martes, 28 de octubre de 2014

ROMANCE DE LA ESPAÑA ETERNA



Ya la romántica España
de bandoleros y santos
de toreros y mendigos,
la de quijotes y sanchos,
no es más que la fantasía
de algún necio iluminado.
     
En  los campos despoblados
que el viajero atravesaba
siempre temiendo el atraco,
ahora se alzan barrios,
chalets y urbanizaciones
con piscinas, paddel, tenis
todo verde y arbolado,
con que el vivo que los hizo
pegó el gran pelotazo
y, aunque repartió dinero
a alcaldes y funcionarios
vive ahora como un cura
de los de misa y rosario.

--Por lo que usted dice, entonces,
esos ladrones de antaño
 de trabuco, jaca y manta
que aguardaban emboscados
a que pasara un incauto
para así desvalijarlo,
siguen vivos y bien vivos
aunque atraquen en despachos.

--Así es  ¿por qué negarlo?
Una España sin ladrones
sin pillos, curas ni santos
sería un país sin Historia
normal, aburrido, honrado.