viernes, 4 de marzo de 2016

DORMIR SIN DESCANSAR



Cuando uno ha maldormido nueve horas y al cuerpo le apetece seguir entre sábanas nueve horas más es porque ha dormido mucho pero no ha dormido bien.
Una cena tan parca como cada noche (fruta, tostada y café con lec he) cené anoche.Causa descartada.
¿Algo de lo que había visto, oido, sentido o pensado me maldurmió?
Echando la vista atrás, descubrí que, si algo me había intrigado fué por qué se besaron en los morros Iglesias y Domenech, para que se enteraran urbi et orbi (dativos respectivos de urbs-orbis (ciudad) y de orbs-orbis,(esa pelota que flota en el universo conocida por tierra).
Lo más chocante fue no el beso que, aunque inusual entre varones de antes de la guerra,en los de después de ella se está haciendo cada vez más sospechosamente frecuente.
Como, al menos por su aspecto externo, Domenech e Iglesias son varones, ¿por qué se besaron en los morros,que  está convenido propio de sexos complementarios, el del atributo cóncavo destinado a refugio del atributo convexo?
Tiene que haber sido por esa intrigante escena por lo que, si dormí muchas horas, el sueño de anoche no me alimentó como el de otras noches.
Por si acaso, y si en la sesión parlamentaria de esta tarde se le ocurre a Iglesias morrearse como en la primera de investidura con otro ciudadano de pelo en pecho, ya estoy preparado.
Se bese, se abrace o haga manitas con quien le apetezca, me propongo quedarme como el Braulio: impertérrito.
A mí, como no sea que se salga de la pantalla del televisor y me pille antes de salir huyendo de mi sillón reclinable, ese tío no me besa.