martes, 31 de marzo de 2015

ELECCIONES: EL EFECTO ARRASTRE.



En los Estados Unidos, un país en el que desde su nacimiento se encomendó a los ciudadanos la responsabilidad de elegir a sus gobernantes, todos los estrategas políticos tienen en cuenta el efecto arrastre al planificar la campaña electoral.
Allí lo llaman “the bandwagon effect”,  que alude a una estratagema del inicio de los mítines electorales abiertos al público, como paso complementario a los “caucus”, la primitiva confabulación de influyentes notables, raíz de las burocracias partidarias.
Por la innata habilidad de los norteamericanos de transformar en espectáculo toda actividad pública, los candidatos a ser electos contrataron  bandas (bands) de músicos, malabaristas y cantantes para que, subidos en una carreta, (wagon), se dirigieran tocando sus instrumentos hacia el lugar del mítin.
Comprobaron que la idea había sido buena cuando los espectadores comenzaron a subirse a la carreta de la banda y a seguir su camino hasta la plataforma fijada para que el candidato les pidiera el voto.
El efecto arrastre o “Bandwagon effect” es particularmente eficaz en las primarias interpartidarias para escoger al que se enfrentará a los candidatos de otros partidos en la elección definitiva.
Esos candidatos a competir en la elección final contra adversarios de otros partidos comparten el mismo objetivo ideológico y un programa estratégico común.
También en la elección definitiva influye el efecto arrastre pero, fundamentalmente, para que los indecisos del partido acudan a las urnas, en lugar de abstenerse.
Dos pasos debe superar el candidato a ocupar un puesto público por elección popular: ser designado representante por su partido y, una vez logrado, superar en votos a los candidatos de los demás partidos.
En Estados Unidos, los votantes deben registrarse como afiliados a uno de los partidos que buscan el triunfo final para, en elecciones internas conocidas por primarias, contar con un apoyo de afiliados superior al de los otros correligionarios contendientes.
Una vez lograda la designación o nominación, tiene que derrotar a los aspirantes de los demás partidos, designados candidatos por un procedimiento similar.
Es más complicado y difícil lograr la designación partidaria que el triunfo electoral frente a un oponente ideológico porque los afiliados o simpatizantes a la nominación están de acuerdo en el objetivo final de lograr la victoria definitiva, pero discrepan en la personalidad, idoneidad y capacidad de los aspirantes varios aspirantes del partido.
En la votación definitiva, sin embargo, todos los afiliados y simpatizantes del partido se supone que comparten un objetivo común: derrotar a los adversarios de los otros partidos.
Les basta para ello con movilizar a sus propios militantes y simpatizantes y conseguir más adhesiones de los indecisos, no afiliados o neutrales que el candidato del partido contrario.
¿Y en España? De forma más o menos encubierta, los candidatos de todos los partidos son designados por las burocracias partidarias y, si alguna de ellas simula que cede a la celebración de primarias, ignora y anula el resultado si el electo no les satisface.
Y es que ésta España nuestra es un decorado de 505.000 kilómetros cuadrados en el que el drama lo representan actores a los que les gustaría representar personajes de otras obras, declaman guiones que se desarrollan en una dictadura plural disfrazada de democracia general y se saben mejor el personaje de otro compañero de la troupe que el que el director les ha asignado.
En definitiva, un cachondeo.

lunes, 30 de marzo de 2015

SUCEDANEO DE ESPAÑA



Si a usted se le ocurriera  (Dios no lo quiera) ir a comprar un refresco de cola, popularizado por la multinacional norteamericana antecedida por la palabra coca, y al probarlo nota que su sabor se parece pero no es una coca cola, a usted le han vendido un sucedáneo.
Y eso es la actual España, un sucedáneo de coca-cola, una coca que lo parece pero no lo es.
España, patria teórica de todos los españoles,  es en realidad un amorfo conjunto de individuos del que solo una minoría reducida se declara dispuesta a arriesgar su comodidad para defenderla.
Ese sucedáneo de Patria que es España tiene un sistema de organización llamado Estado, que se basa en ceder a las presiones expresas de las partes que quieren disociarse frente al tácito deseo de los que la prefieren conjuntada.
El estado, que se gestó para que una parte de los ciudadanos administre los bienes y servicios de todos, ha evolucionado a un sistema por el que la mayoría dedique sus esfuerzos a garantizar el bienestar de la minoría de los que administran.
Así el Estado, al que se le asignó la misión de castigar a los infractores de las normas de convivencia, cada vez protege más a los que incumplen las leyes que a los que las respetan.
Como consecuencia, el Estado vela tanto o más por el bienestar de los que invocando su libertad delinquen, que por el de los se quejan de que su respeto a las leyes está mas desprotegido que el de los que las violan.
Esta España, además, no tiene vuelta atrás si no rectifica la falacia en la que se sustenta: que todos somos iguales y que, por consiguiente, lo que la mayoría dice que es verdad es cierto y justo, y lo que la minoría prefiere ni es justo ni es verdad.
Lo que sería indiscutible si las sociedades humanas, en vez de formarlas personas fisiológica e intelectualmente distintas todas unas de otras, agrupara a robots programados y fabricados siguiendo el mismo esquema, y tan perfectamente ensamblados unos como otros.
Se está intentando y en el camino andamos.

