miércoles, 28 de mayo de 2014

IGLESIAS, VIENTO EN POPA

“You dont need a weatherman to know in what way  the wind blow” (no necesitas un meteorólogo para saber en qué dirección sopla el viento)- Bob Dylan.
   En los tiempos casi olvidados de mi lejana juventud, los Weathermen (meteorólogos),  uno de los primeros grupos radicales de izquierda y  precursor en muchos sentidos del “Podemos” de Pablo Iglesias, se pusieron ese nombre inspirándose en Dylan.
Meteorólogos movidos por su propio provecho son, en realidad, todos los políticos quienes, para conseguir votos, se orientan ideológicamente viento en popa.
Pablo Iglesias demostró en las parlamentarias europeas que es un buen meteorólogo político y un certero oportunista que acertó al ofrecer a los electores lo que muchos de ellos quisieran, sea o no posible conseguirlo.
Solo precisaba Iglesias, y lo ha hecho con su programa político, unir a la  sagacidad  del vaticinio la audacia de colocarse a favor de donde el viento sopla.
Los síntomas para que el meteorólogo político acertara en su oferta de soluciones a los perjudicados por la crisis aconsejaban aumentar derechos y reducir esfuerzos.
Pablo Iglesias tenía claro, y obró en consecuencia, que la mayor parte de los votantes quiere que el Estado les garantice más y mejores servicios, sin la exigencia equivalente de su mayor esfuerzo. Más igualdad y menos corresponsabilidad.
Como consecuencia, los que más se esfuerzan y preparan tienen el mismo derecho a decidir que los que se preparan y esfuerzan menos y, por consiguiente, cada vez son más los que sobreviven gracias a los que se esfuercen y tengan más.
¿Para qué esforzarse,si el fruto del esfuerzo adicional propio beneficiará al que se haya esforzado menos?
La jubilación a los 59 años de edad  que propone Podemos es una medida que, como beneficiaría a todos los que ahora se jubilan más tarde agrada a la mayoría, sin que se pregunten de dónde saldrán los recursos para sufragar el gasto adicional del incremento de las clases pasivas y la reducción de las clases activas.
¿Qué es eso de prohibir bases militares en países extranjeros y con el empleo de qué clase de fuerza militar se impondría? Más sencillo sería forzar al aire a soplar hacia donde deba y no hacia donde quiera.
Si la administración pública de los servicios se ha demostrado mucho más cara e ineficaz que su gestión privada, ¿para qué empeorar lo que ya está mal?
Que el programa de Podemos defendido por Pablo Iglesias es una utopía imposible lo sabe el propio político, a cuya astucia interesada se debe un programa de revolución política basado en lo que la mayoría de los electores quiere oir, sin tener en cuenta su posibilidad de llevarlo a cabo.

Si el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo de la agrupación “Podemos” no es nube de verano y se consolida, Pablo Iglesias podría ser uno más de los caudillos que, salido de la clase explotadora, encabeza la revolución de los explotados. Como Lenin, como Castro, como Mao.

lunes, 26 de mayo de 2014

EL VICIO DE LA HONRADEZ

   Uno de mis viejos colegas de profesión me llamó desconcertado por el resultado en Andalucía de las elecciones al Parlamento Europeo de ayer.
“No es posible”—me recriminó—“que el PSOE haya aumentado su porcentaje de voto con relación a 2009, cuando todavía no se hablaba de los escándalos de los que se acusa a los socialistas y que, por el contrario, haya bajado el porcentaje de los populares, que no están implicados en Andalucía en ningún escándalo”.
Habría podido explicarle a mi ingenuo amigo que no todas las personas ni todos los pueblos somos iguales y que la honestidad puede ser virtud para unos y falta de iniciativa para otros.
Si hubiera sido andaluz, podría haberle insinuado y lo habría entendido que el que puede quedarse con lo que no es suyo y no lo hace es tonto y que, para gobernar, no sirven los tontos sino los listos.
Esas y muchas más explicaciones le habría podido dar de por qué los andaluces premiamos la iniciativa del ladrón y castigamos la pasividad del honrado pero, como no lo hubiera podido entender por no ser andaluz, me limité a contestarle:

