lunes, 18 de mayo de 2015

LA LIBERTAD RESTRINGIDA



Quienes escribimos y hablamos para que el pueblo nos lea y nos oiga lo hacemos por mandato de los dioses tutelares,            que escogen a sus elegidos para que guiemos a la chusma por el camino recto.
Pero esos dioses nos niegan a los conductores y los conducidos una herramienta básica para ganarnos el jornal: la libertad.
--“Pero no diga usted simplezas”, corregirá condescendiente el inevitable discrepante, “la democracia le garantiza esa libertad”.
Y, como supuestamente tiene razón, hay que concedérsela, al menos teóricamente.
Porque, desde que ese quasar de 10.000 millones de años recién descubierto empezó a brillar hasta ahora, la libertad de difundir ideas o noticias la disfruta no el que las escribe o dice, sino el que le paga el sueldo por decirlas o escribirlas.
O escribes y dices lo que te permite el propietario del periódico o la emisora, o haces como el beduino del cuento: cavas un hoyo en la arena del desierto, dices en voz baja en el hueco lo que quieras decir y vuelves a echar encima la arena que apartaste, o te callas como un mudo.
Vamos al suponer con ejemplos prácticos, que no hay mejor manera de argumentar lo que no termina de convencer con simples palabras.
En las ediciones digitales de los periódicos de hoy hay dos pruebas incontrovertibles de mi aserto:
a) bajo una gran foto a la derecho del texto, como el hecho más reseñable de la edición, el periódico “El Mundo” titula “Campeones en el espejo de la leyenda”, y loa las hazañas de unos jóvenes vestidos de blanco que celebran algo: el título europeo de baloncesto del Real Madrid.
Hasta ver cómo destaca el hecho, uno creía que el fútbol, y no el baloncesto, era la preocupación más enajenante de los españoles pero lo del campeonato de liga del Barcelona aparece en el periódico unos cuantos de centímetros más abajo.
b) El periódico, El Pais, publica también hoy una noticia destacada que titula. “Otras elecciones en Andalucía perjudicarían sobre todo al PP”.
Abunda en que, si hubiera nuevas elecciones regionales en Andalucía, “el PSOE casi dobla en intención de voto al PP”.
Para hacer una predicción tan sorprendente, que significaría que los votantes castigan al que nada hizo para provocar el conflicto y premian al partido que lo originó, El País cita una fuente: la agencia Metroscopia que, dicen los que por ser malpensados aciertan, es el mismo periódico con nombre diferente.