lunes, 4 de noviembre de 2013

DESDE QUE EL HOMBRE APRENDIO A NO ANDAR-16-INTERVENCIONISMO ESTATAL EN LA ECONOMIA



16-.- INTERVENCIONISMO ESTATAL EN LA ECONOMÍA.
Se culpó al gobierno republicano de Herbert Hoover de no haber modificado a tiempo las normas reguladoras de las actividades bancarias y bolsísticas para evitar el posterior hundimiento de Wall Street.
Si no lo hizo seguramente sería porque uno de los pilares ideológicos del Great Old Party (Viejo Gran Partido) republicano de los Estados Unidos es la neutralidad del Estado en la libre competencia, como único mecanismo regulador de la economía.
Si se culpó a Hoover de no haber intervenido en la libertad de normas bancarias y bolsisticas, a su sucesor demócrata Franklyn Roosevelt se le criticó por lo contrario:
Roosevelt aplicó recomendaciones del economista  inglés John Keynes y comprometió al gobierno federal en un ambicioso programa de obras públicas en el Valle del Rio Tennesee, que favoreció directamente a ocho de los 48 estados que entonces tenía Estados Unidos.
Con dinero federal, que durante años dio empleo a medio millon de personas, se controlaron las riadas del Tennesee, se mejoró su navegabilidad y en la red de embalses que integra se consigue energía hidroeléctrica que se vende a 158 distribuidores que la hacen llegar a ocho millones de clientes.
   Del intervencionismo estatal en la economía, sobre todo por parte de los Estados Totalitarios, que encauzaron la a la producción de militar recursos detraídos de la producción de bienes de consumo para la población, se acusó en parte al estallido de la segunda guerra mundial.
Los comunistas rusos se habían adelantado a Roosevelt porque el partido controlaba toda la actividad económica de Rusia desde 1919.
Mussolini en Italia y Hitler en Alemania adoptaron el dirigismo, la intervención decisiva del estado en la economía, aunque sin colectivizarla ni nacionalizarla y manteniendo la propiedad privada de los medios de producción y comercialización.
Fascistas y nazis adoptaron a su manera el principio keynesiano de la intervención estatal en la economía, pero sin limitarla a los servicios o infraestructuras.
Desde que llegó al poder dos años antes de denunciar en 1935 el tratado de Versalles que prohibía el rearme alemán, Hitler emprendió un plan clandestino de construcción militar que, gracias a los recursos adicionales del Estado tras la denuncia de tratado, en Alemania se alcanzó el pleno empleo en 1938.
Francia, Inglaterra, Alemania, Italia, Rusia, y en menor medida los demás países europeos y Japón en Asia,  aumentaban frenéticamente sus arsenales y experimentaban armas nuevas que, inevitablemente, acabarían usando.
La guerra, que empezó el 1 de septiembre de 1939, cinco días después de que Alemania firmara un acuerdo con Rusia para repartirse Polonia y otros territorios europeos, la justificaba Hitler en dos principios en los que basó su politica exterior: el pangermanismo y la Lebensraum.
El primero, formulado por Johann Tillman, propugnaba la unión en un solo estado de todos los pueblos de origen germánico dispersos por Europa y el segundo, formulado por Friedrich Ratzel,  el derecho de un pueblo a disponer de todo el espacio que su población necesite.
Alemania, que ya había dejado fuera de combate a  Polonia,  Francia, Noruega, Dinamarca, Bélgica y Holanda en 1940, dirigió su atención al Esta en Junio de 1941 además de para combatir a la Rusia comunista, para apoderarse de las materias primas (cereales y carbón de Ucrania y petróleo de la rumana Ploesti) imprescindibles para sostener su esfuerzo bélico.
Japón pretextó la negativa de Estados Unidos a venderle el petróleo que necesitaba hasta que pudiera extraerlo de Indonesia, para atacar inesperadamente Pearl Harbour, su principal base naval en el Pacífico, que extendió a Asia la guerra mundial.
Lo que en esa guerra pasó  lo conocemos por el cine.
Hay que hacer notar, sin embargo, que la segunda mundial fue la primera guerra en la historia de la Humanidad en la que los combates no se desarrollaron únicamente en las primeras línea de los frentes porque el desarrollo de las armas de largo alcance convirtiómetió a las retaguardias y a las poblaciones civiles en objetivos al alcance del enemigo.