miércoles, 23 de diciembre de 2015

NAVIDAD

La navidad es la celebración festiva más justificada del año:
Para los cristianos porque rememora la materialización de un concepto abstracto y, para los que no lo son, porque festeja el nacimiento de un niño que, como todos los niños, supone la renovada esperanza en la perpetuación de la vida humana.
Cada niño que nazca puede ser redentor de las tribulaciones que atribulan a la humanidad en el momento de su nacimiento.
Por eso, impedir que nazca un niño es, además de una tragedia personal, una torpeza universal.
¿Quién puede garantizar que el niño que quiere nacer y no lo dejan que nazca, no podría resolver, si naciera y creciera, alguna de las tribulaciones que los humanos padecen desde que  el hombre deambula por la tierra?