Fíense de las
apariencias y se equivocarán porque las apariencias engañan hasta en política
o, sobre todo en política.
Es el caso de
Alberti Rivera, el guapito de cara de la política española, al que le ha dado
por asumir el papel de Kala, la madre Gorila de Tarzán.
En aquella
selva en la que Tarzán creció, mucho menos peligrosa que la jungla de la
política española, Kala era la madre solícita, siempre al quite de las
tarascadas que monos malos, tigres peores y leones aviesos le propinaban a su hombrecito,antes
de comérselo.
Como Rivera,
que no quiere dejar solo a su Tarzancito Pedro Sánchez en la inminente
entrevista con Rajoy, no sea que el malvado Jefe del Partido Popular se lo
coma.
No hay nadie
que conozca mejor que una madre las flaquezas y virtudes de un hijo.
Así se
comprende que Kala Rivera se enpecine en no dejar solo ante el peligroso
Rajoy a su Tarzán Sanchez.
Irán cogiditos
de la mano como Tip y su Pepe Luis Coll, o no irán.
Que Pedro
Sánchez tiene una madre como Tarzán tenía a Kala, para que no le hagan daño los
malos.