viernes, 1 de marzo de 2013

MÁS LO ERES TÚ

 
   ¿Demuestra su inocencia el que culpa de un delito todavía más grave al que lo acusa?
   Puede que así sea en éste Estado gestionado por parlanchines sin palabra, conscientes de que todo lo que digan será tan superfluo como el silbo del viento.
   Tan acostumbrados nos tienen los que se ganan la vida hablando en parlamentos,  o contestando a los  que les preguntan para la radio o la televisión, que se echaría de menos que no acusaran a sus adversario de pecados peores que de los que ellos están acusados.
   Es lo mismo, pero en fino, que el "más lo eres tú" con que replicaba la acusada de casquivana a su rival en las zarzuelas.
   Concretemos la teoría con un ejemplo práctico cotidiano:
   Es habitual que, en el fragor de la contienda política entre PP y PSOE uno de ellos acuse al otro de inspirar, amparar o cometer actos englobados en lo que se conoce por corrupción.
   La réplica obligada del acusado es culpar al acusador de irregularidades todavía más graves.
   Puede que sea un eficaz recurso dialéctico para tapar la boca del acusador, pero lo que realmente hace es reconocer su propia culpabilidad y, con el "más puta eres tú", admitir la condición de meretrices de las dos partes.
   Esa es práctica habitual de los que se vanaglorían de dedicar sus vidas a dar ejemplo y sacrificar su bienestar parar hacer más llevadera de vida de sus conciudadanos.
   Demasiado vistos están ya esos desinteresados benefactores de la sociedad para exigirles que se sigan sacrificando.
    Ha llegado la hora de librarlos de su carga y permitirles que se vayan a sembrar pepinos o a vender peines a cinco céntimos de euro.
    Se lo han ganado.