martes, 2 de junio de 2015

PESIMISMO



Del fulano (no añado “o fulana” para no ofender) pesimista, se dice que es el que solo ve la parte mala de un asunto.
Aunque no se diga, también es pesimista el que cree que lo bueno podría haber sido mejor.
Un suponer: ¿es pesimista el que está convencido de que todo y cualquier episodio de la historia de España fue malo para los españoles o el que se queja de que hasta los más exaltados pasajes de esos momentos pudieron mejorarse?
Vamos a dos de ellos: la conquista de América y la guerra de Independencia.
Los conquistadores atravesaron el mar, 1º :para escaparse de un país en el que no estaban a gusto, 2º para medrar sirviendo a la Corona y volver ricos y con mando y, 3º, para difundir allí una religión que aquí los tenía esclavizados.
De esos polvos salieron estos lodos y así les fue a los  que allí encontraron y a los mestizos de los que llegaron y de las nativas con las que procrearon. Las naciones que formaron se encuentran entre las más corruptas y violentas del mundo, exceptuando quizá a los países moros.
Lo del levantamiento contra los ejércitos de Napoleón, que en sus mochilas llevaban los manuales de igualdad, libertad y fraternidad fue todavía peor.
Al combatir a los franceses, los españoles defendían al régimen del mismo  Rey que había cedido a Napoleón sus tierras y súbditos, como el que enajena un cortijo con ganado incluido.
Como para estar orgulloso de la Historia de España, que sigue por sus eternos derroteros: los mandamases de ahora cambian votos con la soberana arrogancia del que sabe que los votantes son ganado, igual que lo eran los españoles en tiempos de  Carlos IV.