jueves, 21 de febrero de 2013

FALSA DEMOCRACIA PARLAMENTARIA

    A esta forma de organización del Estado que ya nació agonizante en 1978 y en el que nada de lo que parece es, la definieron como democracia parlamentaria.

Como toda la tramoya fabulada desde 1978 y apodada democracia parlamentaria, el nombre no define, sino que encubre la realidad.

Para que la martingala montada en España fuera una democracia parlamentaria debería asentarse en el funcionamiento independiente, uno de otro, de tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial.

El ejecutivo, en esa clase de sistemas, ejecuta las medidas aprobadas por la mayoría del parlamento y el judicial ratifica o rechaza la legalidad de esas medidas y de su aplicación.

En lo que en España se ha implantado, el candidato que gana las elecciones y ocupa la jefatura del gobierno suele haber sido previamente secretario general o presidente de su partido, que simultaneará con el de presidente del gobierno.

Por el primero de esos cargos da el visto bueno a las listas electorales y, en calidad de máximo dirigente de su partido, decide el sentido del voto de su grupo en todos los asuntos, porque le conciernen como jefe del ejecutivo.

Una de los cometidos asignados exclusivamente al parlamento es el de designar a los responsables de supervisar el buen funcionamiento de tribunales y organismos de supervisión judicial.
   Pero es el presidente del ejecutivo (que se coloca para la ocasión la careta de presidente o secretario general del partido) ordena al jefe del grupo parlamentario de su partido cómo deben votar sus diputados.
Por eso, y aunque se quiera hacer creer que a la dictadura de Franco le sucedió una democracia parlamentaria, es mentira: a la dictadura de Franco le viene sucediendo la dictadura del presidente del gobierno, propuesto como candidato por sí mismo,n su calidad de secretario general o presidente del partido que ganará las elecciones.

En resumen, que la misma persona que se propone a sí misma para encabezar la lista electoral es la que, al ganar las elecciones, maneja los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.

Por mucho que se les llene la boca al definir este sistema como democracia parlamentaria, es en realidad una dictadura personal temporal. 

La dictadura de Franco, comenzó a tiros y solo acabó con su muerte.
La de ahora, afortunadamente, empieza con el triunfo electoral del candidato autopropuesto, y termina cuando finalice la legislatura.