miércoles, 18 de marzo de 2009

ALMODOVAR Y LA MODERNIDAD

Alardeaba de ingenio en su réplica a Madonna, extrañada de que prescindiera de guardaespaldas que, como a otros dioses del moderno Olimpo que es Hollywood, lo protegieran del contacto con los mortales.
Dice Pedro Almodóvar—empatado a puntos con Don Quijote como el manchego mas insigne de la historia—que le contestó: “¿Escoltas? Para lo único que los necesitaría sería para tirármelos”.
Ingeniosa respuesta del cineasta que, sin duda, lo confirma como máximo exponente de la modernidad de la España del fraude institucionalizado, de la corrupción oficial y de los cinco millones de desempleados sin esperanzas de volver a dar el callo.
La frase, además, parece tomada de prestado a alguno de los personajes de sus películas: maricones,travestidos, pederastas, prostitutas generosas, virtuosas mezquinas, varones apocados y hembras industriosas que, según Almodóvar, monopolizan la fauna española.
Puede que sea su empeño en proponer como algo normal las anomalías sexuales lo que hace moderno a Almodóvar, aunque ni en el fondo ni en la forma lo es para quien haya tenido la curiosidad de leer algo más que diarios deportivos.
Si alguien le da el calificativo de moderno por el prosaísmo de su lenguaje, que lo compare con el de los Sonetos Lujuriosos, escritos hace casi 500 años por Pietro Aretino, nacido seis meses antes de que Colón descubriera América y, lo que es peor, lo dijera.
Si por moderno se tiene lo lépero, el elogio de la sodomía que insinúa Almodóvar en su contestación a Madonna es del más rancio clasicismo al lado del de Aretino.
Hay que conceder, sin embargo, que el italiano, que murió de apoplejía por un golpe de risa, debe ser menos moderno que el manchego porque su canto a la ruta alternativa se refiere al amor heterosexual.
¿Es Almodóvar, entonces, un nuevo Pietro de Aretino? Lo dudo y estoy dispuesto a apostar mi patrimonio contra el que Madof ha acumulado con su estafa. Si dentro de 500 años se sigue hablando del peculiar cineasta manchego, pierdo.