sábado, 27 de septiembre de 2014

RAJOY: TERCER EROR CON CATALUÑA



Trece meses antes de que se cumplan 300 años del primero de los dos errores de gobernantes españoles que originaron el enfrentamiento de Cataluña con el resto de España, Mariano Rajoy está a punto de tropezar por tercera vez en la misma piedra.
Se equivocará cuando obligue una vez más a los catalanes a ser españoles como los demás españoles.
Felipe V, el francés que fue rey de España gracias a mi paisano el marqués de Portocarrero, fue el primero que sacó los pies del tiesto cuando en octubre de 1715 suprimió los fueros históricos catalanes (lengua, legislación, administración territorial y de justicia, etc) para  asimilarlos a los de Castilla.
Inevitablemente, el segundo equivocado con Cataluña fue Franco, cuya mayor equivocación fue ganar la guerra civil 1936-39.
Franco, con todo lo listo que dicen que era, se equivocó como Felipe V.
Pese a que ya conociera el resultado adverso de las medidas del rey francés de España, volvió a forzar a Cataluña, bastión de los republicanos derrotados, a ser una parte más de España.
Con su medida de castigo a Cataluña, Franco originó otro de los muchos problemas que heredaron sus sucesores demócratas, entre ellos Rajoy, que se propone aplicar la misma medicina a la enfermedad catalana de España, cuyos primeros síntomas se remontan a 1640.
Si el tratamiento para la dolencia catalana de Felipe V, Franco y Rajoy no es el adecuado, ¿Cuál sería la receta acertada?
La contraria: considerar a Cataluña y a los catalanes no como a parte integrante, con los mismos derechos y obligaciones que los del resto de los habitantes de España, sino como territorio ocupado y población sometida.
Eso implicaría la prohibición de hablar castellano, usar pasaporte español, acogerse a las leyes del resto de España y pagar un tributo adicional para sufragar los gastos que generarían a la potencia ocupante, España.
A los tres meses estarían protestando contra la injusticia de su discriminación y exigirían que se les acogiera como ciudadanos españoles, con pleno disfrute de las obligaciones y derechos de los demás españoles.