martes, 3 de diciembre de 2013

ESPAÑOLES, SUPEREMOS A SIRIA



 España es el segundo país donde más aumenta la percepción de corrupción. Solo Gambia, Guinea, Malí y Libia han empeorado tanto, según Transparencia Internacional. Siria es el país que refleja una mayor pérdida de transparencia de sus instituciones (Diario El Pais)

   Este titular del diario madrileño debe servir de aviso y estímulo: un estado de democracia consolidada como el español y un pueblo trimilenario, exportador de lengua, cultura, civilización y creencias no piede dormirse en los laureles del pasado.

   Los españoles deberíamos renovar esfuerzos, si hace falta hasta la extenuación nacional, para que no se nos equipare a Gambia, Guinea, Mali o Libia, paises todos con estados recién salidos de la organización tribal, con un estado como el nuestro que midió la anchura del mundo, que salvó a la civilización cristiana, gestó naciones elevánndolas de su condición de tribus y las enganchó  a palos a la civilización, aunque se resistieran.

   Siria, que gracias a sus muchos años de  guerra civil ha conseguido superar a España en la percepción que sus habitantes tienen de la corrupción, gana a España en esa vuelta atras del progreso que es la  percepción de la corrupción.

   Los españoles, que quizá con la única excepción de los afganos, somos el pueblo que más experiencia tiene en el sutil arte de matarse entre sí, deberíamos poner pié en pared y recuperar el lugar de liderazgo mundial en la corrupción que los sirios nos disputan.

   La calidad y cantidad de corrupción administrativa, civil y política de los españoles ya es imbatible. Para dejár atrás a Siria solo necesitamos liarnos otra vez a tiros.

   Aunque para eso nunca sea tarde, no perdamos tiempo: echémosnos una guerra civil.