viernes, 28 de febrero de 2014

UCRANIA Y RUSIA



Ganar fama de erudito es una consecuencia indeseable para interesarse y conocer la historia que, sin embargo, tiene una utilidad práctica: entender el presente como continuidad del pasado y proyección del futuro.
Por eso, para apreciar el cada vez más enconado conflicto entre Rusia y Ucrania, que amenaza la convivencia europea y mundial, hay que echar más de tres siglos la vista atrás, hasta los tiempos en que las dos naciones actuales, Rusia y Ucrania, empezaron a perfilar sus intereses modernos.
A mediados del siglo XVII, una coalición de tártaros, cosacos y campesinos ucranianos logró una inestable autonomía de la nobleza polaca y posteriormente, en el siglo XVIII,  Ucrania sufrió las consecuencias de la Guerra del Norte, librada por el rey Carlos XII de Suecia que, su su pretendida invasión de Rusia, usó el territorio ucraniano como campo de batalla.
En el siglo XIX la mayor parte del territorio ucraniano se integró en el imperio ruso y la otra, menor, en el imperio austrohúngaro. En 1922, la de Ucrania fue una de las repúblicas constitutivas de la Unión Soviética, hasta la disolución de la URSS.
La Rusia moderna la gestó el zar Pedro I (1622-1725)  que la cogobernó desde 1682 con sou hermanastro Teodoro III, enfermizo y apocado desde su niñez y a cuya muerte en 1696 se convirtió en monarca absoluto hasta su muerte a consecuencia de una pulmonía que contrajo en San Petersburgo, que había fundado, al lanzarse al mar helado para salvar a unos marineros náufragos.
La Rusia que encontró Pedro I era un país sin salida ni interés por el mar, atrasado, mal comunicado y políticamente controlado por el poder de la cámara de los boyardos, la unión de la nobleza que ejercía poderes en los enormes distritos de los que eran propietarios.
La fuerza militar de Rusia residía en los streltsi, un cuerpo armado mercenario al servicio de la nobleza.
Pedro I descubrió el mar y su importancia navegando en el bote velero que un inglés de la colonia extranjera poseía en un lago cercano a Moscú.
Esa fascinación por los barcos lo impulsó a la titánica empresa de construir San Petersburgo, por donde Rusia logró asomarse al mar y disputar a las marinas holandesa, sueca a inglesa el control del Báltico.
Uno de los más acuciantes problemas con que se encontró Pedro I fue el de frenar las periódicas incursiones que bandas de tártaros y cosacos, con el apoyo del Imperio Otomano, hacían en Rusia cada año, acercándose a veces a Moscú, para saquear a los campesinos y llevarse a muchos como esclavos hasta Turquía.
Con el doble propósito de impedir en origen las incursiones en territorio ruso de los salteadores aliados de los turcos emprendió la marcha al sur. Con los 130 barcos que mandó construir en el Rio Don conquistó la plaza fuerte otomana de Azov, con lo que logró un puerto en aguas marinas calientes, aunque limitado por el estrecho de Kerch a la navegación en el mar Negro. La salida al mar Negro la logró Rusia gracias a la zarina Catalina al fundar Sebastopol en 1783 y Odessa en 1794 que no le abrieron la salida al Mediterráneo porque el Imperio Otomano seguía controlando el estrecho de los Dardanelos.
Rusia, si Odessa y Sebastopol cayeran bajo control ucraniano, perdería lo que los antiguos zares Pedro y Catalina lograron como objetivos nacionales en su proyección marítima al sur.
Si Ucrania trasladara su alianza estratégica de Rusia a la Europa que lidera Alemania, Moscú perdería otro de sus objetivos históricos: mantener un colchón aislante de las agresiones germano- austríacas.
Por ahora, solo mantendría el tercero de sus objetivos: mantener alejado el expansionismo chino.

miércoles, 26 de febrero de 2014

EL ESPAÑOL CINE ESPAÑOL



“Mooning”  es un gesto de burla, desprecio o escarnio que, en los pueblos de cultura inglesa, consiste en bajarse uno los pantalones hasta debajo de la rodilla, dar la vuelta y enseñarle el trasero desnudo  al que se quiera ofender.
   Evidentemente, “mooning” deriva de moon (luna) porque, supuestamente, la de luna llena sería la apariencia del trasero que se muestra al que es objeto de la burla.
   ¿Y a qué viene esto, si esa  cortesía es genuinamente del mundo inglés y no del español?
   Precisamente a eso, a que palabros neotécnicos (trending tópic en vez de   asunto dominante, o mopa en lugar de fregona) los acogemos con el mismo entusiasmo con el que algunos proclaman con orgullo su españolidad.
   Precisamente en éstos días, cuando sigue en el recuerdo la mala imitación de la inminente entrega de los “Oscar” que fue la pasada ceremonia de entrega de los Goya, se pregunta uno si el español es capaz de ser cine español o solo sabe malimitar al norteamericano.
   Y me explico: empecé a ver “La gran familia española”, a la que le dieron en la última gala dos de los once goyas a los que aspiraba.
  Uno de los Goya  de la gala del cine español  premió a la canción de “La gran familia española” titulada (naturalmente) “Do you really want to be in love?”   y no, como hubiera sido lógico esperar, “¿de verdad quieres enamorarte?”.
   La cosa empezó, cómo no, aludiendo a la película americana “Seven brides for seven brothers” (siete novias para siete hermanos)  e incorpora, como gracia nacional española, a un tontarrón de pueblo con  una gorra de béisbol (Base ball) puesta de medio lado, que a sus amigos y familiares ha debido resultarles muy gracioso.
   En definitiva, que cuando salió la escena de uno de los actores españoles haciendo eso tan americano y tan poco español como es el “mooning” me cansé y me pasé a canal sur, en donde siempre puede encontrar uno (hasta cuando no esté emitiendo) gente cantando, niños graciosos, viejos buscando pareja o políticos echando la culpa al PP, que nunca ha gobernado en Andalucía, de todos los males de Andalucía.
   Y en cuanto al cine, estoy escarmentado: prefiero ver películas americanas en las que los indios persigan a los soldados o los policías a los ladrones (los primeros en caballos y los segundos en coche) que ver películas españolas imitando a las americanas.
   Un consejo de balde a los cineastas españoles: si el éxito del  cine americano que envidian se basa en perseguir indios o perseguir ladrones, ¿por qué los españoles no basan su cine en la persecución de subvenciones?

