jueves, 28 de abril de 2016

PAX AUGUSTA

Para la gente de carácter melifluo que prefiere el trino de las avecillas al trueno de los cañones, ésta que estamos padeciendo ahora debe parecerle la pax augusta, esos casi 200 años en los que los romanos estuvieron usando el pié métrico de la poesia en vez del pié para patear el culo de los no romanos.
Tiempos estos de decadencia como los que marcaron el declive de todos los imperios, forjados con la espada y derruidos con la lira.
Afortunadamente, a partir de la perpetua campaña electoral en la que recuperará España su esencia cainita,  volverá la burra al trigo y todos los que no sean uno mismo serán malos o sospechosos de ser enemigos.
¿Será coincidencia casual o consecuencia de la influencia telúrica sobre el comportamiento humano éste incómodo sosiego, que ojalá sea transitorio?
Ya éste sábado, coincidiendo con los balbucientes trinos de los pájaros recién nacidos y con los campos estampados por flores espontáneamente brotadas de una tierra hasta hace poco inhóspita, infantiles novias e impúberes novios alegrarán las calles camino de las iglesias.
Trinos, flores, primercomunioneros, brisa balsámica, olor a azahar, cielos relucientes…
Paz en la tierra para la gente de buena voluntad,  hasta que regrese la normalidad de la puñalada dialéctica de las vísperas electorales.  


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