viernes, 31 de julio de 2015

EL MATRIMONIO



Cuando vuelvan los hombres y las mujeres a conocerse para después acostarse la actual secuencia de acostarse para así conocerse parecerá cosa de antiguos, algo afortunadamente superado.
¿Qué tendrá que ver el orden de los factores si el resultado es el mismo?
Tiene que ver, siempre que las dos partes coincidan previamente en que conocerse y acostarse son meros experimentos para no descubrir a destiempo que no se aguanta el uno a la otra o la otra al uno.
Porque conocerse cada uno a sí mismo y conocer al otro-a para así poderse explicarse las reacciones propias y las contrarias ante actitudes y situaciones no previstas es lo que importa entre dos, antes de que sean más de dos.
Y, como ni el uno ni la otra, o como ni la otra ni el uno son idénticos a sí mismos cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día de cada semana de cada mes de cada año que convivan, será una asociación estable lo relatimavente eterna que dure el matrimonio.
No es un alegato contra la mecánica adoptada por la sociedad para articularse  sumando fracciones únicas de individuos que evolucionan a familias, tribus, clanes y naciones.
El matrimonio, como asociación básica de dos personas diferentes una de la otra es, cualquiera que sea la forma que adopte, el primer compromiso tácito o explícito que el individuo acepta para vivir asociado.
Y el hombre es la única criatura que, ni encerrado, pierde su libertad que a través del pensamiento puede transformarlo cada minuto del que era hasta el minuto antes.
Hombre y mujer evolucionan constantemente por la erosión de los años y por la influencia de agentes externos a sí mismos y, además, acusan modificaciones en sus comportamientos como reflejo de conocimientos permanentemente renovados.
Un hombre y una mujer que contraen matrimonio son una mujer y un hombre diferentes en sí mismos y uno del otro el segundo posterior al de comprometerse con el “sí” ritual.
¿Cómo puede anticiparse la reacción de cada uno hacia el otro si  ninguno de ellos puede garantizar que responderá lo mismo que, en situación idéntica pero en un estado de ánimo distinto lo hizo antes?
Azar, casualidad y no causalidad. Justificación posterior de reacciones humanas inesperadas. Matrimonio y vida. El secreto del mayor misterio, el ser humano.