lunes, 19 de septiembre de 2016

RETÓRICA DE ROJOS

La dialéctica, esa técnica retórica de discutir para descubrir la verdad, evita tener que dar la razón al que la impone a guantazos.
Los rojos, tanto comunistas de pura cepa como esos comunistas descafeinados que son los socialistas, manejan la dialéctica con la maestría con la que el chauffeur Fernando Alonso guía su coche.
Rafael Simancas, que fue un personero importante cuando mandaba en la comunidad madrileña, sigue siendo importante, pero menos, aunque todavía es el Partido Socialista el que habla por su boca.
Como maestro retórico ví y oí por televisión su sabia argumentación a favor de que el Partido Socialista impida (o no facilite) la investidura del candidato a la presidencia Mariano Rajoy.
“Los votantes del partido socialista votaron al candidato de nuestro partido  para que Rajoy no fuera Presidente del Gobierno. Por consiguiente, si los representantes en el congreso se abstuvieran para que Rajoy sea presidente, el PSOE traicionaría a sus votantes”.
Puro sofisma porque se pretende hacer pasar por verdadero lo que, a todas luces, es falso.
Es cierto que los votantes socialistas depositaron su voto para que ganara las elecciones Pedro Sánchez y, así, acceder a la presidencia del gobierno.
Todos los votantes de todos los partidos quieren que el aspirante que encabece su lista sea el siguiente Presidente.
Es lógico que, si un votante vota a favor del que encabece la lista en la papeleta que deposita, expresa su desacuerdo con que el Presidente sea el que encabece las papeletas distintas a la suya, como candidatos de los otros partidos concurrentes.
Si se aplicara la falaz lógica que oí esgrimir al compañero Simancas se llevaría una sorpresa: El 26 de Junio pasado 5.424.709 votantes querían que el candidato del PSOE Pedro Sánchez fuera Presidente, por 7.906.185 que querían que no lo fuera porque preferían a Rajoy.
Si su dialéctica sofista lo obligara a pensar lo que dice para que no diga tonterías, hay 2.841.476 que, solo del PP, se oponían a la presidencia del socialista Pedro Sánchez.
Súmense los millones y millones que votaron a otros candidatos para que Sanchez no fuera Presidente del Gobierno.
Entonces, ¿Simancas habla sin saber lo que dice?

Peor: dice lo que le pagan por decir.

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