viernes, 13 de mayo de 2016

LA PARTENOGÉNESIS HAPLOIDE

Están preocupados últimamente los humanos por asuntos baladíes como la corrupción, la desigualdad o el campeón de la liga de fútbol.
Tan absortos andan con esas tonterías que ni se les ocurre que, si hay algo que requiere una concertacion mundial de los grandes cerebros de la humanidad, liderados por el mío, es resolver qué hacemos para regular el incesante aumento de la población mundial.
Hasta ahora, y gracias a los grandes cataclismos naturales y las frecuentes guerras sanguinarias, el depósito de almas de los idos había satisfecho la demanda de los nacidos.
Pero, como cada vez muere menos gente y nace cada vez más (no porque aumente la productividad de las fábricas de recién nacidos que son las mujeres, sino por el incremento en el número de fábricas), disminuye alarmantemente la disponibilidad de almas para animar los cuerpos.
Hay que poner pié en pared cuanto antes para que eludir las consecuencias de ese necesario equilibrio entre niños dispuestos a nacer y almas disponibles para animarlos.
Los niños sin alma serán zombies, muertos vivientes deambulando entre los cada vez más escasos cuerpos con alma, para arrebatársela una vez muertos.
Mucho ha degenerado la situación desde que la disponibilidad de almas, gracias a que nacían tantos o menos que los que morían, equilibraba oferta y demanda.
Para recuperar la esperanza en la supervivencia del hombre pleno, ya es tarde pero aun está a tiempo la humanidad de adoptar medidas paliativas o radicalmente correctoras:
A) Obligación fiscalizada de utilización de toda clase de recursos anticonceptivos cuando el deseo se imponga a la razón.
B) Empleo urgente de todos los recursos disponibles (artefactos nucleares, epidemias provocadas, reducción estricta de la producción de alimentos) para que la demanda de almas sea porcentualmente inferior a la disponibilidad de cuerpos.
C)Aplicación a las almas la fisión binaria de las amebas, para lograr la partenogénesis haploide. (Tiene el inconveniente de que aumentaría descontroladamente la cursilería de las “almas gemelas·, de la que tanto abusa la nevelística rosa para expresar el deseo carnal de una persona por la otra).

En definitiva, que algo hay que hacer y que no podemos hacerlo los jubilados porque sería competencia desleal contra los parados de larga duración.

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