jueves, 10 de noviembre de 2016

DEMOCRACIA



Parece que nada más conocerse el resultado de las elecciones que ganó Donald Trump (se llama trump card al naipe ganador en una mano de póker) ya se organizó una manifestación por las calles de Nueva York, la ciudad que los americanos del interior llaman despectivamente Babilonia.
No fué un hecho anecdótico, sino sintomático: los que ideológicamente han patrimonizado la democracia y que se ubican a la izquierda de la conocida por “derecha”, son los que se echan a las calles cada vez que el resultado de una elección no les gusta.
Son los demócratas de conveniencia y no de condición los que aceptan el resultado de unas elecciones (la liturgia de la democracia), solo cuando el recuento de los votos les es favorable.
Y es que la democracia, para esos demócratas profesionales, es el mejor sistema para gobernar a los pueblos siempre que sean ellos los favorecidos por el resultado de la votación.
Por eso, son esos demócratas que se ubican a sí mismos en la izquierda—mientras más a la izquierda de la derecha más demócratas se consideran—sospechan obnubilación de los votantes al depositar su papeleta o trampa en el recuento, cuando el resultado los perjudique.

No hay comentarios: