Las
constituciones españolas últimas, la de
1931 y la de 1978, se limitan a definir y normar el funcionamiento del Estado, motor
que regula la vida diaria de los españoles mientras el texto no sea sustituido
por otro posterior.
Es el primer
capítulo de la primera constitución, la de 18122, la que define lo que es, si
no España, al menos la Nación española: “La reunión de todos los españoles de
ambos hemisferios”.
Así que, si ni
siquiera las constituciones establecen qué es España, cada cual es libre de
definirla, como hizo el poeta antifranquista José Antonio Primo de Rivera, para
el que España es “la unidad de destino en lo universal”.
Dicho en prosa
significa que España es lo que juntos hicieron a lo largo de la historia todos
los pueblos que en ella vivieron, con y contra otros pueblos de otros
territorios.
España es, según
el poeta, suma de logros y fracasos colectivos desde el principio hasta ahora y
después, de los que han vivido, viven y vivirán en el espacio geográfico que en
el conjunto de las naciones se conozca como España.
Esa es la
esencia, y el régimen tiránico o tolerante en el que en cada momento vivan sus
vidas los españoles es mera contingencia, algo que puede o no suceder, pero no
permanentemente sino de manera transitoria.
Esta España que
estamos interpretando en los últimos demasiados años los españoles es
superficial y volátil: solo preocupa a sus habitantes más conscientes lo que
pueda pasar hoy, ni siquiera lo que lo que hoy sea pueda condicionar lo que mañana
será.
Ni siquiera
cuenta que lo actual es una evolución del ayer y que, lo mismo que ahora se
echa la vista atrás para disculpar el presente, en el futuro nos culparán de
nuestras miserias para justificar las suyas.
En ésta España
en la que la televisión marca
comportamientos y preocupaciones, el desasosiego de los españoles tiene un
horizonte tan limitado como la programación diaria de las televisoras.
Lo que ayer se
emitió ya no interesa hoy y todavía no ha llegado el momento de preocuparse por
lo que mañana se emita. Hoy es lo que cuenta.