Supongo que algún
psicoloco habrá inducido a su paciente a un estado de amnesia para reajustar su
comportamiento al ambiente en que desarrolla su actividad.
Volver a empezar para
recuperar el sentido de lo que se hace y para qué se hace, si lo que hacemos
mecánicamente y sin saber por qué ni para qué, nos deja cada vez más confusos.
Hacer punto y aparte
si, como parece, los españoles de ahora no sabemos si España es la patria por
la que merece la pena morir o la farsa que debemos matar para que vivamos.
De hecho, los
españoles siempre hemos tenido nostalgia como pueblo diferenciado, si es que lo
somos, de los tiempos remotos en que cada individuo era enemigo de su semejante
y cada grupo coyunturalmente aliado lo era de la pandilla contraria.
En éstos momentos,
por un capricho evolutivo de la sociedad, pandillas de españoles accidentalmente
agrupados en un partido político disputan a las bandas adversarias los
beneficios de la explotación del territorio.
Tiene prioridad la
eliminación de la pandilla adversaria, como paso inevitable para el disfrute en
exclusiva del disfrute del espacio en disputa.
Ahora, como pasaba
mil años antes del nacimiento de Cristo, grupos de individuos conocidos por iberos, descendientes
de los llegados de Libia y el Norte de Africa, disputaban el control del
territorio a los indoeuropeos llamados celtas , que habian entrado por los
Pirineos.
Hasta que llegaron
los romanos y los obligaron a todos a soportarse, aquellos iberos y celtas
andaban como sus descendientes actuales, a guantazo limpio.
Pero es más difícil
de solucionar que el de entonces el conflicto de ahora porque, antes de los
romanos, los de etnia distinta vivían en pueblos cercanos pero alejados.
Los de los
partidos políticos enemistados de ahora conviven en regiones, ciudades, pueblos
y hasta en las mismas casas, mirándose todos de reojo, acechando un descuido del
adversario para rebanarles el cuello.
No es como antes,
lo de ahora es peor.
Si la Historia
tiende a repetirse, algún Imperio Romano, si Dios quiere, llegará de fuera para
que los españoles dejen de pelearse entre ellos.