viernes, 18 de marzo de 2016

EL DISCOLO RAJOY

Estos demócratas de pacotilla se escandalizan porque el gobierno de Rajoy no quiere rendir cuentas de su accion gubernamerntal al Congreso de Diputados que no lo ha elegido.
¿Por qué tendría que hacerlo?
¿Fue este parlamento el que dio el visto bueno al programa gubernamental que Rajoy presentó para que votaran a favor y lo autorizaran a gobernar?
En todas las democracias parlamentarias, los diputados son delegados de los electores para que, interpretando a su manera el mandado de las urnas, elijan al presidente del gobierno y fiscalicen su actividad política.
Pero, ¿el parlamento actual es el mismo que el que autorizó a Rajoy a gobernar?
Es evidente que el de ahora se parece al que nombró Presidente del Gobierno a Mariano Rajoy como una blasfemia a un padrenuestro.
¿Y tiene Rajoy la culpa de que estos diputados lleven una eternidad sin ponerse de acuerdo para echarlo y poner en su lugar a su propio Rajoy?
Como observador imparcial y muerto de risa de este quilombo en que ha devenido ésta casa de encuentros galantes sin encargada, propongo un conjunto de medidas para salir del entuerto:
a) que se anulen las elecciones de diciembre y sus resultados.
b) que no vuelva a haber más elecciones en España porque, hasta ahora, los electos han contentado a los electores sólo durante el primer cuarto de hora de sus gobiernos.
c) que, como sin elecciones no hay democracia y sin democracia los pueblos son un rebaño de borregos, que las legislaturas duren lo que tarden los electos en hacerse ricos.
d) que, mientras tanto, y si tan imprescindible es que Rajoy dé cuenta al Congreso de los Diputados, que queden en suspenso las actas de los de ahora y se reactiven las de los de antes, los que autorizaron a gobernar a Rajoy.

Y en cuanto le digan amén a Rajoy, como harán sin duda porque tenía mayoría absoluta, que retornen al dolce far niente, al limbo al que los destinaron el 20 de diciembre.

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