lunes, 31 de diciembre de 2012

PARA QUE SIRVE UN PLAN ESTRATÉGICO



   Un plan estratégico sirve para acomodar el presente a las necesidades del futuro.
Un plan estratégico turístico, por consiguiente, no trazaría un mapa de establecimientos gastronómicos y de sitios  dignos de ser visitados ahora. Para esa información basta una menos pomposa oficina de turismo.
Lo que el plan estratégico debería anticipar sobre el turismo es la clase de establecimientos (hoteles, casas rurales, infraestructuras para autocaravanas, etc) que demandará el turista del futuro
También debería predecir si, para comer, el turista futuro demandará carnes, pescados, frutas, verduras, asados, guisados o alimentos concentrados en píldoras.
¿Preferirá el turista del futuro visitar entornos urbanos, rurales, fluviales, de riesgo, deportivos o de placer?
¿Será una prioridad para el turista del futuro el costo de sus vacaciones o el precio será secundario y valorará sobre todo la calidad de los servicios?
Es evidente que trazar una plan estratégico es más complicado que enumerar la realidad actual porque lo primero es aventurarse a predecir el futuro, y lo segundo reseñar el presente.
Si la oprobiosa dictadura  personal sustituida por la dictadura burocrática de los partidos hubiera contado con un plan estratégico idóneo, muchos sinsentidos actuales se hubieran evitado.
Por ejemplo:  Cuando en 1968 empezaron a llegar a los cuatro poblados de colonización de Hornachuelos los primeros colonos, el futuro ya era presente porque las distancias ya no se medían en kilómetros sino en el tiempo que se tardaba en recorrerlas.
El coche, hasta entonces aspiración de la fantasía española, empezaba ya a ser un costoso problema de mantenimiento y estacionamiento.
Los poblados de colonización, dotados de servicios básicos y de amplias y confortables viviendas  para los colonos, con cuadras para las bestias de labor, ya nacieron obsoletas por culpa de los aperos mecánicos.
El coche, que inexorablemente se apropió de las calzadas en ciudades, pueblos y aldeas también acabó con la concepción utilitaria de que el colono viviera junto a su parcela.
Si los sabios de la dictadura hubieran sabido predecir el futuro, el de los poblados de colonización hubiera sido otro error que no habrían cometido.
Porque 44 años después de que los primeros colonos llegaran a los pueblos de colonización de Hornachuelos (Bembézar, Mesas de Guadalora, Céspedes y La Puebla de la Parrilla), prefieren ahora ir y volver a sus parcelas en automóvil, y vivir con sus familiares en ciudades cercanas, con mejores servicios.
Para evitar errores como el de los poblados de colonización sirven los planes estratégicos. Para enumerar restaurantes y lugares dignos de ser visitados sobra un simple folleto turístico.