lunes, 24 de febrero de 2014

UCRANIA





La Rusia zarista, comunista y la seudodemocrática actual han acomodado la mayor o menor liberalidad de su tiranía central como forma de gobierno a lo largo de la historia.
Pero sigue inmutable el miedo eslavo a la amenaza de sus vecinos, contra la que Pedro I formuló e inició  los tres principios básicos para la supervivencia del estado ruso:
1.- Proteger su panza de la agresión austro-germana.
2.- Fijar un extenso colchón de tierra segura que aisle a Rusia de China.
3.-Controlar puertos marinos libres de hielo para salir  a mar abierto.
--El primero de esos objetivos, ahora en peligro por la temida salida de Ucrania de la órbita rusa de influencia, lo cumplió con las fronteras trazadas tras la segunda guerra mundial entre las republicas socialistas europeas y la Europa Occidental, de influencia norteamericana.
--El gobierno ruso, que no descarta la amenaza de China, teme que el frenético desarrollo económico impulsado por los gobiernos postmaoístas desemboque en un movimiento de expansión territorial, por lo que vigila atentamente el rearme y  la modernización militar de su vecino oriental.
--El Zar Pedro I encontró salida libre al mar con la construcción del puerto de San Petersburgo (Leningrado) en el mar Báltico, fácilmente bloqueable en su salida al Atlántico.
   El único puerto libre de hielo de la Rusia europea es el de Murmansk, en la península de Kola, en el Ärtico, con poco conveniente salida al Atántico Norte.
   Los puertos de Petropavlosk, en la remota Kamchatska y Vladivostock, ambos en el Pacífico Norte, quedan muy alejados de las zonas estratégicas de decisión mundial.
   (El apoyo de Rusia a Argelia para establecer un gobierno independiente amigo en el Sáhara español le habría permitido salida franca al Atlántico Central y, sin la ayuda de la CIA norteamericana a los talibanes contra el ejército ruso en Afganistáno, la Unión Soviética habría logrado salida al Océano Indico).
   Si el desenlace de la crisis que por ahora ha forzado la fuga de su aliado Yanukóvich se tradujera en el establecimiento en Ucrania de un régimen hostil a Rusia, el cordón de seguridad que formuló y comenzó a crear el Zar Pedro I en el siglo XVIII podría interpretarlo el gobierno de Moscú como amenaza a su seguridad.

miércoles, 12 de febrero de 2014

APARTE DE EN EL NOMBRE, ¿EN QUE SE DIFERENCIAN DICTADURA Y DEMOCRACIA?

Aunque vaya para 39 años que los españoles se libraran de la oprobiosa dictadura de Franco y se acogieran al benéfico amparo de la democracia, algunos siguen empeñados en que la primera era igual o mejor que la segunda.
Posiblemente sea porque no han entendido la diferencia entre esos dos sistemas opuestos de gobierno y sea necesario, de una vez por todas, dejar las cosas claras:
Para que se aclaren, señalemos lo que los diferencia:
Democracia: el pueblo decide en elecciones libres el nombre del que ha de presidir el gobierno, tanto nacional como autonómico.
Dictadura: el que gobierna, sin consultar al pueblo, preside el gobierno nacional y decide  quien gobierna en cada provincia (no existían las necesarias y sobrias administraciones autonómicas).
Por si todavía no queda claro, echemos mano como ejemplo práctico, a una administración autonómica: Andalucía.
Cuando José Antonio Griñan decidió el año pasado renunciar a la presidencia de la autonomía, (a la que había accedido designado por el anterior presidente Manuel Chaves),  designó a su vez como sucesora a la actual presidenta andaluza Susana Díaz.
(Los que habían expresado intención de aspirar al cargo de Díaz disputando elecciones internas en el partido, reconocieron espontáneamente su error  y aplaudieron la idoneidad para el cargo de la actual Presidenta de la Junta.)
Cuando Javier Arenas renunció a la Presidencia del Partido Popular de Andalucía tras ganar las elecciones para la Junta, aunque tuviera que ceder el cargo al propuesto por la coalición formada por dos de los partidos perdedores, designó como sucesor a Juan Ignacio Zoido,
Cuando Zoido anunció que no buscaría la reelección, los varios militantes andaluces que habían anunciado su intención de sucederlo se apresuraron a anunciar su retirada y aplaudieron con entusiasmo la candidatura de Juan Manuel Moreno, señalado para el cargo por la dirección Nacional del Partido, encabezada por el Presidentye del Gobierno Central, Mariano Rajoy, designado a su vez por José María Aznar como sucesor suyo.

Espero que, con éstos ejemplos, quede clara la diferencia entre Democracia y Dictadura.