lunes, 8 de agosto de 2016

LA MELANCOLIA

Dicen los auscultadores de de la opinión pública que los españoles andan meditabundos y cabizbajos porque no tienen gobierno pero los de mi tierra por lo menos, me malicio, estamos alicaídos por el calor que hace.
Y, ¿por qué llevamos los españoles tanto tiempo sin nadie que nos gobierne y sin ninguna de las consecuencias del ejercicio pleno de la tiranía que es gobernar?
Porque los que tienen la sartén por el mago en los partidos políticos discrepan en quien debería hacerlo porque a todos les parece que el de cada uno de ellos es el único gobierno que salvaría a España del caos en el que la ha metido el que ha gobernado hasta ahora.
Pero, ¿y la Patria?
Antes se decía que era la unidad de destino en lo universal pero ya se ha demostrado que eso es una falacia porque lo decían los fachas que mentían hasta cuando, siendo evidente que era noche cerrada, se empeñaban en que estaba empezando a amanecer.
Y, al fin y al cabo, la patria se supone que es el lugar o pais en el que ha nacido el padre del patriota por lo que llevado al último extremo hay tantas patrias en España, por lo menos, como municipios, unos diez mil municipios, diez mil patrias.
Complica el asunto esta desgracia que les sobrevino a los españoles por culpa de su conciencia (no complejo) de inferioridad.
“En en todos los paises ricos hay partidos políticos por lo que, si España que ya es rica tuviera además partidos políticos, seríamos más ricos y más felices”.
Y empezaron a hacer partidos políticos como el que hace albóndigas. Hay tantos que la olla rebosa.
Así, con el nacimiento de los partidos políticos, la única preocupación hasta entonces, que era España, fue perdiendo puestos en el orden de prioridades.
Ahora, al individuo español lo preocupan por orden de importancia: 1- uno mismo 2- su familia- 3-su equipo de fútbol, 4-el coche del vecino que es mejor que el que él tiene, 5-mantener el cargo que le ha dado su partido político, 6- los votos que gane su partido político para así seguir en el cargo, 7- Joder al partido político contrario para que el cargo propio no se lo den a alguien del partido adversario.
¿Y esas son las preocupaciones de e los españoles?
¿Y qué quiere usted, que se hagan mala sangre por la objetividad o subjetividad de la estética?



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