Por el camino que sale
y a ninguna parte llega
cuatro siquiatras borrachos
apuñalan a un poeta.
Su sangre de tinta empapa
polvo de mierfda reseca.
Cuatro buitres carroñeros
su cadáver sobrevuelan
y a picotazos disputan
con qué despojo se quedan.
El más astuto, el que manda,
se reserva la cabeza.
Otro escoge, resignado,
el pìtraco de las piuernas.
Al tercero le han tocado
las ternillas indigestas
y al último el corazón
tierno y grande del poeta
de sabor tan raro y dulce
que, al tragarlo, se envenena.
sábado, 2 de mayo de 2015
LOS DESPOJOS
Por el camino
que sale,
y a ninguna
parte llega,
cuatro
siquiatras borrachos
apuñalan a un
poeta.
Su sangre de
tinta empapa
polvo de
mierda reseca.
Unos buitres
carroñeros
su cadáver
sobrevuelan
y a picotazos
disputan
con qué despojo
se quedan.
El más astuto,
el que manda,
se reserva la
cabeza.
Otro escoge,
resignado,
el pitraco de
las piernas.
Al tercero le
han tocado
las ternillas indigestas
y al último el
corazón
tierno y
grande del poeta,
de sabor tan
raro y dulce
que al
tragarlo se envenena.
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