viernes, 11 de marzo de 2016

ATOCHA

  
Se cumplen once años de que unos terroristas moros mataran en Madrid a 191 personas volando con dinamita los trenes en que viajaban y, como cuando aún humeban los vagones, el error del gobierno en la identificación de los autores del crimen sigue dando más que hablar que el atentado y sus víctimas.
Y es que es inexplicable ahora y lo era entonces  por qué el gobierno de José María Aznar le echó la culpa de la catástrofe a ETA, unos independentistas vascos que, hasta entonces, nunca habían recurrudo a la violencia.
Los moros, sin embargo, ya se sabía que la liarian a tiros en Paris, Nueva York, Londres, Siria y en cualquier otro sitio en el que, como en Atocha, los dejaran matar a no moros o a moros que no les gustaran.
Esas dudas tienen una explicación maliciosa: que a los adversarios políticos españoles de Aznar  les preocupaba más cómo librarse de su gobierno y de su Partido Popular que los muertos en la tragedia.
Aznar y su ministro Acebes también fueron culpables porque, tan obsesionados estaban en impedir crímenes de los más frecuentes criminales de ETA, que dejaron de vigilar a criminales en potencia como los moros hasta que las muertes de Atocha los forzaron a vigilarlos.

Por lo demás, España sigue igual, como aquél gobierno del Partido Popular de Aznar, el actual de Rajoy sigue siendo para los socialistas el principal y único enemigo de España y de los españoles.

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