jueves, 6 de octubre de 2011

DE LA SENTADA ANTE LA BANDERA YANKY A ROTA

El sátrapa norcoreano o el iluminado ayatollah iraní que decida arrasar la corrupta civilización occidental desconoce todavía si se atreverá a iniciar la última y definitiva guerra.
Lo que se sabe desde la mañana del seis de octubre de 2011 es que, un cuarto de hora después de que misiles norcoreanos o iraníes despeguen (si lo llegan a hacer) para inutilizar los satélites espías enemigos, una segunda andanada tendrá como objetivo la destrucción de la base de Rota, en España.
Las cuatro fragatas norteamericanas que Zapatero ha anunciado que tendrán su base en Rota (pagando, ha aclarado su vicepresidente Chaves), serán el componente móvil del escudo antimisiles que la OTAN y los Estados Unidos desplegarán ante una hipotética y remota agresión de Corea o Irán, los por ahora, únicos enemigos previsibles de lo que era el Mundo Libre, hasta la caída del añorado Muro de Berlín..
Podría tratarse de un simple juego de guerra necesario para justificar e incrementar la apabullante inversión del “complejo militar-industrial” norteamericano que denunció Eisenhower, o de la respuesta a una amenaza contra Estados Unidos.
En cualquier caso es un paso decisivo en la escalada de inversiones y gastos militares en que el gobierno norteamericano se ha empeñado en arrastrar a sus aliados.
Respuesta a una amenaza o pretexto para incrementar el gasto militar, el escudo antimisiles ya ha llegado a Rota, donde la muerte de la Gorgona Medusa por parte de Hércules, desencadenó una guerra civil mítica que dividió el Olimpo y que todavía perdura.
Lo de la base móvil del escudo antimisiles de Rota también cierra, aunque eso sea solo anecdótico, la evolución hasta el realismo de un osado José Luis Rodríguez Zapatero que comenzó quedándose sentado al paso de la bandera de los Estados Unidos y ha terminado como fiel infantería en todas las aventuras bélicas inspiradas por el gobierno de Washington.