domingo, 29 de marzo de 2015

SACRIFICIO POR AMOR A ESPAÑA



Pregunta de El Mundo a Pedro  Sánchez, y respuesta del oficialmente mandamás de todos los socialistas,  en una entrevista que el periódico publica hoy:

“--En resumen, que, según usted, Susana Díaz no va a dar a corto plazo su salto a la política nacional ni es una china en su zapato.
En absoluto, Susana ha dejado claro que su dedicación, empeño y compromiso es con Andalucía”.
Oportuno ejemplo de pensamiento ilusorio, que los anglos llaman “wishful thinking”, y rechazo interesado del viejo escepticismo español que aconsejaba “no digas nunca de ésta agua no beberé ni este cura no es mi padre”.
Yo comparto el deseo del secretario general de todos los socialistas españoles—incluyendo a los que viven en las díscolas Cataluña y Provincias Vascongadas— por mi desinteresado y platónico amor a España.
Me proclamo español y andaluz y amo tanto a España como a Andalucía, por lo que estoy dispuesto a cargar en solitario con la cruz del socialismo, antes de  que los demás españoles se vean forzados, como Simón de Cirene, el Cirineo, a compartir ésa carga.
No es altruismo lo que impulsa mi sacrificio sino el más puro, rancio, honesto y natural egoísmo: si las cosas en Andalucía las ponen todavía más canutas los socialistas, preferiría emigrar a algún lugar de España que la plaga socialista no haya arrasado.
Si no quedara en España ningún lugar libre de socialistas tendría que irme al extranjero, donde viví 19 años cuando era joven, y ya no tengo edad para una nueva readaptación ambiental.

jueves, 26 de marzo de 2015

CLIENTELISMO



Este sistema de que gobierne el que más apoyo de la población tenga fue el primero de una cadena de errores que ha desembocado en esto que llaman democracia.
Hubo que inventara los partidos políticos, para agrupar a los electores que compartan los mismos intereses socio-económicos y que reemplacen a los ideales patrióticos o religiosos anteriores.
Cada partido competía para, desde el poder, favorecer a la clase social que representaba, en perjuicio de la clase representada por los partidos rivales.
Consecuencia lógica fue la tendencia clientelar de los partidos para, al favorecer desde el gobierno a los de su clase, impedir que la clase social opuesta los desplazara del gobierno.
El Partido Socialista Obrero Español, es el único en España que ha podido influir desde el gobierno para favorecer a la clase trabajadora , en detrimento de empresarios, burguesía y aristocracia del dinero.
Y lo ha hecho, como la juez Alaya señala, al crear desde la Junta de Andalucía “una red de clientelismos político”.
No solamente sabe el PSOE aprovechar, y particularmente en Andalucía, los mecanismos para que gobierne el partido que más votos obtenga, sino que siempre habrá más descontentos que satisfechos de los que obtener respaldo.
Hay dos únicas posibilidades de que el PSOE pierda su hegemonía nacional y andaluza:
A) que los demás partidos fomenten el clientelismo con la misma eficacia con que el PSOE lo hace.
B) que el sistema de control político de los jueces se resquebraje y permita la floración de más jueces tan independientes como la Juez Alaya.
Mientras tanto, seguirán gobernando los partidos que, como el PSOE, tengan una clientela dispuesta a adquirir lo que los socialistas les garantizan.

