domingo, 29 de mayo de 2011

DEMOCRACIA PERFECTA PARA DESIGNAR A RUBALCABA

Además de un anhelo tan inalcanzable como la felicidad, la democracia es un sistema de organización del Estado en que decide directamente el pueblo en asambleas, plebiscitos y referendos o, de forma indirecta, a través de representantes en los que delega la toma de decisiones.
El criterio de la mayoría, “los más” numerosos tras el cómputo de todas las opiniones expresadas libremente, prevalece sobre el de los discrepantes, que pueden o no quedar fraccionados en diferentes minorías.
En un sistema de democracia indirecta, como el español, los representantes de distintas minorías pueden sumar sus votos hasta prevalecer sobre la mayoría.
En la organización del Estado conocida por democracia son esenciales la garantía del derecho del ciudadano o de sus delegados para que expresen libremente su criterio y, como consecuencia, la formación de mayorías y menorías.
Es caracteristico de las Dictaduras la unanimidad de criterios pero hay dictadores que alardean de que la ausencia de discrepancia denota el más alto grado de democracia, el de la aceptación coincidente de la elección más adecuada.
Ejemplos no faltan para ilustrar ese peculiar sistema democrático, en el que la unanimidad desterró la imperfección democrática de mayorías y minorías: Lenin, Stalin, Mao, Castro, Hitler, o Mussolini son casos ilustrativos lejanos de ese respaldo unánime a sus dirigentes por parte de sus pueblos.
También se han dado casos en España del mismo fenómeno: el ya más lejano de Franco y el más cercano de Zapatero-Rubalcaba en la reunión que, por unanimidad, respaldó la propuesta del primero de ellos para que el segundo sea el candidato de su Partido a las próximas elecciones generales.

jueves, 26 de mayo de 2011

RUBALCABA, A LA SOMBRA DE ZAPATERO

El ciprés puede alcanzar una altura de 20 metros y su sombra, cuando el sol poniente la proyecta sobre el suelo, es tenebrosamente alargada.
En los cementerios, la alargada sombra del ciprés presagia desventuras lóbregas a quien en ella busca cobijo.
Tan tétricas como la de José Luis Rodríguez Zapatero sobre la fortuna del candidato del PSOE a las elecciones generales, si lo hiciera a la sombra del todavía secretario general del partido.
Algunos socialistas prudentes lo saben y, como en un ritual de exorcismo preventivo, pretenden redimir al candidato de la sombra ominosa de Zapatero forzando su salida de la Secretaría General por la puerta franca de un Congreso.
Arduo empeño: tan vacunado como Satanás de exorcismos o Noé de borrascas aparentemente inofensivas, Zapatero lo está de trucos politiqueros.
Después de la estratégica retirada de la delfina Carme Chacón y casi difuminado el reto frontal de Pachi López, las primarias como solución del propio Zapatero para designar sucesor parecen garantizadas.
Queda, a 48 horas del desenlace del pleito, la solución Rubalcaba como única aparente de una competición por la sucesión sin contrincantes que la ennoblezcan.
¿Se atreverá el taimado Alfredo Pérez Rubalcaba a presentarse a las elecciones por el Partido Socialista como heredero, y tutelado por Zapatero desde la secretaría general del PSOE?
Si quiere convencer de que su proyecto difiere del que tan lealmente ha ayudado a Zapatero a protagonizar, todavía tiene tiempo: le basta con sumarse a quienes piden la celebración de un Congreso para que el Partido Socialista acuda a las urnas dirigido por un nuevo secretario general.
Si Rubalcaba pretende suceder a Zapatero en la Presidencia del Gobierno, sin haberlo desplazado antes de la Secretaría General del Partido, los electores tienen derecho a sospechar que, aunque voten otro nombre, seguirán votando la continuación de lo mismo.
Como la del ciprés del camposanto, la sombra de Zapatero es alargada y, por ahora, cobija a Rubalcaba.

viernes, 6 de mayo de 2011

BILDU-RUBALCABA, ¿CAUSALIDAD O CASUALIDAD?

