martes, 25 de agosto de 2015

EL MORDISCO EN LA OREJA



Cuenta mi agencia EFE que un pasajero de un tren  arrancó el lóbulo de la oreja de un mordisco a un interventor de Renfe que lo sorprendió viajando sin billete, allá por Barcelona.
¿”Y con los millones de desplazados por guerras, los millares de emigrantes que cada día se ahogan en el Mediterráneo y la sequía goleadora  del Real Madrid”--se extraña mi único lector—“¿tu agencia pierde el tiempo contando que un tío le da un bocado en la oreja a otro?
Su extrañeza revela su ignorancia. Toda tragedia colectiva es consecuencia de la desgracia individual que, al no ser corregida, se contagia progresivamente a toda la comunidad.
El mordisco del  pasajero supuestamente catalán al revisor de la “Red Española Nacional de Ferrocarriles Españoles” (RENFE) encubre la rebeldía de un pueblo contra la explotación a que se ve sometido por la administración y las empresas de una potencia ocupante, en éste caso España.
Puede que algún día, cuando se aluda al desentendimiento entre el gobierno regional de Cataluña y el del resto de España, el largo episodio se conozca como “el conflicto del mordisco”.
   Como pasó en 1801con el enfrentamiento de catorce días de duración entre España y Portugal que, por el ramo de naranjas que Manuel Godoy le mandó a su reina y amante María Luisa, se conoce como ”guerra de las naranjas”.