miércoles, 25 de marzo de 2015

ANDALUCIA VUELVE A SER ANDALUCIA



Ha llovido con parsimonia sobre la tierra sedienta y un sol rutilante abrillanta el verde resucitado de los campos de Andalucía.
Ya granan los cereales y revientan los primeros azahares en los naranjos, todavía decorados con las suculentas bolas de las naranjas en sazón.
Desde las lomas en las que estallan las yemas de las hasta ahora escuetas ramas de los álamos para hacerse hojas, la sensualidad de la caricia del aire excita el celo de los pájaros.
Trina el jilguero, arrulla la tórtola, alborota el gorrión, piropea el alondro a la alondra y las primeras codornices recién llegadas de África sortean los tallos de los trigos para la cita de la que nacerá la primera de sus nidadas.
Bajan tumultuosas las aguas de los arroyos, secos hasta hace poco, y el cauce del Genil funde sus embarradas aguas con las del abultado Guadalquivir para, juntas, peregrinar hasta las playas de Huelva.
En las ciudades y pueblos ya están acotadas las calles por las que  pasarán los ídolos barrocos de la Semana Santa y atruena el atardecer el tumulto de clarines y tambores que acompañarán las procesiones.
Ya no hay preocupaciones en Andalucía aparte de la amenaza de la lluvia, que podría deslucir las el desfile penitencial.
La alternancia de preocupación y bienestar, como sentimientos que pautan la satisfacción humana, seguirá su ritmo eterno y los andaluces viviremos alegres y despreocupados hasta que una nueva cita electoral vuelva a recordarnos que “morire habemus”.
Mientras tanto, a disfrutar de la copiosa benevolencia del sol, el clima, los campos y el carácter consustancial a los privilegiados por vivir en Andalucía.

martes, 24 de marzo de 2015

ANDALUCIA: VUELTA A LA NORMALIDAD



Esta Andalucía, que tanto preocupa a los españoles no andaluces, amaneció hoy alegre y normalizada tras recuperar la tranquilidad que siguió al estado general de preocupación, que se evaporó el domingo cuando se confirmó que Susana Diaz y su partido socialista seguirán gobernándonos.
Hasta los periódicos y los noticieros garantizan la vuelta a la normalidad. “Detenidos dos delegados y 14 ex altos cargos por el fraude de la formación”, dice un titular que leo en El Mundo.
No solo tranquiliza esa noticia, sino que garantiza que en los próximos cuatro años no cambiará en absoluto esta Andalucía tan peculiar que, sin políticos socialistas que metan la mano, sería algo tan extraña como la más desolada región de Laponia.
A ver si los demás españoles aprenden: si quieren tener el sol, el clima, las feraces tierras de Andalucía, la grasia de los andaluses, sus sentidas semanas santas y sus alegre ferias, que fichen a Susana Diaz o a alguno de sus discípulos: se lo cedemos sin cobrar traspaso.
Una advertencia, si lo hacen, los que queden bajo su administración deben cooperar para que su gestión dé los resultados pretendidos.
Tienen que imitar la actitud de esos tres monos que, mientras uno se tapa la boca, el otro se cubra los ojos y el tercero las orejas.
Si no están dispuestos a no hablar, no ver y no oir, que se queden como están que, al fin y al cabo, la vida es corta y respetar las leyes es un vicio al que están mejor acostumbrados que los que sabemos no hacerlo.
A lo mejor, si fichan andaluces para que los gobiernen, hasta los vascos, riojanos, castellano-leoneses y navarros aprenden a cantar soleares y contar chistes.
Porque, con los políticos que se lleven, les daremos como regalo a alguno de los muchos genios que, en la televisión Canal Sur, organizan concursos de cuentachistes, niños cantaores (cantaoritos) y viejos y viejas que busquen compañía.
Más que eso, no se nos ocurre nada para que los españoles no andaluces aprendan a vivir tan bien como vivimos los andaluces.

lunes, 23 de marzo de 2015

POR QUÉ HEMOPS VUELTO A CVOTAR A NUESTRO PSOE



--¡Tiene guasa la cosa…
--La tendrá en el culo, como las avispas, pero yo no le veo la guasa.
--Porque usté no es andalú y no vé donde está la guasa, la grasia de los andaluses…
Y el andaluz intentó explicar lo que decidió  a los andaluces a votar una vez más a los socialistas de Susana Diaz.
“Votamos a los socialistas porque, para que todos somos iguales, le quitarán a los ricos lo que les sobre, y se lo darán a los pobres para que nada les falte, trabajen o no”.
   “Además, dicen que acabarán con la corrupción, y no hay nadie que desmonte mejor un mecanismo que el que lo haya  montado. Como los socialistas han sido los únicos que han podido organizar la contaminación a la sociedad  de la corrupción administrativa, que ellos deshagan lo que tan bien supieron hacer”.
   “Es una tarea delicada porque la corrupción no es mala para todos: solo para los que no se beneficien de ella, y sería injusto perjudicar a los que beneficia. Para que todos seamos iguales, todos debemos estar igual de contentos.
     ¿Y cómo pueden estar tan contentos los que les gusta trabajar como los que el trabajo no les hace gracia?
   Los de derechas (los del PP), que estiman la libertad más que la igualdad, deberían respetar a los que trabajar no les gusta, sin privarlos del dinero necesario para procurarse lo que los haga felices.
Por eso deberían también votar a los socialistas que, con sus subvenciones, ayudas, enchufes y enjuagues permiten vivir bien a los que trabajan y a los que no lo hacen, pero sin obligar a trabajar a los que no les guste ni les impidan trabajar a los que disfruten trabajando.
De hecho, lo mejor que podrían hacer los del PP es olvidarse de Andalucía, una región autónoma en la que sus habitantes tan bien están sin ellos, y que se vayan a dar la tabarra a otros sitios en los que a sus habitantes no les incomode ganarse el pan con el sudor de su frente.
Los andaluces ya sudamos bastante por culpa del clima. Sudar además por culpa del trabajo sería adelantar en vida el infierno que nos espera a todos después de la muerte.
Les agradecemos a todos los españoles no andaluces su preocupación por nuestro malestar, pero por aquí vamos tirando la mar de bien con éste PSOE nuestro, un partido hecho a nuestra medida o, como diría un redicho, que se adapta a nuestra idiosincrasia.
Que trabajen los no andaluces y, lo que les sobre de lo que ganen,  que nos lo manden y nosotros sabremos gastarlo en lo que nos guste a nosotros, no en lo que les guste a ellos.

