jueves, 2 de mayo de 2013

¿POR QUÉ CELEBRAMOS EL DOS DE MAYO?



   Este pueblo español del que formo parte ha sido desde el principio de los tiempos más melodramático que heroico y, casi siempre, el impulso melodramático que desencadenó gestas heroicas provocó guerras sangrientas.
   1-Invasión musulmana y reconquista:
   El conocido por Don Julián, además de gobernador visigodo de Ceuta y aspirante a suceder en la monarquía electiva al Rey Don Rodrigo, era padre de Florinda la Cava.
  El gobernador pretextó para destronar al Rey y sentarse en su trono que Don Rodrigo había mancillado la inocencia de La Cava y se negaba a reparar el ultraje, casándose con ella.
   Puso manos a la obra: aprovechando que el Rey andaba por las Vascongadas sofocando rebeliones y comprando lealtades a los vascos, contrató bandas mercenarias rifeñas, puso barcos a su disposición para trasladarlos a la Península  y declaró inaugurada la invasión musulmana y la posterior reconquista, que tuvo entretenidos a los españoles ocho siglos.
   2.-El 2 de Mayo y la Guerra de la Independencia:
  La impaciencia por reinar de su hijo Fernando había provocado la irreparable ruptura con su padre, el Rey Carlos Cuarto, la escisión entre cortesanos y miembros de la familia real y  la irritación del propio rey, al que lo único que le interesaba era cazar y que fueran felices su mujer, María Luisa, y su favorito, Manuel Godoy. Ambos eran felices acostándose juntos, aunque sin dormir.
   Agobiado por los problemas domésticos, y lo mismo que ahora van los políticos a Alemania o Bruselas, Carlos Cuarto fue a ver en  la fronteriza Bayona al que mandaba entonces, el francés Napoleón, y le cedió la propiedad de su finca española, con todas sus tierras y ganado humano y animal, para que hlciera lo que quisiera.
    Napoleón, que difundía ideas tan peregrinas como que el soberano era un mero portavoz de la soberanía de la que era titular el pueblo, mandó a recoger para llevarlos a su lado a los familiares del Rey Carlos que quedaban en Madrid.
   En esas estaban el 2 de Mayo de 1808, con una carroza frente al Palacio Real de Madrid en la que vieron que subía el infante Francisco de Paula, cuyo parecido con Godoy no dejaba dudas de que su padre era el favorito del Rey, y no el Rey.
   José Blas Molina, uno de los espectadores curiosos que lo reconoció, gritó a los demás: “que se nos lo llevan”
    Y así comenzó no solo la guerra de la Independencia, sino la derrota de la idea de soberanía popular, de la que siguen siendo dueños en España los que mandan y no los mandados.
     Por eso, la conocida por guerra de la Independencia debería llamarse guerra a favor de la dependencia. Si hubieran ganado esa guerra quienes la perdieron y la hubieran perdido los que la ganaron, otra sería la España actual.
   ¿Mejor o peor? Seguramente como si de día saliera la luna y de noche el sol. Simple cambio de nombre porque, en esencia, todo sería igual.