domingo, 10 de mayo de 2009

PLAN DE EMPLEO RURAL(PER) PARA TODOS

“Zapatero ofrecerá ampliar la ayuda social a los parados sin subsidio”, El Pais, 10-05-09.



Salvo obligacion profesional ineludible o compromiso familiar urgente, los que nos arranchamos unos días cada Enero en la Dehesa de El Castril, en La Puebla de los Infantes, no faltamos a la cita.
El pretexto del mitin anual es la caza de la perdiz con reclamo,una afición de fanáticos obsesivos.
Un ilustrado y próspero empresario de Sevilla y un viejo jubilado de Madrid somos los únicos del grupo que acudimos por la placidez del suave tiempo anticipadamente primaveral y la montaraz bellaza del paisaje sin participar en los intentos, casi siempre frustrados, de matar perdices en celo.
El empresario prefiere recorrer la sierra para buscar y encontrar enormes haces de espárragos para tortillas, revueltos y estofados.
El viejo, que es un servidor, se pasa el día sentado en la terraza mirando embobado las aguas del pantano de José Torán, contemplando el interminable bosque de chaparros, encinas y alcornoques o dando cortos paseos por sendas de tránsito cómodo, con una escopeta que nunca se decide a disparar.
Una noche, cuando languidecía la repetitiva discusión sobre los lances de la caza, el anfitrión empezó la letanía de todos los agricultores sobre las penurias de quienes se dedican a la agricultura y la ganadería.
Sixto Martínez Rastrojo, el anfitrión, lamentaba que el “Plan de Empleo Rural” (PER), hubiera pervertido el hábito de laboriosidad del campesino andaluz y amenazara el estímulo del esfuerzo personal como herramienta de progreso social.
--“--El PER lo cobra tanta gente”--afirmó—“porque se gana más en el paro que en un trabajo fijo”
El empresario de Sevilla, votante del PSOE por reacción a la saña contra una antepasada de los que acabaron con la República,discrepó.
Sixto, en lugar de discutir con el empresario, llamó a Manolo, que trabaja en la finca desde que era zagal.
--“Quinto”—le dijo—“mañana voy a darte de alta en la seguridad social”.
El empleado y amigo del agricultor—son de la misma quinta—perdió su jovial carácter crónico y apenas balbuceó angustiado: “¿He hecho algo mal, te has enfadado por algo?”
Y es que Manolo, el Quinto, no solamente cobraba el jornal que Sixto le pagaba sino que, además de beneficiarse del PER, conseguía que le firmaran las peonadas que dieran derecho a su mujer, su suegra y un par de hijos para que también cobraran el subsidio.
--“-Un día echamos cuentas”,-- relató el amigo y jefe de Manolo, con “el Quinto” asintiendo a lo que decía—-“ y, como administra todo el dinero que entra en su casa, le demostré que gana más que Felipe González”.
El mismo Felipe González que se lamentaba en La Moncloa, en una conversación en la que estaba presente el viejo que pasea la escopeta por la Dehesa del Castril sin dispararla nunca, de que el fraudulento cobro indiscriminado del PER fomentaba la corrupción administrativa y desalentaba la búsqueda de empleo.
Se terminó el gobierno de González y el del Partido Popular de Aznar, pero el PER continúa permitiendo a muchos andaluces y extremeños salir adelante sin asumir los inconvenientes de un empleo fijo.
Y seguirá así porque el presidente Rodríguez, aparentemente, se propone extender el PER a toda España.