miércoles, 18 de marzo de 2015

IMITADORES DE CRISTO



Gracias al mando a distancia, me dediqué un rato a comprobar la diversidad de ofertas—la siguiente tan poco atractiva como la anterior—de las emisoras de televisión.
En el cuarto canal me detuve unos minutos, captado por la voz de acentos rioplatenses de una monja malencarada y con síntomas en su discurso de padecer un mal insufrible.
Caí en la tentación de evocar aquella frase de San Pablo en su epístol a los Corintios:”Imitadme a mí como yo imito a Cristo”.
¿A qué Cristo imitaba la monja de la televisión?
Desde luego, no al Cristo que perdonó a la prostituta recomendándole que no volviera a prostituirse ni al Cristo que, agonizante en la cruz, pedía a Dios padre  que perdonara a sus torturadores “porque no saben lo que hacen”.
En su imitación de Cristo, la monja de la televisión me recordó al que azotó y expulsó del templo a los mercaderes.
Y es que el Cristo compasivo y generoso fue el mismo Cristo que el justiciero e intransigente con los pecadores. 

martes, 17 de marzo de 2015

SUSANA LA DICTADORA



Hay muy pocos ciudadanos a los que, aunque procuren y obtengan trato de favor por parte del dictador,  les gusten las dictaduras. Ni siquiera a los familiares del mandamás.
Pero, ¿cómo se detecta al dictador?
Es cierto que a todos los dictadores los incomodan los discrepantes y que, por todos los medios, intentan y consiguen que nadie los contradiga.
Pero, ¿cómo se detectan los síntomas iniciales del que tiende a ser dictador antes de que, para evitar su tiranía, haya que eliminarlo si la edad no se encarga de hacerlo?
Hay una prueba infalible, la prueba del algodón que despeja todas las dudas sobre el carácter dictatorial del que no permite que lo contradiga nadie de la familia o el país a los que someta a su dictado.
Es dictador o larva de director todo el que confunda el bienestar, el interés, y la honra de su país con su bienestar, interés y su propia honra, el que intenta mimetizar su individualidad con las de todos los individuos obligados a obedecerlo.
Como le ocurre a Susana Diaz, la presidente de la Junta de Andalucía.
En los dos debates televisados previos a las elecciones del 22 de Marzo, la dictadora andaluza se desenmascaró: todas las críticas en que el candidato del partido popular Juan Manuel Moreno Bonilla señaló como responsabilidad de Susana Diaz o su partido, la presidenta las desechó como ataques al buen nombre de Andalucía.
No era utilización dialéctica de la figura retórica conocida por sinécdoque que consiste en englobar la parte en el todo, sino la expresión del convencimiento de la presidenta de que quien la critique a ella o a su partido denigra a Andalucía.
Además de larva desarrollada de dictadora, Susana Diaz demostró su capacidad innata de exculparse a así misma y a su partido—el único que ha gobernado Andalucía—descargando toda la culpabilidad en el Partido Popular, que nunca la ha gobernado.
Hasta se le olvidó que durante 22 de los 37 años de historia de la Junta de Andalucía, los socialistas Felipe Gonzalez y Zapatero coincidieron con gobiernos socialistas  andaluces.
Bendita mala memoria de la dictadora andaluza, que de todos los males de Andalucía culpó en sus dos debates a los tres años y poco más que Mariano Rajoy, del Partido Popular, lleva gobernando España.
Y bendito Moreno Bonilla, que no cayó en la conveniencia de haberle señalado ese lapsus memoriae.

