domingo, 26 de abril de 2015

ESPAÑOLES EN EL HIMALAYA



Como dicen que sentenció El Guerra cuando le presentaron a un señor que era licenciado en Filosofía y Letras, “hay gente pa tó”.
Hasta para irse a la fin del mundo, nada menos que a Natal para jugarse la vida,  si falta hiciera, con tal de subir andando un cerro cualquiera de los muchos que tiene por allí la cordillera del Himalaya.
Los periódicos y las radiotelevisoras dicen que se busca a 150 españoles que coincidieron allí con el momento en que un terremoto inoportuno convirtió su excursión campestre en aventura peligrosa.
Para que digan que los descendientes de aquella raza que se jugaba la vida por ensanchar fronteras para llevar la civilización y la cruz a pueblos ignotos han desaparecido.
Los aburguesados, subvencionados y timoratos españoles actuales, que se horrorizan ante la posibilidad de exponer sus vidas para defender a su Patria para librarla de una agresión extranjera, no dudan al jugársela para subir a un cerro o bajar a una cueva extranjera.
Y, como sarna con gusto no pica, son libres de hacerlo pero deberían afrontar por sí mismos las consecuencias de su propia decisión y, si  les sobreviniera picazón, que la alivien por sí mismos, sin esperar que otros se la rasquen.