martes, 25 de noviembre de 2014

ESPAÑA: SEGUIRA GOBERNANDO LA IZQUIERDA



Según la encuesta del periódico El Mundo, las intenciones de voto de los españoles se inclinan por Podemos, PP y PSOE, por ese orden.
 Si el resultado de las elecciones ratificara el pronóstico, poco cambiaría la actual inclinación ideológica de la política porque los españoles seguirían gobernados por la izquierda, como durante toda la historia de España.
La gradación izquierdista del pronóstico de El Mundo sólo acusa una novedad: el radicalismo izquierdista de Podemos se impondría al moderado del PSOE y al camuflado del PP.
Y es que la orientación ideológica de un partido político la determina el concepto que tiene de su relación con el Estado y su preferencia, en la administración estatal, por los principios opuestos de libertad e igualdad.
Partido ideológicamente de izquierda es el que se propone transformar el Estado, desde el gobierno, para que la sociedad sea un calco del partido.
Los partidos ideológicamente de izquierdas dan preferencia a la igualdad sobre la libertad, para lograr una sociedad de iguales, sin clases sociales de intereses diferentes, y en pugna por prevalecer una sobre las otras.
Como consecuencia, en todos los experimentos conocidos, el resultado de los regímenes de izquierda ha sido una división de la sociedad en burócratas del partido y el resto.
El partido de izquierdas aspira a lograr una sociedad estática, férreamente burocratizada, al frenar el dinamismo que genera el reacomodo constante de las clases sociales.
El partido de ideología de derechas propone ser neutral al gobernar y dejar a la sociedad que evolucione hacia los modos, modas, creencias e iniciativas que surjan espontáneamente y se niega a orientar las tendencias desde el gobierno.
La derecha deja a la iniciativa individual la solución de las demandas de bienes y servicios que surjan de la sociedad.
En términos prácticos, la izquierda determina los servicios que la sociedad demanda y, para satisfacerlos y anticiparlos, reclama de los contribuyentes, en proporciones crecientes, los tributos que una burocracia ilimitada requiere para administrarlos.
Los partidos de izquierdas consideran permanentemente inmadura a la sociedad por lo que se sienten obligados a regular horarios, programas  escolares, cuantía de los salarios, horario de apertura y cierre de negocios, relaciones paterno-filiales, sexuales, de salud, circulación, residencia, y hasta cadencia de respiración idóneo para cada individuo.
Un partido de ideología derechista propone que el Estado solo intervenga,  como mediador, a instancia de las partes enfrentadas en un conflicto después de que hayan llegado a la conclusión de que no pueden alcanzar un acuerdo directo.
Partidos de derechas de esas características nunca han existido en España ni, quizás, puedan existir todavía.
¿La razón? Que un programa que tenga la libertad como fundamento requiere una sociedad de individuos maduros, conscientes de que todo derecho genera una responsabilidad, y capaces de sobrevivir como adultos libres de la tutela paterna, por sí mismos.
Un pueblo maduro, de adultos autosuficientes, como las personas capaces de formar su propia familia sin tutela paterna, preferirá un gobierno de derechas.
El pueblo que, como el individuo incapaz de tomar sus propias decisiones y asumir sus propias responsabilidades, al que le es imprescindible la protección  del Estado, necesitará un régimen de izquierdas.