lunes, 16 de marzo de 2015

RAJOY EL TORPE



Si alguien duda de la inteligencia y honestidad de Mariano Rajoy, que eche la vista atrás y recuerde que, antes de que se metiera en el barrizal de la política, su ocupación era nada menos que registrador de la propiedad.
Ese oficio requiere que el propietario confíe ciegamente en la habilidad y honradez  de alguien al que, por registrar lo que no es suyo, no se quede con parte de lo que encuentre y dilucide si lo encontrado al registrar es del que dice que es su dueño o es de otros.
Pero aquél Mariano Rajoy, sin que nadie sepa por qué, fue degenerando paulatinamente hasta llegar a la política,ue también consiste en registrar los haberes y y pertenencias de los clientes pero para quedarse con todo lo que de ellas le apetezca.
El Rajoy político al que ha involucionado el registrador de la propiedad anda ahora  por Andalucía intentando un imposible: que los andaluces, una raza de gente lista y singular que prefiere ir tirando a vivir mejor,si lo segundo lo fuerza a trabajar más que lo primero, cambien ir tirando para vivir mejor.
Como es natural, los andaluces saben lo que quieren mejor que los que no son andaluces y Rajoy, que es gallego, no es andaluz.
Por eso, al ex registrador de la propiedad se le ha ocurrido una ocurrencia que  obligaría a los andaluces a cambiar su sabio estilo de plácida vida por otro sospechosamente incómodo: crear un millón adicional de puestos de trabajo para que puedan vivir en adelante no como andaluces, sino como los desgraciados forasteros.
Y es que un millón más de ocupaciones laborales, si son para andaluces y no para  inmigrantes venidos de tierras de costumbres ajenas a las andaluzas, empeora la vida tradicional de ir tirando sin tener que someterse al rigor de trabajar.
Por eso es más torpe el político Rajoy que el Rajoy registrador de la propiedad que, si hubiera seguido siendo listo, habría prometido a los andaluces, a cambio de que votaran a su partido, lo que los socialistas les garantizan para que no dejen de votarlos.
El político Rajoy debería haberles prometido multiplicar las subvenciones que  los socialistas garantizan a los andaluces, incrementar los enchufes en organismos del estado, hacer la vista más gorda que los socialistas a los trapicheos, multiplicar los dias de fiesta, premiar con más ventajas a los que los voten que a los que voten a otros.
En definitiva, que si Rajoy quería que los andaluces votaran a los de su partido, no tendría que haberles prometido nada más que la seguridad de que seguirán tirando más andaluces que los que lo hacen con un  gobierno socialista.

jueves, 12 de marzo de 2015

LA SEGUNDA TRANSICION



Durante años, y todavía, el recorrido de los españoles para transitar desde un régimen de responsabilidad política unipersonal a otro colectivo se consideró ejemplar para otros pueblos que se vieran en las mismas circunstancias.
Con el paso del tiempo, y 37 años después de que entrara en vigor la Constitución que remató la llamada Transición, se generalizan las dudas sobre el acierto del proceso de cambio y la idoneidad de la constitución resultante.
O las alabanzas generales a la transición española eran exageradas antes o son injustas las críticas actuales a su idoneidad.
Queda una tercera posibilidad intermedia: que la transición política española sirvió para salir del paso en una situación extrema, pero es inadecuada una vez descartada la amenaza que la propició: el temor cierto o imaginado de recurrir a la fuerza lo que podría evitarse con un pacto insatisfactorio.
“Un ejército de doctores”—había avisado ya el cordobés Averroes—“no basta para cambiar la naturaleza de un error y hacer de él una verdad”
O fue un error la ejemplaridad de la transición o lo es la supuesta inevitabilidad de liquidar ahora la Constitución emanada la Transición, y arriesgarse a cambiarla por otra que puede o no ser la más adecuada para el presente y el futuro.
Lo que se intentó con la Transición de hace 40 años y lo que se pretende con la que se propone ahora es lo mismo: adecuar el conjunto de leyes  que enmarcan los hábitos de la población y regulen su convivencia.
En 1975 se trataba de que los ciudadanos, desde tiempo inmemorial y más en los últimos 40 años entrenados para obedecer lo que sus gobernantes les mandaran, decidieran por sí mismos quien los mandaría y exigieran a los que se comprometían a obedecer lo que les debería mandar.
Al régimen anterior a 1975 se le denominaba dictadura y al de después de 1978 se le conoció por democracia.
Simplificando, la democracia consistió en que los que antes solo obedecían, pasaron a elegir a los que deberían mandar,  por lo que esa reducción al mínimo del amplio concepto de “democracia” quedó rebajado a “elecciones”.
Tanto como un error ideológico, la transición consistió en una trampa retórica: englobar en una parte de la democracia (la votación) la totalidad del sistema (la responsabilidad compartida de ciudadanos autosuficientes).
Los españoles, que en ningún momento de su larga historia habían sido entrenados para sobrevivir sin tutela de los poderosos, continuaron precisando la orientación, guía, subvenciones y el amparo para que los poderosos los educaran, curaran, protegieran y les dieran techo, pan y trabajo.
Los 37 años transcurridos desde la transición, que culminó en la Constitución que les otorgó la ficticia democracia nominal que ha continuado la eterna tutela de los poderosos sobre los ciudadanos españoles, han sido años perdidos.
Como desde siempre, los españoles siguen siendo menores de edad: necesitan que los curen, alimenten, eduquen, alojen, subsidien y les den empleo los que manden, los que a cambio les dicten lo que deben votar para seguir trabajando, comiendo, estudiando, alojándose y divirtiéndose.
¿Merece la pena sobrevivir por uno mismo, a cambio de la libertad y de sus riesgos?
Esa es la cuestión.

