sábado, 13 de agosto de 2016

EL SAMBENITO

Si uno fuera hombre de acción y no de reflexión y si estuviéramos en invierno y no en verano, encabezaría un subversivo movimiento de protesta para ponerlo todo patas arriba.
Y es que hasta aquí hemos llegado los andaluces, a los que solo se nos requiere para que contemos chistes y digamos de vez en cuando “arsa”.
Estan empeñados ahora en Madrid, ese lugar que está al sur de Santander y al norte de Córdoba, en que investiguen las supuestas granujadas de los del Partido Popular en el propio Madrid y en Valencia.
De lo que se trata es de colgar a ese partido y a sus mandamases el sambenito de delincuentes, ese letrero que colocaban del pescuezo a los que iban a ser quemados por la Inquisición, para ver si así deja de ganar el PP tozudamente las elecciones.
Y a mí eso me parece muy bien porque lo mismo que no hay sacrificio más grato a Dios que el de la muerte de un tirano, no hay nada más placentero para los que obedecemos que escupir en los restos del que nos mande.
Pero, ¿por qué solamente al PP que lo malo que haya hecho en Madrid o en Valencia nos importa un bledo a los andaluces?
¿Es que no hay granujas en Andalucía que repartan entre los propios el pastel que quitan a los ajenos?
¿No se están llevando los socialistas la pasta de todos los andaluces no socialistas, para dárselo a los andaluces socialistas?
Aqui, y en mi autorizada opinión, si se empieza a quitar el estiércol de la cuadra, mientras queden cagajones en una esquina, aunque sea la que está al sur de la que queda al norte, la cuadra seguirá hecha un lodazal.
Que le metan mano a los ERES, los cursos de formación, la compra de voluntades para que un voto vaya a una urna y no a otra y que, a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

Pero una advertencia: no hay que precipitarse porque, si después de tantos siglos dedicados a la maleancia nos hacemos honrados de golpe, nos vamos a encontrar incómodos, como si al mirarnos al espejo viéramos la cara del santo que no somos en lugar de la del granuja que somos todos.

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