lunes, 12 de octubre de 2015

ESPAÑA Y SU FIESTA NACIONAL





Si los países celebran en una fecha concreta  su fiesta nacional es porque, si no  todos, la casi totalidad de sus habitantes coinciden en que fue el día más memorable de la Historia del Pais.
¿Y qué pasa si cada vez más españoles se hacen los distraídos el 12 de Octubre y, si no lamentan la fecha, tampoco la celebran?
Pues que hay un problema  que, si no se enmienda, se hará insoportable.
Hay dos soluciones para que las cosas queden en su sitio al gusto de todos:
a)Que se cambie de fecha el día nacional de España.
b)Resucitar al invicto Caudillo o clonarlo para que obligue a todos los españoles a estar contentos, por lo menos en apariencia.
Hasta hace poco parecía providencial que Cristóbal Colón se equivocara en sus cálculos y, en vez de llegar a la India de las especias, pusiera pié en las doradas playas del soleado Caribe  el día de la Virgen del Pilar.
Hecho portentoso, sin duda porque la Madre de Cristo “en carne  mortal” ( y antes de su Asunción al cielo en cuerpo y alma), se apareció sobre una columna en la ciudad de Cesar Augusta, posteriormente devenida en Zaragoza.
La fé, que permite creer en lo increíble, nos permite pasar por alto esa incongruencia de un Dios eterno para el que el tiempo es siempre presente, sin pasado ni futuro y admitir que se equivocó, en lo referente a su familia, en las leyes que dictó para todos los humanos.
Incongruencias teológicas aparte, ¿de qué aprovechó a la mayor parte de los españoles el descubrimiento de América?
Toda la plata y el oro que de América llegaba pasaba a los banqueros para pagar las deudas contraídas por los reyes españoles para defender en Europa los intereses del Imperio Austriaco, no el de los reinos españoles.
Todavía estamos a tiempo de cambiar de fecha el día Nacional de España y fijarlo para otra, que recuerde el día en que el esfuerzo unánime de los españoles alcanzó la felicidad compartida.
Esa fecha fue el 29 de diciembre de 1978, día en el que el Boletín Oficial del Estado publicó y entró en vigor el texto de la Constitución Española, y el inicio de la Democracia tan ansiada por los españoles en los tres mil años previos.
Todos los españoles, juntos y apretados unos con otros como los dedos de la mano cerrados en un puño, celebremos eternamente nuestra Fiesta Nacional conmemorando el momento en que las desgracias de España terminaron y empezó una era gloriosa de fraternidad.