jueves, 24 de diciembre de 2015

PERDER Y GANAR


De modo que había una vez un caballero que le encargó a su criada (o responsable contratada para la planificación y ejecución de menesteres domésticos) que fuera a la tienda y le comprara una guidilla picante.

El relato lo pone Jacinto Miquelarena en boca de su compañesro y contertulio Pedro Mourlane Michelena, que remató la anécdota con la frase  «Ya ve, Miquelarena. ¡Una guindilla que pique, Miquelarena, una guindilla que pique! ¡Qué país, Miquelarena!

Los peregrinos caprichos de los españoles han evolucionado para seguir siendo los mismos. Y siempre  definidos literariamente: los de la antigua preguerra por Miquelarena y los actuales por el título de la novela de Graham Green “El que pierde gana”.

Anoche, mientrs aguardaba a que los élitros del escarabajo del sueño me hicieran dormir, oí en la SER (ese ministerio de propaganda socialista) que una fogosa  María Esperanza Sanchez, se alzaba contra Mariano Rajoy por negarse a reconocer que había perdido las elecciones.

Tal era la contumacia de su arenga que ésta mañana me abalancé  sobre Internet para que me aclarara si la equivocada era ella o yo.

Debemos ser Internet y yo los engañados porque la SER, el PSOE y Encarna Sánchez nunca se equivocan.

¡Ay torpes de toda torpeza, maliciosos muñidores de la mentira, cavernícolas sociales e idiomáticos!

¿Cuándo aprenderemos? ¿Tanto nos cuesta reconocer que el que nada hace bien no hace nada a izquierdas? El que no hace nada a derechas, evidenteente, es porque todo lo que haga lo hace bien, lo hace a izquierdas.