lunes, 13 de julio de 2009

SUBSIDIO AL HEROISMO DE VIVIR EN CORDOBA

En éstos tiempos en los que el gobierno le llena el cazo a Cataluña, Valencia o Madrid , mi austera, resignada y señorial Córdoba soporta con estoicismo senecano las adversidades de su destino, sufre en silencio la fatalidad de sus penurias y se queda sin recibir ni un euro extra en el reparto de caudales públicos.
Le sobran razones a Córdoba para que, en éste sistema de supuestos agravios subsidiados, pueda reivindicar compensaciones dinerarias por injusticias pasadas que hacen particularmente gravosa la vida de sus ciudadanos.
¿Quién compensa la arbitrariedad de Javier de Burgos cuando, como secretario de estado de fomento de Cea Bermúdez acometió en 1833 la reforma administrativa que todavía pervive y dejó a la Provincia de Córdoba sin costa?
Al carecer de litoral marino, Córdoba se ve privada de los subsidios al sector pesquero y al de construcción naval al que tendría derecho si tuviera costa.
Cataluña, Madrid y Valencia reclaman y obtienen aumento en sus asignaciones estatales por un incremento coyuntural de su población, lo que Córdoba tiene difícil.
¿Quién, que no haya llegado aquí al nacer y sin que le pidan su aquiescencia, va a venir a vivir por capricho a una tierra en la que la temperatura se acerca en verano a los cincuenta grados y desciende a la media docena por debajo de cero en invierno?
Si se premia vivir más apretados a los de Cataluña, Madrid o Valencia, ¿por qué no se subsidia a los que viven heroicamente en el clima adverso de Córdoba?
Los gobernantes verán, pero si no le ponen remedio a esto y estimulan con un trato de favor fiscal o mediante subsidios directos a los que mantenemos en alto el pabellón de la patria en esta tierra de superhombres que es Córdoba, a la vuelta de unos siglos esto será un erial.