lunes, 23 de noviembre de 2015

¿ES MEJOR LA DEMOCRACIA QUE LA DICTADURA?



En los tenebrosos años de Franco a todo el que se atrevía a elogiar la democracia le costaba un disgusto.
En estos diáfanos tiempos de la democracia, a todo el que se atreva a elogiar a Franco le cuesta un disgusto.
¿Les va mejor a los indiscretos con la democracia,  o les iba mejor a los indiscretos con el franquismo?
Pues mire usted: al  que le va bien con cualquier sistema es al que aplaude al que manda y aborrece al que no mande.
Esa es la fórmula mágica para conseguir, si no la felicidad, al menos  la tranquilidad, requisito previo e indispensable para ser feliz.
Pero ojo: es más peligroso aplaudir a destiempo que no aplaudir a tiempo.
Así que la democracia, aberración antinatural hasta hace cuarenta años, es ahora condición indispensable para que el ciudadano sea un buen ciudadano.
Pero si la dictadura prohibía la libertad política, y perseguía el derecho de cada uno a pensar y decir lo que quisiera, ¿por qué a la democracia no le gusta que se hable de la conveniencia de la dictadura?
Elemental: porque la dictadura propone acabar con la democracia.
¿Y no acabó la democracia con la dictadura?
--Usted es un franquista peligroso porque no sabe siquiera lo que le conviene.
--Para eso está usted, para  obligarme a aceptar la democracia, como Franco obligaba a aceptar su Dictadura.