martes, 10 de marzo de 2015

EL DEBATE ANDALUZ



La de ayer fue una programación diferente a la habitual de las noches de los lunes en Canal Sur: en vez de los habituales reportajes, emitió un debate político entre tres candidatos a las elecciones parlamentarias regionales del 22 de Marzo.
Susana Diaz (PSOE), Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) y Antonio Maillo (IU), demostraron una vez más que, cuando se cambia para peor, más vale no cambiar.
La primera ratificó que, si a su partido le ha ido tan bien su manera de atenazar Andalucía  en los últimos casi cuarenta años, no tiene por qué irle mejor si cambia el modelo de satrapía.
Moreno Bonilla confirmó la sospecha de que lo equivocó el que lo quitó de secretario de estado de sanidad en Madrid para que fracasara como aspirante a Presidente de una Andalucía demasiado compleja para la simplicidad de su talante.
Antonio Maillo, convidado para que la pareja Diaz-Moreno completara el trío, repartió culpas que su partido había compartido con los socialistas para aparentar que, de los tres, era el menos culpable del desastre andaluz.
La avispada Susana Díaz demostró que es la más lista de los tres porque supo descargar en un ausente, el presidente del gobierno Mariano Rajoy, la responsabilidad de todo el desbarajuste andaluz minuciosamente patroneado por los Presidente socialistas de la Junta.
La culpa de que Andalucía ocupe los últimos lugares en medidores de bienestar social, educativo y de paro entre todas las regiones europeas y españolas la tienen las medidas de ajuste presupuestario del gobierno de Mariano Rajoy.
Así, la presidenta Susana Diaz culpó a Rajoy de la responsabilidad de los recortes sociales, el atraso educativo, la deficiente atención sanitaria, la galopante corrupción político-sindical y el escandaloso paro en Andalucía.
Al impávido lugarteniente andaluz de Rajoy, que escuchaba como un buda  inmutable cómo la socialista culpaba a su jefe por sus propias culpas, ni se le ocurrió precisar que las medidas del gobierno central afectaban a todos los gobiernos autonómicos y no solo al andaluz.
¿Y de la corrupción? La socialista, que de eso de meter la mano en provecho propio en lo que es de todos sabe mucho, por lo que dicen jueces y prensa, señaló a Bonilla como al auténtico capomafiosi.
La candidata socialista lo acosó para que admitiera cuantos candidatos imputados por la justicia figuraban en las listas electorales del Partido Popular.
Moreno Bonilla, ante la insistencia de su adversaria, guardó un tozudo silencio y se negó reiteradamente a contestar.
Como el que calla otorga, los que oyeron el debate llegaron a la conclusión de que los del Partido Popular en Andalucía tienen más candidatos implicados en casos de corrupción por la justicia que el Partido Socialista, el aparentemente beneficiado por la corrupción.
Con adversarios como los que designa el PP, los socialistas tienen garantizado para rato el control del cortijo andaluz. Sarna con gusto no pica.

