miércoles, 24 de febrero de 2016




Camino que polvoriento
 por entre encinas serpea.
De ninguna parte viene
y a ninguna parte lleva.

Un atardecer de Mayo
una nube de antracita
desde Peñaflor se acerca.

Los romos cerros serranos
se esconden en la tiniebla.

Un rayo de oro fulgura
y raja la nube negra.

Desde la grieta que abre
se precipita a la tierra
un caño de agua furiosa
y enloda el seco camino
que entre encinas serpentea.

Y la sierra hasta ayer seca
ahora es ya tierna y jugosa
aunque sea la misma sierra.




SÁNCHEZ Y RIVERA, REFORMADORES

Hay dos profesiones con habilidades similares: la  de bribón y la de político.
Tanto los políticos como los bribones prometen a sus víctimas que les darán  lo que no está en sus manos ni en su voluntad darles
Por lo general, la bribonería eventual o crónica se simultanean con la política.
Un suponer:
Albert Rivera  sabrá poco de capar grillos pero, seguramente, más que de los votos necesarios en las dos cámaras legislativas españolas para que se reforme la Constitución.
Porque, con la cara de bueno—la cara es el espejo del alma-- que saca en las fotos que le hacen, no será un sinvergüenza vendeburras.
Albert dispone, mangonea o controla los 60 escaños de su Ciudadanos en la cámara de diputados que, sumados a los 89 del Partido Socialista suman 149.
¿De donde piensa sacar los 61 que todavía le faltarían para conseguir los tres quintos de la Cámara, indispensables para aprobar la reforma constitucional?
Lo del senado, es todavía más imposible, imposibilísimo porque, como el Congreso de los Diputados, requiere el voto favorable de tres tercios de sus 266 senadores, ya que Ciudadanos no tiene ni un senador y el PSOE 67.
¿De dónde sacan los 93 senadores que harían falta para aprobar la reforma de, por ejemplo, el artículo 135 de la Constitución para garantizar la financiación de todos los servicios sociales?
Rivera, que es licenciado en derecho,  tiene motivos para no saber de números, pero su compinche Pedro Sánchez no tiene excusas porque es doctor en economía, que es una carrera de ciencias.
¿Por qué firman acuerdos que saben que no pueden cumplir?
a) Para engañar al personal, lo que es difícil imaginar porque, como políticos, son intachablemente honestos.
b) Porque, como han estado varios días negociando el acuerdo, al acabar las reuniones dijeron lo primero que se les ocurrió, que iban a reformar la Constitución.
Cómo piensan hacerlo se lo callaron. No porque no lo sepan sino porque, si lo hubieran dicho, se habrían enterado sus adversarios.
¿Y los votantes? Que voten y disfruten porque, en tiempos del Invicto, estaban todos amargados porque no los dejaba votar.