--Las cosas… 

jueves, 22 de mayo de 2014

LA RENTABILIDAD POLITICA DEL ENGAÑO

Ësta que terminará con la votación del 25 de Mayo será la campaña electoral que se recuerde tanto por sus resultados como por la anécdota que pudo decidirla: la acusación de machismo de la candidata de uno de los dos principales partidos al candidato del partido contrario.
Si sólo es esa la enseñanza, los votantes habrán perdido la oportunidad de descubrir que el actual sistema de elegir gobernantes se basa en la eficacia de engañar a los gobernados.
El ruinoso costo en tiempo y dinero de las campañas electorales lo justificaron sus promotores como el método más eficaz para conocer al aspirante a gobernar.
La experiencia demuestra lo contrario: el candidato que mejor esconde cómo es e interprete con más acierto cómo les gustaría a los electores que fuera será el que gane.
Así será también el 25 de Mayo y, si el Partido  Popular no consigue los resultados que esperaba, será en parte por la indiscreción de su candidato (objetivamente, no cabe duda de la superior preparación académica de Arias sobre Valenciano) después del debate entre ambos.
La disputa Valenciano-Arias no ha sido la primera ni será la última que pruebe que el éxito favorece  al candidato que mejor esconde cómo es e interpreta con más acierto cómo los votantes quisieran que fuera.
Personalmente, lo descubrí en las primarias norteamericanas de 1972 para seleccionar al candidato demócrata que se enfrentaría en Noviembre al presidente en ejercicio, el republicano Richard Nixon.
En Febrero de 1972, Edmund Muskie parecía imparable para conseguir la designación. A su principal rival, Eugene McGovern, se le daba prácticamente por desahuciado tras su segura derrota en las primarias de New Hampshire.
Pero el “Manchester Union-Leader”, periódico de clara inclinación republicana en un estado mayoritariamente republicano, publicó informaciones en las que afirmaba que la esposa de Muskie abusaba del alcohol.
Los que presenciamos a un Muskie desmelenado, lloroso y atolondrado intentando rechazar las acusaciones del periódico supimos que la carrera política de Muskie había acabado (después fue secretario de Estado con Carter), por no haber sabido disimular sus emociones ni ocultar sus sentimientos.

Por no haber engañado, en definitiva, a los que quería que lo hubieran elegido.

martes, 20 de mayo de 2014

LA IGUALDAD


Cada  individuo de la especie humana es único y distinto a los demás. Cada hombre es diferente a los otros hombres y cada mujer distinta a las otras mujeres.
Todo hombre es único y diferente a los demás de su género y cada mujer es única y distinta a las otras mujeres y, si todo varón es único y cada mujer es única, mujeres y hombres son doblemente diferentes.
Mujeres y hombres son diferentes de los demás individuos de su mismo sexo y de los del sexo contrario y, aun en el caso improbable de que la similitud fisiológica de dos humanos justificara confundir sus identidades, serían distintos porque cada uno tendría sus propios recuerdos y respondería de forma diferente a estímulos idénticos.
Por eso, cada persona es única y diferente de las demás y ninguna es igual a su semejante.
Si tan clara es la desigualdad definitoria del ser humano, ¿qué propósito esconde regular las relaciones sociales basándolas en la antinatural igualdad?
Cada hombre, por ser distinto a los demás, es capaz también de desarrollar diferente intensidad de ingenio, esfuerzo, audacia y suerte, que lo situará en la posición social equivalente al fruto de esas virtudes.
Pero es natural en la condición humana fijar como referente de la propia condición al que ocupa posiciones más elevadas y atribuir esa preeminencia no a su mayor esfuerzo, sino a sus procedimientos inmorales.
Fue ese el paso inicial de la revolución que supuso el ascenso  de los ilustrados, la aristocracia del saber que, en el siglo XVIII, reemplazó en el ejercicio del poder a la aristocracia heredada.
Proclamaron la igualdad como derecho de todos los hombres y, como habría sido un atrevimiento ridículo negar la diferencia natural de todos los seres humanos, condenaron la desigualdad social como perversión resultante de la explotación de unos seres humanos por otros.
Esa provechosa interpretación de la realidad social generó una primera consecuencia favorable a sus formuladores: si todos los hombres somos iguales, a todos nos corresponden los mismos derechos, entre ellos el de decidir en condiciones de igualdad.
Es mayor el número de los humanos que se sienten perjudicados que los que asumen su capacidad de perjudicar.
Por eso, los que establecieron como verdad la mentira que es la igualdad y, como consecuencia, lograron que se reconociera igualdad de decisión a sabios y necios ( “que no saben”, etimológicamente del verbo latino nescire, negación de scire (saber), cultivan a los necios y menosprecian a los que saben.
Consecuencias de esta cadena de despropósitos: cualquier español tiene igual capacidad de decisión sobre el fárrago burocrático de la Unión Europea, la conveniencia coyuntural de reducir o incrementar la emisión de títulos de deuda pública, el exceso o escasez de empleo público y la mayor o menor conveniencia de economía privada o pública.

Así llevamos desde 1978 y nos admiramos de que la situación no sea buena. Lo milagroso es que no sea peor.

jueves, 15 de mayo de 2014

MI PLUMA PORN UN TRABUCO

Quisiera yo un pregón y no un soneto
y que ciegos me canten, no poetas.
Mi pluma cambiaría por la escopeta,
la insignia por la horca, sin respeto. 
El que nace aldeano es un paleto
por mucho que le ilustren la chaqueta,
pisen sus alpargatas la moqueta
o esmalte sus modales de cateto.
Yo quiero ser leal a mi destino
y la fama alcanzar como asesino
(oficio de mendigos y aldeanos),
que olvidan ahogándolas en vino
las ofensas que sufren de tiranos,
esbirros de lo humano y lo divino.