lunes, 9 de marzo de 2015

ESPECIALISTAS



Para desmontar la falacia de que todos somos iguales, en la que se  fundamenta la aberración conocida por democracia, basta argumentar el hecho de que sin especialización de funciones hubiera sido imposible el progreso humano.
Si en vez de uno a la agricultura y el otro a la ganadería,  Caín y Abel se hubieran dedicado a lo mismo, ¿cómo se habría inventado el cocido, que requiere legumbres y pringada?
Es la especialización el procedimiento idóneo para que el esfuerzo coordinado de distintos especialistas alcance un objetivo común superior a la suma de los resultados de los logros particulares de cada uno de ellos.
Es el actual el momento del especialista, el individuo que mediante la selección darwiniana del más fuerte y capacitado de entre los que se dedican a una misma tarea, alcanza la excelencia.
Se llega así, pongamos por caso, a esa anónima empleada  que aparentemente se afana en ordenar las muestras de zapatos en la estantería y que, cuando vas a salir de la tienda con tu compra en la mano, te abre gentilmente la puerta y te despide con un sonriente “muchas gracias”.
Su gentil saludo, con que acaba la engorrosa tarea de comprar una simple babucha, culmina una minuciosa operación comercial que deja en el comprador la necesidad de romper cuanto antes lo comprado para repetir la experiencia.
A ese sibaritismo ha llegado la industria del calzado, que nació cuando un transeúnte de hace un millón de años se lió los pies en los despojos rígidos del pellejo del venado que había matado un carroñero.
Y las delicias a que ha llegado el placer de vivir actual se deben a la especialización progresiva de las tareas elementales, que los antiguos acometían instintivamente cuando ni se había inventado el marketing.
Al contrario que ahora, se perdía poco tiempo en dimes y diretes. Si dos querían algo, un suponer: chupar los huesos de la carcasa abandonada por un depredador, el que matara o ahuyentara al otro se quedaba con la carcasa.
Gracias a la especialización evolutiva, eso ya no es así: imagínense que tres o cuatro muertos de hambre llegan al mismo tiempo a la carcasa abandonada de un animal llamado España y todos quieren apurar sus restos y privar de su disfrute a los otros.
¿Se pelean, se matan entre ellos y que el que quede vivo se come la carroña en disputa?
No señor, se echan unas elecciones.
Y, como para todo menester actual, son individuos especializados y concienzudamente entrenados para una parte específica del mecanismo electoral los que suman sus talentos para que mande el que estaba de antemano programado para mandar.
Encuestadores, aduladores, publicistas, modistos, public relations men, financiadores, mitineros, y deportistas, intelectuales y cómicos (conocidos por agentes culturales) cimentarán con su apoyo público el prestigio del candidato.
Encuestadores, críticos mordaces, publicistas, financiadores , revienta mitines, ex parejas maltratadas y víctimas infantiles de las maldades iniciales del adversario colaborarán al triunfo, desprestigiando a su oponente.
Por eso, el mundo actual no es el que era, cuando todos servían para todo y un cristiano lo mismo convertía a un infiel para encaminarlo al cielo que lo mandaba directamente al infierno de una certera cuchillada.
La especialización, que empezó con Caín sembrando lechugas y David descalabrando a Goliat, ya ha delegado en los encuestadores si abortar es bueno o malo.
¿De qué especialista dependerá, en el futuro, la licitud de liberar ventosidades que relajen la opresión intestinal?

sábado, 7 de marzo de 2015

POR QUE ADELANTO SUSANA LAS ELECCIONES



La noche de aquel enero
rodaba desde la sierra,
aire de cristal y acero
y una gata maullaba
el tormento de sus celos
deambulando sonámbula
por la acera de los techos.
Solo la luz de Sevilla
dormía su sueño eterno.

Un duermevela de gasa
tenue, fugaz y ligero
tiene atrapada a Susana
al borde del desespero
porque quisiera y no puede
diluir su alma y su cuerpo
en la amable calma amiga
en que la acurruque el sueño.

Sabe que su insomnio acaba
cuando por fin ponga término
a una duda a que ella sola
ha de encontrarle remedio:

“¿Es mejor seguir tirando
contando con lo que tengo?
Solo tengo un aliado,
que es enemigo encubierto
y, aunque diga que me apoya,
engorda si yo enflaquezco. 

Al declarado adversario,
y que es al que menos temo,
le falta más de un hervor
para que amenace en serio
Y a esos que suben día a día
mejor pararlos en seco
antes de que a  ellos les compren
lo mismo que ahora yo vendo”.

Y en la prima luz del alba
de aquella noche de enero
noche de dudas, de insomnios,
de cálculos y desvelos,
de gatos que en los tejados
clamaban buscando sexo,
Susana Diaz, la ecijana,
por fin se hundió en feliz sueño:
Adelantaría la fecha
para un nuevo parlamento
que alargara su mandato
hasta el final de los tiempos.

jueves, 5 de marzo de 2015

SEÑORITOS DE MADRID EN ANDALUCIA



   