La experiencia aconseja establecer una relación de causalidad entre acontecimientos aparentemente ajenos, achacables a la casualidad.
Por ejemplo: en Abril de 2006, José Luis Rodríguez Zapatero nombró ministro del Interior—el departamento ministerial dedicado en cuerpo y alma desde hace 40 años a luchar contra el terrorismo de ETA—a Alfredo Pérez Rubalcaba.
El 30 de Junio de ese año, Zapatero anunció un cambio radical en la política antiterrorista inspirada en el Pacto con el Partido Popular, que había apadrinado, y notificó el inicio de negociaciones con ETA.
¿Estoy sugiriendo que el nombramiento de Rubalcaba hace cinco años ha dado sus frutos, al enmendar la plana el Tribunal Constitucional al Tribunal Supremo para que ETA esté representada en las elecciones?.
Sí.
Pero que nadie se rasgue las vestiduras ni ponga cenizas en sus cabellos, en caso de que los conserve.
Personalmente, me parece muy bien que, en una democracia como dicen que es ésta, hasta los antidemócratas puedan tener voz y solicitar el respaldo de los votantes para acabar con el sistema.
Ni a la opinión ni a palabras que no ofendan a los demás hay que tenerles miedo porque, como Benito Juárez predicó, el respeto al derecho ajeno es la paz.
Los que no se sientan españoles tienen derecho a rechazar la nacionalidad española, a persuadir a otros para que los secunden y a proponer una identidad nacional diferente.
Pero sin emplear la violencia ni la coacción para imponer por la fuerza la aceptación o el sometimiento de los que discrepen.
Un sistema que garantice el derecho a la libre elección de nacionalidad tiene una contrapartida: la garantía de la protección de los discrepantes y la certeza del castigo implacable contra quien induzca o ejerza violencia para imponer su derecho.
La justicia de Obama, sin los escrúpulos de González.
Pero, ¿es la independencia del Pais Vasco, como dicen, lo que subyace en el programa de Bildu, la ETA electoral?
Eso es lo que nos habían hecho creer quienes, aparentemente, no tienen ni idea porque Deia, el periódico de la zona, sugiere que ese objetivo es secundario en los planes de la franquicia legalizada:
Titular de Deia digital anunciando el visto bueno del Constitucional:
“Bildu podrá presentarse a unas elecciones que exigen soluciones a la situación de paro y crisis”
Como cualquier partido de ámbito español o cualquier formación nacionalista del resto de España. ¿Y para eso tanto jaleo?

lunes, 2 de mayo de 2011

EJECUCION SUMARIA DE BIN LADEN

Los Estados Unidos, en palabras textuales de su presidente Barack Obama, “han llevado a cabo una operación para matar a Osama Bin Laden, el líder de Al Qaeda”.
Se ha hecho justicia, sin los privilegios procesales en los que se amparan los delincuentes para eludir la ley.
Solo una apariencia de legalidad se ha respetado en la ejecución del terrorista: la presencia de pakistaníes en la operación, para poderla calificar de “conjunta” y justificar la intervención de soldados norteamericanos en un país con el que los Estados Unidos no están en guerra.
La misión de los soldados era “matar” a Bin Laden, sin los engorros formalistas de detenerlo, conseguir su extradición, acusarlo, garantizarle defensa legal, someterlo a juicio, lograr su condena, permitirle agotar sus posibilidades de recurso contra la sentencia y solo después, y en el caso de que la condena hubiera sido a muerte, ejecutarla.
Bien está, y si hasta el propio Bin Laden se vanagloriaba de los crímenes por los que le han dado muerte, sería absurdo insinuar su inocencia.
Pero, si lo que ha hecho Barack Obama le parece bien a los que les cae en gracia—a la progresía de diseño—no se entiende que comprendieran a Felipe González cuando impidió que mataran a la jefatura de ETA.
¿Son los asesinos etarras menos sanguinarios que los de Al Qaeda? ¿Son más dignos de castigo los asesinos integristas musulmanes que los terroristas separatistas?
Si los asesinos son igualmente merecedores de castigo, ¿son diferentes las víctimas?

EJECUCION SUMARIA DE BIN LADEN




Los Estados Unidos, en palabras textuales de su presidente Barack Obama, “han llevado a cabo una operación para matar a Osama Bin Laden, el líder de Al Qaeda”.
Se ha hecho justicia, sin los privilegios procesales en los que se amparan los delincuentes para eludir la ley.
Solo una apariencia de legalidad se ha respetado en la ejecución del terrorista: la presencia de pakistaníes en la operación, para poderla calificar de “conjunta” y justificar la intervención de soldados norteamericanos en un país con el que los Estados Unidos no están en guerra.
La misión de los soldados era “matar” a Bin Laden, sin los engorros formalistas de detenerlo, conseguir su extradición, acusarlo, garantizarle defensa legal, someterlo a juicio, lograr su condena, permitirle agotar sus posibilidades de recurso contra la sentencia y solo después, y en el caso de que la condena hubiera sido a muerte, ejecutarla.
Bien está, y si hasta el propio Bin Laden se vanagloriaba de los crímenes por los que le han dado muerte, sería absurdo insinuar su inocencia.
Pero, si lo que ha hecho Barack Obama le parece bien a los que les cae en gracia—a la progresía de diseño—no se entiende que comprendieran a Felipe González cuando impidió que mataran a la jefatura de ETA.
¿Son los asesinos etarras menos sanguinarios que los de Al Qaeda? ¿Son más dignos de castigo los asesinos integristas musulmanes que los terroristas separatistas?
Si los asesinos son igualmente merecedores de castigo, ¿son diferentes las víctimas?