lunes, 24 de agosto de 2015

MUJERES Y HOMBRES Y VICEVERSA



Eso de que “los españoles son iguales ante la ley” parece muy bonito pero en realidad es de escaso provecho porque ¿cuántas veces a lo largo de su vida tiene que comparecer ante un juez un español normal?
La mayoría nunca.
Para beneficiarse de ese tan encomiado logro constitucional, el ciudadano tendría que matar a unos cuantos de sus semejantes, robar a otros tantos y mentarles la madre a los demás.
Demasiado trabajo para amortizar un derecho de tan poco provecho.
O los constitucionalistas del 78 avizoraban ya la sociedad de delincuentes a la que ha evolucionado la que estaban forjando para  ser regulada por la constitución que elaboraban, o desconocían la naturaleza humana.
La gente, más que quejarse por ser tratada peor que los privilegiados, aspira a gozar de los privilegios que les permiten que los traten mejor.
¿Qué debería haber establecido, pues, la Constitución?
a) que todos los españoles tengan la misma estatura.
b) que todos los españoles sean igual de simpáticos.
c) que todos bailen con la misma gracia el boogui-boogui.
d) que todos los españoles canten boleros con el mismo arrobo.
e) que todas las españolas queden igual de arrobadas al oir un bolero.
Y así, y no compareciendo ante un juez tan malencarado para unos y para otros, es como los españoles seríamos felices.
Y el colmo de la felicidad sería ganar el concurso “Mujeres y hombres y viceversa”