Los señoritos de Madrid llevan ya unos días que no paran: se apelotonan en el AVE como si hubieran rebajado el precio de los billetes  y, aunque no sea semana santa, corren como locos de esquina a esquina por todos los pueblos de Andalucía, como si no quisieran perderse ni una procesión.
En ésta Andalucía de eterna ingenuidad admirativa a todo lo que llega de fuera, los señoriítos siempre han sido muy bien mirados y, como casi no se les entiende lo que dicen por lo bien que lo dicen, se les cree todo lo que digan.
Por eso, los señoritos madrileños que llegan en el AVE estos días son escuchados por los andaluces casi con veneración porque, además de que lo que han venido a decirles sea verdad, lo dicen muy bien dicho.
Y, si ni es todavía semana santa ni feria, ¿a qué se debe que los señoritos madrileños se hayan puesto de acuerdo en venirse todos al mismo tiempo para Andalucía?
A que quieren que los andaluces sepan que esos paisanos para los que piden el voto el 22 de marzo son los que mejor saben lo que a todos los andaluces les conviene, por lo que es de ellos de los que deben fiarse y no de los que vienen con otros señoritos de Madrid y que también quieren mandar.
Y los andaluces, que además de gente bien educada y que a todos escuchan saben tan bien como los señoritos madrileños lo que les conviene, el 22 de marzo harán lo que quieran, que seguramente será lo que han hecho siempre: votar a los  que siempre han votado.
Cuando el 23 de marzo se confirme que así será y que seguirá siendo así durante cuatro años más, vendrán en el AVE otros señoritos de Madrid a hacer encuestas para explicar por qué ha pasado lo que ha pasado y no lo que se suponía que debería haber pasado.
Y ninguno se percatará de que las cosas en Andalucía son como son por inercia y gracias a la principal virtud (quizás la única) de los andaluces: la indolencia.
Por inercia, si hasta ahora todo ha ido bien, ¿para qué cambiarlo y que empeore?
Por indolencia: Si Andalucía, como es ahora,  es lo mejon der mundo, ¿pa qué molestarse en cambiarla?

martes, 3 de marzo de 2015

LO QUE IMPORTA



Se conoce por opinión pública ese ruido ambiental que enmascara lo que como a individuos nos resulta irrelevante porque no condiciona lo que cada uno aprovecha de la oportunidad de vivir.
No solo es un beso distinto para los dos que lo comparten ni un suspiro significa lo mismo para cada uno que lo exhale.
Todas las sensaciones provocadas por lo inesperado en el ánimo de cada uno son diferentes de las que despierte en otros.
Todos reaccionamos de manera distinta ante un estímulo semejante porque todos los seres humanos somos diferentes.
La llamada opinión pública no es más que la manipulación interesada  de quien quiera aprovecharse de englobar unidades dispares en un todo.
¿Es el asunto del que más se hable el que más preocupe al que lo oiga, o el que interesa más al que lo diga?
¿Le importan esas liturgias electorales tanto a los electores como a los elegibles?
¿Es cierto que los crímenes de las guerras actuales son más execrables que los de las guerras pasadas, o es que de los crímenes antiguos ya no pueden obtenerse beneficios al condenarlos?
Todo ello, ruido abstracto de emociones ajenas que, al intentar conmover a la mayoría, a nadie  perturban.
Solo lo que pellizca la intimidad de cada uno se filtra en la esencia individual: el sarcoma de Ewing en un niño de ocho años al que has visto reír o el primer trino del gorrión anunciando la primavera.

domingo, 1 de marzo de 2015

ANDALUCIA: SEGUIRA EL PSOE



Que los más listos del mundo se encierren en cónclave deliberativo para  que, antes de las nueve de la mañana del 22 de marzo, aclaren las angustias de los andaluces, tan inclinados al reconcomio existencial y a las trivialidades de los celos, la muerte y la pasión.
Tiene que ser antes de las nueve de la mañana de ese fatídico día porque, a ese hora, las urnas abrirán sus voraces ranuras para engullir los votos en los que los andaluces trazarán su futuro para los siguientes cuatro años.
Es decir, que seguramente se pondrán de acuerdo en que más vale que sigan gobernando los socialistas que, por mucho que los acusen de que se quedan con todo lo que pueden, reparten el botín con quienes no se metan con ellos.
Eso seguramente será lo que pase porque eso es, además, lo que las encuestas predicen y, como es normal, las elecciones se limitarán a confirmar lo que pronostiquen las encuestas.
Como fatalmente concluyó el andaluz Lorca, el resultado de la reyerta electoral del 22 de marzo está escrito: morirán cuatro romanos y cinco cartagineses o, lo que es lo mismo, ganará el PSOE y, al que le ayude, lo dejará meter mano en la cazuela.
Como serán unas elecciones libres en una tierra en la que la libertad impera, los perdedores podrán quejarse, protestar y extrañarse.
--“Pero, cómo es posible”-.-dirán—“que siga gobernando un partido en el que sus anteriores gobernantes están acusados de haber faltado a la ley”.
Esa contradicción la tiene resuelta la letra del mirabrás de hace dos siglos:
“A mí que me importa                                 
que un rey me culpe
si el pueblo es grande y me abona
voz del pueblo, voz  del cielo”.
Y es verdad porque, el mismo pueblo en cuyo nombre se imparte la ley es el que elige a los que la interpretan y aplican.
Ya no tienen que apresurarse los sabios del mundo y, si no quieren reunirse en ese cónclave deliberativo, que no lo hagan: El pueblo andaluz soberano para aprobar y aplicar sus leyes, si decide que el mejor para gobernar es alguien al que malas lenguas envidiosas culpan de quedarse con lo que no es suyo, punto en boca. Voz del pueblo, voz del cielo.