-No comer lo que nos daña a la misma hora, de la misma forma ni en el mismo lugar. Para que nos entendamos, hay que evitar tomar una madalena cada día con el café del desayuno. Nos crearíamos a nosotros mismos una dependencia nociva.
2.-No huir, como el diablo el agua bendita, de lo que más nos guste.(Si rechazamos por sistema el pastel de nata con el que soñamos, en la primera ocasión que celebremos algo extraordinario nos zamparemos uno).
3.-Hay que aplacar el hambre aguda con comida poco apetitosa porque el organismo confunde la saciedad con el placer que proporciona lo ingerido.
Bendita Debra Zellner, ejemplo del altruismo desinteresado del pueblo de su país, que desde una sociedad rica se propone como ejemplo a los pobres de las demás naciones.
Si Debra fuera diabética, que Dios no lo quiera, sabría que no es lo mismo predicar que dar trigo.

martes, 6 de octubre de 2009

RAJOY, SOSTEN DE ZAPATERO

¿Qué necesidad tiene el socialista José Luis Rodríguez Zapatero de gobernar con eficacia si la evidente ineptitud del popular Mariano Rajoy como jefe de la oposición lo acredita como el menor entre dos males?
Mucho hay que esforzarse para no parecer claramente mejor que Zapatero, pero Rajoy lo consigue sin aparente esfuerzo, quizá porque sea cierta su fama de indolente.
Al líder del principal partido de la oposición lo mima y lo fustiga la caprichosa fortuna. Llegó a esa posición de privilegio porque quiso su antecesor. El más salvaje atentado en la historia de España dos días antes de las elecciones evitó que las ganara.
Volvió a sonreírle la suerte porque a la desastrosa gestión del gobierno en su primera legislatura se añadió en la segunda una virulenta crisis, gestionada por Zapatero para empeorarla y no para remediarla.
Es razonable que los electores duden que Rajoy pueda sacar al país del embrollado atolladero económico, si no es capaz de poner orden en su propio partido.
La suerte y su manifiesta pasividad frente a los escándalos por corrupción que sacuden al Partido Popular indican que Rajoy carece de la determinación precisa para sajar una herida purulenta.
¿Es preferible lo malo (Zapatero) conocido que lo peor (Rajoy) por conocer?
Es cierto que en este sistema político son los gobiernos los que pierden las elecciones y no la oposición la que las gana, pero quien quiera gobernar debe parecer que, si no más eficaz, no es mucho menos inepto que el que gobierna.
El bien de la Patria, que se decía en la denostada etapa fascista, es un concepto del pasado, imposible además de cumplir cuando cada año, como ocurre en España, el que gobierna tiene obligación de ganar alguna elección, siempre decisiva. Se gobierna para ganar elecciones, no para resolver problemas del presente y eludir los del futuro.
El objetivo prioritario—que popularizó mi admirado Luis María Anson—del político de la España actual es ganar los siguientes comicios. Resolver los problemas de la gente es solo un método, engorroso y complicado, de ganar elecciones.
El triunfo electoral se consigue más fácilmente demostrando que elegir al contrincante es más arriesgado. Zapatero lo sabe y Rajoy no. O posiblemente no quiera saberlo porque lo obligaría a tomar decisiones y poner orden en su partido, para que lo crean cuando promete poner orden en el país.

COSAS DE PIRATAS

Los dos detenidos por piratas del “Alakrana” no tendrán que jugarse la vida en una patera para llegar a España: lo harán en un vuelo fletado para traerlos, los alojarán en una habitación con aire acondicionado, les darán sopicaldo, huevos fritos y yogurt durante varios meses y después los soltarán.
A partir de ese momento será cuando empiecen sus problemas porque, como otros millares de inmigrantes, tendrán que agenciarse la vida por su cuenta y no a costa del Estado.
Ejemplar castigo el que les espera por piratear. Ojalá sean discretos y no lo cuenten a sus compatriotas porque, si su experiencia se conociera en las costas del Mar Rojo, acabará el negocio de las pateras.
Así será en el mejor de los casos porque, para enjuiciarlos y condenarlos, la justicia española tendrá que hilar muy fino y eludir los argumentos de sus abogados para que los suelten sin cargos.
El delito de piratería no está especificado en el código penal español y, para que se les pueda aplicar el Convenio de las Naciones Unidas sobre derecho del mar de 1958, habría que demostrar que subieron al “Alakrana” cuando navegaba más allá del límite de 200 millas marinas, y fuera del control jurisdiccional de alguno de los estados ribereños.
Si la suerte se alía con la habilidad del fiscal, se les podría condenar por robo a mano armada por lo que, en un suspiro, estarán en la calle gracias a los generosos beneficios penitenciarios españoles.
Así no hay manera de escarmentar a los piratas. Felices tiempos aquellos en los que se les ponía a secar de un mástil.
Como lamentar lo que el viento se llevó no soluciona los problemas del presente ni del futuro, la marina española debería programar prácticas de tiro más exigentes para los marineros del “Canarias”, que solo hirieron a uno de los dos malhechores.

lunes, 5 de octubre de 2009

ESPAÑA Y LA DOCTRINA ESTRADA

Aunque solo vaya como comparsa, el secretario de estado para Iberoamérica Juan Pablo de Laiglesia serviría mejor loa intereses de España absteniéndose que participando en la misión americana que mediará en la disputa interna de Honduras.
Es el único no americano, entre los cancilleres de Mexico, Panamá, Costa Rica, Argentina, Jamaica y el vicecanciller de Canadá.
Su presencia evidencia el interés especial por los países de aquél continente que hace casi 200 años se independizaron de España y a los que, a pesar del tiempo transcurrido, sigue unida por vínculos afectivos.
Esa especial y delicada relación familiar con los países que dependieron de España genera recelos cuando da la impresión de que se inmiscuye en sus asuntos, como si siguiera siendo la metrópolis.
Los demás países—con la excepción de Estados Unidos, que se ha abstenido prudentemente de incluir representante en la comisión mediadora-- no corren peligro de levantar esas suspicacias.
La conocida por “Doctrina Estrada”, que tomó su nombre del secretario de relaciones exteriores de México Genaro Estrada y que su país siguió escrupulosamente hasta hace 30 años, era una juiciosa práctica para regular las relaciones internacionales.
Si la “Doctrina Estrada” es sensata en general, España debería observarla escrupulosamente con los países de América Latina que gobernó hasta que accedieron a la independencia.
Reconoce esa filosofía política el derecho de los pueblos “a aceptar, mantener o sustituir a sus gobiernos o autoridades”
Genaro Estrada completó en 1930 su doctrina afirmando: “El gobierno de México se limita a mantener o retirar, cuando lo crea procedente, a sus agentes diplomáticos, y a continuar aceptando, cuando también lo considere procedente, a los similares agentes diplomáticos que las naciones respectivas tengan acreditados en México sin calificar, ni precipitadamente ni a posteriori, el derecho que tengan las naciones extranjeras” a cambiar o mantener sus gobiernos.
En la actual disputa interna entre hondureños, el gobierno español ha perdido la oportunidad de aplicar la sabia doctrina de Genaro Estrada,prudente canciller de la Nueva España.