viernes, 5 de febrero de 2016

JUSTICIA SOCIAL Y CARIDADl

Cuando le decían caridad a esto que ahora llaman justicia social los efectos era parecidos, pero el método para que los que no tienen reciban algo de lo que les sobra a los que tienen demasiado es radicalmente diferente.
Ni mejor ni peor, que en la variación está el gusto, pero distinto.
El caritativo tenía la improbable ilusión de ir al cielo después de muerto, gracias a haberle dado en vida, al que malvivia,  lo que  no necesitaba.
Esa relación directa entre el que ejercía la caridad y el que se beneficiaba de ella ha terminado por culpa de la justicia social.
Es inevitable que así haya ocurrido porque se ha interpuesto el Estado, que se ha autonombrado juez de lo que  al dador pueda sobrarle y el receptor pueda necesitar.
Pero, ¿es ese intermediario neutral cuando establece cuánto le sobra al que supuestamente tiene demasiado y, al que le falta, tiene demasiado poco?
Es razonable poner en duda el método porque dudar –sopesar lo que el instinto pide y lo que a la razón conviene—es la caracteristica propia del ser humano,  que  lo hace inferior a los otros mamíferos bípedos, conocidos por monos.
(En su subconsciente , el hombre reconoce esa inferioridad ya que, para elogiar a un niño recién nacido dice que “es muy mono”  mientras que los gorilas no elogian al gorililla calificándolo de “muy hombre”).
Si hay duda de esa intermediación que el Estado se ha arrogado de determinar si a unos les sobra, y cuánto le sobra,y a otros les falta y cuanto les falta, utilicemos la clásica forma latina ¿Cui prodest?
¿Beneficia al Estado la intermediación en esa forma moderna de ejercer la antigua caridad  mediante la moderna justicia social?
Es evidente que, si no al Estado, beneficia a los administradores del Estado, que son los gobiernos.
Gracias a detraer de los pocos que a su juicio tienen demasiado, para  repartirlo entre los muchos que los gobiernos dicen que tienen demasiado poco, ganan elecciones de los estómagos agradecidos.
¿Y qué es ésta llamada justicia social? Que los que menos contribuyan para sostener  los servicios sociales que el Estado administra tengan igualdad de trato que los que más aporten.
Ojalá no lleguen a la conclusión de que tener o no tener no es la cuestión sino ¿tener para qué?