viernes, 4 de mayo de 2012

POLITICOS Y VOTANTES. PARASITOS Y PARASITADOS

Para ganar las elecciones y llegar desde la oposición al gobierno, el Partido Popular se hizo pasar ante los electores como justiciero vengador del desbarajuste económico provocado por lo socialistas, del que habían sido víctimas todos los ciudadanos. Cuatro meses más tarde, el gobierno del partido popular carga a las víctimas el pago de las deudas del desbarajuste y limita el castigo de los culpables al que los electores les impusieron con sus votos. En definitiva, los políticos profesionales del Partido Popular han castigado a los políticos profesionales del Partido Socialista quedándose con los cargos y enchufes que los electores les quitaron. A las víctimas del desbarajuste económico socialista—los ciudadanos—les toca pagar con sus impuestos la disputa entre ladrones y policías o policías y ladrones, que es el papel que en la política española se reparten alternativamente socialistas y populares. Y no hay por qué extrañarse porque hay tan poca diferencia entre un político profesional del Partido Popular y otro del Partido Socialista, como la que separa a un votante anónimo del PP de otro igualmente desconocido del Psoe. Es una inexactitud manifiesta de sociólogos encuesteros que los españoles se dividan en partes casi iguales entre populares y socialistas. Si de lo que se trata es de separar nítidamente en dos grupos bien definidos a la población del país, hágase: una masa mayoritaria que ejerce su privilegio de votar y un selecto grupo de notables que se beneficia de las prebendas de esos votos. Las imperceptibles diferencias de pelaje de los del primer grupo les importan poco a los del segundo: socialistas y populares son igualmente apetecibles como huéspedes parasitables tanto para los parásitos del Partido Socialista como para los del Partido Popular.