sábado, 29 de diciembre de 2012

RAJOY: EL MÉTODO BUROCRÁTICO DE MANDAR


En los olvidados tiempos en que la humanidad conservaba la cándida inocencia de la creación, y antes de que dioses y hombres se separaran en clases sociales antagónicas, vivía en Anatolia un arriero llamado Gordión.
Anudaba tan complicadamente la cuerda de sujeción de  las mercancías que transportaban sus bestias que solo el propio arriero era capaz de deshacer el nudo para liberar la carga.
Tan imposible era desanudar lo que Gordión anudaba que surgió la leyenda de que, si alguien pudiera deshacer el nudo gordiano, conquistaría las fabulosas tierras y riquezas del Imperio Persa, que se extendía al este.
Siglos después, cuando el macedonio Alejandro Magno y su ejército llegaron a Gordión para apoderarse del Imperio vecino, los eruditos del lugar le refirieron la tradición e insinuaron que, si quería saber si sus intenciones se cumplirían, intentara deshacer el nudo.
Alejandro sacó la espada, cortó el nudo y extendió su imperio hasta el río Indo, en la actual India.
Empeño menos épico, pero tan complicado como el de Alejandro anunció Mariano Rajoy que acometería si lo elegían presidente del gobierno: enderezar el rumbo torcido que había trazado para España su antecesor y todos los que, por acción u omisión, habían llevado al país a la quiebra.
Rajoy se proponía:
1.-Aumentar los ingresos de las administraciones del Estado y reducir sus gastos, que al tomar posesión se elevaban a 546.000 millones de euros, (446.000 millones y los cien mil millones del déficit financiado con deuda) lo que supone el 54,6 por ciento del valor de los bienes y servicios que España produce al año.
2.-Agilizar y adelgazar las administraciones para que la Comunitaria, General del Estado, Autonómica, Provincial, mancomunal y municipal tengan responsabilidades distintas y no solapadas.
3.-Moralizar las administraciones públicas y el comportamiento ciudadano, tan degradados que se ha cometido la inexactitud de definir como mafiosa a la vida pública española. (Es falsa la acusación porque la mafia surge como actividad privada que contamina al Estado para huir de la Justicia. La corrupción española se origina en el Estado y contagia a la sociedad).
3.-Limitar la intromisión de sindicatos y patronales a la defensa laboral y empresarial, respectivamente, de los intereses de quienes pagan cuota para que los represente. Patronales y Sindicatos representan a quienes tienen al corriente el pago de sus cuotas, no a la totalidad de la población, ni siquiera a todos los trabajadores o empresarios.
4.-Sin libre mercado y libre competencia reales no hay democracia. Se esperaba de Rajoy que acabara con los “cartels” que, de hecho impiden que el consumidor pague menos por bienes y servicios.
Se llama “cartel” al acuerdo entre empresas del mismo sector para limitar o impedir la competencia entre ellas.
Mariano Rajoy, que antes de entrar en política era registrador de la propiedad, ha preferido el sinuoso burocratismo del registrador en lugar del poder sacramental del Presidente del Gobierno para cumplir lo que de su gobierno se esperaba.
Si, como Alejandro Magno hubiera usado la espada de su poder, seguramente no lo acosaría una jauría de problemas: el tozudo déficil, el imparable paro, la pestilente corrupción, la desintegración nacional, La larvada o abierta guerra de contrarios y propios, la insatisfecha voracidad de las eléctricas, el alboroto de los sindicatos o el estrepitoso fracaso de la educación que debería llamarse instrucción pública.
Como consecuencia de la pertinacia de Rajoy en usar los métodos de registrador de la propiedad en lugar de los que le da el poder de la Presidencia de Gobierno, España se sigue diluyendo en su pasado trimilenario, hasta que se diluya como Etruria, Tahuantinsuyu o Tenochtitlan.