lunes, 19 de agosto de 2013

HISTORIAS DE ANTES



Genesis 1, 27. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó.
Genesis 2,21. Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne.
Genesis 2,22.  Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la llevó al hombre.
Genesis, 2, 23. Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.
   En éstos días de inclemente castigo veraniego, nada más refrescante que darse un refrescante chapuzón en los orígenes de la humanidad.
   Mientras que los evolucionistas sostienen que bichos y personas descendemos de una misma sustancia misteriosamente metamorfoseada, los creacionistas tenemos por guía el acta notarial del origen del mundo, el Génesis.  
   Y ni eso está claro ya que, si  leen las citas bíblicas con que comienza esta página, comprobarán que Dios creó a una primera pareja y, de la costilla del varón, formó a la segunda hembra. Dos mujeres para un solo hombre.
  El propio Adan proclama que, antes de la procedente de su costilla, ya había tenido otra mujer: “Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mis carnes…”) .
   Esa segunda compañera de Adan, conocida por Eva, se considera madre de los dos primeros humanos engendrados y no hechos.
   Pero, ¿qué se sabe de la primera?
   Es conocida por Lilit, aunque por ese nombre solo la menciona el profeta Isaias: “Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso”.
   Hay referencias al personaje en el libro de Job y en de Enoch y abundan las alusiones a esa figura en la tradición talmúdica.
   Lilit podría haber sido la primera víctima de la lucha por la igualdad sexual. Reclamaba a Adán un trato igual porque ambos habían sido creados iguales por Dios moldeando sus figuras en barro.
   En consecuencia, coinciden las versiones sobre la ruptura de Adan con su primera esposa, Lilit exigía, y Adan se negaba, a que intercambiaran la postura misionera al emparejarse y alternaran quien de los dos debería colocarse encima.
   Exasperada por la tozudez de Adán, Lilit invocó el nombre de Dios y desapareció huyendo a las orillas del Mar Rojo. Allí  copuló con Semjaza, uno de los doscientos ángeles expulsados del pararaiso y de esa cópula nació Azazel, uno de los demonios que, al emparejarse con humanas, crearon una generación de gigantes demoníacos  cuyas maldades acabó castigando Dios con el Diluvio.
  Si con esos enredos empezó nuestro mundo,¿cómo nos vamos a extrañar de los lios en que estamos metidos? En comparación, naderías.