sábado, 18 de mayo de 2013

SUBIR IMPUESTOS, BÁLSAMO DE FIERABRÁS



   El rey Balán y su hijo Fierabrás saquearon Roma y, entre el botín que se llevaron, había dos barriles con los restos del ungüento utilizado para amortajar a Cristo.
    Se elaboró más tarde una pócima milagrosa con parte de ese ungüento, cuya fórmula detalla Don Quijote a su escudero Sancho: aceite, vino, sal y romero hervidos y bendecidos con ochenta padrenuestros, ochenta avemarías, ochenta salves y ochenta credos.
   En el recetario de los políticos de hogaño  para curar todos los males hay otra fórmula milagrosa para todos los desajustes sociales: subir los impuestos, que vale tanto para sarpullidos revolucionarios como para depresiones melancólicas de la comunidad o de la economía.
   Como no podía ser de otro modo, esa es la pócima que para que haya menos viviendas vacías ha puesto en marcha el alcalde socialista de Palma del Rio, un pueblo de la Vega del Guadalquivir de unos 20.000 habitantes en el que, a falta de datos, puede calcularse que hay unas dos mil viviendas sin que viva nadie en ellas.
   Anoche se anunció que el Ayuntamiento cargará un cincuenta por ciento adicional del Impuesto de de Bienes Inmuebles (IBI) a los propietarios de viviendas vacías.
   Ya tiene en propiedad el Ayuntamiento de éste pueblo  unas 300 viviendas en que se alojan deudos políticos del gobierno municipal, lo que lo convierte en el principal propietario inmobiliario del pueblo.
    No es lo peor que se aproveche ese patrimonio para  comprar la voluntad de los electores, sino que cediendo esas viviendas a coste simbólico adultera el mercado inmobiliario local y perjudica a empresas del mismo ramo que pagan impuestos al Ayuntamiento.
   Hay algunos que, menos listos que el alcalde que se preguntan por qué, en lugar de aumentar el IBI no se le ocurrió incentivar la venta de esas casas vacías eximiendo temporalmente del pago de ese impuesto a los compradores.
    Los malpensados, que hasta en esta tierra de gente ingenua, sencilla y cándida los hay, murmuran que lo que al alcalde lo mueve no es tanto resolver el problema de viviendas sin ocupar sino sacar dinero y eximiendo temporalmente del pago del IBI no lo conseguiría.  
    Nadie puede negar, después de todo, que el alcalde de Palma del Río es de la misma estirpe, aunque de distinta ideología, que el más notable de los andaluces, el Rey Tarteso Habidis y primer sociólogo de la humanidad, que formuló eso de que los ricos son felices gracias al esfuerzo de quienes no lo son.
    Por eso, el secreto de la felicidad consiste en ser rico o, lo que es lo mismo, meterse en política.